LOS PUENTES DE LA MEMORIA.45.“De como el autor que aparentemente vive para escribir, leer para escribir, por que leer y vivir pueden ser la misma cosa”.

 



La mañana del 18 de agosto escuchando a Bilaboa por su radio, apareció el tema de los libros de texto y la realidad lugareña. Una de las pocas reflexiones sobre política cultural que escuché durante este año en que la educación se acercó más al clamor, al grito, al silenciamiento.

 

Fue entonces cuando me animé y comencé a leer Páginas con Patagonia, una antología producida por María Teresa Forero para Aique, adquirida durante la última Feria de Libro en Buenos Aires. No se cuantos docentes de nuestro medio habrán dispuesto de este material que se terminó de imprimir en marzo pasado, y sobre el cual hoy me propongo dar algunas noticias.

 

Desde el agradecimiento mismo, la obra evidencia fue realizada sin visitar o contactarse físicamente con la realidad de todo nuestro sur, más bien fue Neuquen el epicentro de la tarea de recolección de materiales que, llegado el caso de lo atinente a Tierra del Fuego, hizo aparecer los siguientes nombres: Daniel Arias, Ricardo Horacio Caletti, Lucas Bridges y Daniel Quintero.

 

El escrito de Daniel Arias tiene carácter periodístico, fue publicado en “Clarín” el 26 de febrero de 1991 bajo el título De Hierro, de Oro y de Olvido; allí su autor, un porteño con antecedentes en prensa científica anuncia: “La Tierra del Fuego en algún momento lo fue del oro. En ese entonces, este lugar misterioso fue disputado a plomo por hombres de hierro de todos los orígenes. La historia se remonta a 1886 cuando Julio Popper reconoció y trazó el mapa de la isla grande y colocó en ríos y montañas varios nombres castellanos. ¿Pero quién se acuerda hoy de él, el rumano Popper, rey sin corona de aquel sitio desde 1886 a 1893? De su torres de armas, el lavadero de oro en la península de El Páramo, no se conserva ni el cementerio. No sólo se perdieron las tumbas que Popper dejó a su paso, sino la suya propia”. Arias cae en los errores del viajero, sitúa a Slogget en San Sebastián y culpa al tendido del gasoducto de la de desaparición del cementerio interconfesional, en tanto que la compiladora en las citas confunde Punta Arenas con Punta de Arenas.

 

Esteban Lucas Bridges aparece en esta antología con un fragmento de su libro El último confín de la tierra, donde alude a los juegos de su infancia. Donde parece por primera vez en las letras de la isla el tema del ozona aunque en un sentido científicamente equivocado, cuando el autor dice: “Al bajar la marea, esta mezcla de elementos despedía un gas de fuerte olor, que los científicos modernos llaman, según creo, ozono”. Lucas señala la importancia que tenían en sus correrías infantiles el escenario de la costa, y en el invierno el patinaje, con los que el joven pionero confiesa haber emulado récords mundiales en la soledad de su solar sureño.

 

Ricardo Horacio Caletti, actualmente residente en San Martín de los Andes, fue durante su residencia fueguina funcionario territorial en área de Comunicación y Cultura, y logró la publicación en Ediciones Culturales Argentinas de La Literatura en Tierra del Fuego, un ensayo en el que incluyó su poema Mi Tierra, premiado en un concurso literario dado en Ushuaia en 1973. Este poema es presentado en forma fragmentada por los antologistas a que hacemos referencia.

 

Daniel Quintero es el nombre que cierra nuestro comentario. Ganador de un certamen poético organizado por el Banco de Neuquen, imaginamos que ese fue el camino por el que llegó a la gente de Aique, la que incluyó su Trabajo de gaviota:

 

Ella

todos los días

sin que nadie lo percibiera

derrumbaba  fronteras con sus alas.

 

Mañana

cuando amanezca,

en la playa fusilaran la gaviota.

¿El delito?

Contrabandear poesía de costa a costa

 

Páginas con Patagonia incluye para cada lectura un conjunto de actividades en el caso del poema de Quintero se presentan como, para comprender mejor el texto, para investigar, como lo dice el autor ahora... ¡a imaginar!; la primera de estas tareas está llena de actividades que responden a las siguientes preguntas: ¿Hay alguna mención humana en el poema?¿Qué clase de fronteras puede derribar una gaviota?¿Puede haber fronteras intelectuales?¿Quiénes serán los que fusilen?¿En qué consiste el trabajo de gaviota?¿Por qué el autor eligió un ave y no otra clase de animal? El cuestionario lo pueden contestar Uds. Amigos lectores de todo el año, los Bilaboa me motivaron el comentario, o el mismo Daniel desde su solar de Ushuaia.

 

Mientras tanto me despido de Uds. Y del año pensando en el relativo destino que tienen los libros para niños en las aulas fueguinas, y lo digo por lo que pasó con Triangulito de Fuego, y lo recalco por el desconocimiento que se tiene de Chepachen...

 

 

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