La aparición de LRA 24 en Internet ha hecho que comenzara a escribir en su página una columna titulada Ton&Son, claramente visible en cuanto de ingresa a ella.
Se ha producido el primer relevo de material, y con ello la crónica inaugural desapareció para su lectura. Solidarios con el hecho, desde este blog -cuya entrada figura al pie de Ton&Son- lo transportamos para la el conocimiento de lectores rezagados.
La Argentina experimentaba una transición desde un gobierno militar a uno elegido por el pueblo, y ya se había dado en las urnas el triunfo de la formula presidencial de Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima, los que asumirían el siguiente 25 de mayo.
En el plano local también el pueblo se había pronunciado llevando a la Intendencia a un partido nuevo la Agrupación Vecinal, que había impuesto como jefe comunal a Alberto Vicente Ferrer con el voto de las mujeres. Río Grande volvería a tener representación también en un Concejo Deliberante que sería controlado por la oposición al Intendente.
El norte fueguino venía creciendo sostenidamente diversificando su perfil agropecuario con importantes inversiones petroleras.
El censo de 1970 había dado una población 7754 habitantes para el departamento de Río Grande sobre un total fueguino de 13351. Era una realidad el eslogan de “Capital económica de la Tierra del Fuego”. Más de un 20 por ciento de los censados para Río Grande habitaban el espacio rural, donde había comenzado a florecer como una esperanza –allá cerca del Lago Fagnano- el tercer pueblo fueguino: Tolhuin.
Río Grande resultaba ser en todo el sur un lugar confortable, y su mayor señal de progreso era el servicio de gas natural que alejaba en todos los hogares los rigores naturales del invierno. Para 1973 sumaban 1664 usuarios que consumirían durante el año 15.731.336 m3 del fluido. El gas era sin lugar a dudas el producto de primordial exportación al país, y se hablaba de la necesidad de construir un gasoducto que canalizara esa producción, en tanto que los embarques de crudo a La Plata y Puerto Galván desde San Sebastián llegarían a sumar durante el año que recordamos los 411.156,7 m3 de petróleo. Y algunos vecinos comenzaba a estimar que una política de regalías podía traer fotos inesperados al gobierno fueguino, que se reinvertirían en numerosas obras de progreso. Dando tal vez mucho más que una reciente ley –la 19640- que abría las puertas a la creación de una zona aduanera especial.
El crecimiento demográfico había generado ciertas urgencias, como la que llevó el 19 de marzo a comenzar el dictado de clases de una segunda escuela nacional: la número 7, que provisoriamente reunía sus alumnos en dependencias del colegio salesiano. O lo que se vivió el 4 de abril cuando por iniciativa del Dinea se inaugura la educación para adultos. Estas medidas adquieren una dinámica particular, después de años de lenta burocracia educativa, al haber formulado el gobierno fueguino a principios de año la ley 51 por la cual se adhiere a la conformación del Consejo Federal de Educación, que suple al hasta entonces Consejo Nacional.
El día 6 de abril una iniciativa particular, la de la escritora Leonor María Piñero, da cabida a la publicación del primer número de La Ciudad Nueva, aventajando en edad desde ese momento a la primera emisora de radio que frente a la plaza veía terminar su edificio iniciado en construcción dos años antes por la firma SADE.
La Patagonia salía de su aislamiento, los vuelos aéreos eran más frecuentes y desde la inauguración de la nueva Aeroestación se había abandona la única frecuencia semanal que nos conectaba con Buenos Aires, por opciones más frecuentes.
Lentamente habían ido bajando desde Pico Truncado el tendido del sistema de microondas que al inaugurarse el 25 de mayo, en una circunstancia opacada por el recambio institucional, inaugurarían una nueva era de inmediatez telefónica.
Todavía una parte sustancial de la población fueguina era extranjera, ligada a las tareas primarias de la economía lugareña. Y en el dramático perfil de la despedida un puñado de últimos onas testimoniaban ante los antropólogos que los visitaban una existencia cultural que se extinguía.
La memoria de aquellos días da cuenta de la creación del Boxing Club, el 13 de julio, y de la una primera delegación juvenil que llevó el basket fueguino a Necochea y Mar del Plata los días de las vacaciones de invierno. De la misma forma que para el Día de la Misión, que por entonces era lo mismo que el día de la Tradición se realizó la carrera cuadrera entre el Padre Zink y el intendente Ferrer, a los que una parte de la concurrencia recuerda como ganador al gobernante y otros al cura gaucho. ¡Vaya a saberse como estarían unos y otros!
En medio de esta realidad de pueblo chico que daba para más el 28 de abril de 1973 se procede a la inauguración de la filial local de RADIO NACIONAL, asignada ya su sigla característica: LRA 24.
La emisora venía a suplir a la única voz radial existente hasta ese momento: Radio Misión salesiana, que por algunas horas al día marcaba una presencia argentina en el dial de la Patagonia. Pero por sobre todas las cosas venía a dar señales desde el Estado Nacional de una vocación cultural de hacerse notar en un ámbito en el cual resultaban mucho más abundantes las emisiones extranjeras que las nacionales, y donde existía una discontinuidad comunicacional entre el espacio urbano –abastecido por la señal televisiva- y el rural situado virtualmente en otro tiempo.
La dotación fue reclutada –salvo un par de traslados desde el norte del país- entre aspirantes de la localidad, los cuales superaron un examen teórico práctico y luego fueron adiestrados sobre las normativas del desenvolvimiento esperado.
La inauguración de LRA 24 puso de esta manera a disposición de la comunidad una herramienta tecnológica de primer nivel, pero al mismo tiempo –y dadas las carencias eventuales a su inauguración- articuló contactos con la comunidad puesto que vinieron pronto de ellas el suministro de discos, de los cuales se carecía en algún momento, las voluntades que operaron como colaboradoras de los distintos espacios, y la definida opción con el correr del tiempo de situarse en la sintonía del 640, puesto que allí habían voces amigas que nos conocían, que nos interpretaban y que nos valoraban.
Compromiso en el informar, educar y el entretener que treinta años después sigue siendo motivo de existencia para todos los que trabajamos en esta: la casa radial de los riograndenses.
La página de LRA 24 es http://www.nacionalriogrande.com.ar/
1 comentario:
Interesante nota, como nos ubicaste en el tiempo e hiciste recordar.
Saludos
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