La mañana del 18 de agosto escuchando a Bilaboa por su radio, apareció el tema de los libros de texto y la realidad lugareña. Una de las pocas reflexiones sobre política cultural que escuché durante este año en que la educación se acercó más al clamor, al grito, al silenciamiento.
Fue entonces cuando me animé y comencé a leer
Páginas con Patagonia, una antología producida por María Teresa Forero para
Aique, adquirida durante la última Feria de Libro en Buenos Aires. No se
cuantos docentes de nuestro medio habrán dispuesto de este material que se
terminó de imprimir en marzo pasado, y sobre el cual hoy me propongo dar
algunas noticias.
Desde el agradecimiento mismo, la obra
evidencia fue realizada sin visitar o contactarse físicamente con la realidad
de todo nuestro sur, más bien fue Neuquen el epicentro de la tarea de
recolección de materiales que, llegado el caso de lo atinente a Tierra del
Fuego, hizo aparecer los siguientes nombres: Daniel Arias, Ricardo Horacio
Caletti, Lucas Bridges y Daniel Quintero.
El escrito de Daniel Arias tiene carácter
periodístico, fue publicado en “Clarín” el 26 de febrero de 1991 bajo el título
De Hierro, de Oro y de Olvido; allí su autor, un porteño con antecedentes en
prensa científica anuncia: “
Esteban Lucas Bridges aparece en esta
antología con un fragmento de su libro El último confín de la tierra, donde
alude a los juegos de su infancia. Donde parece por primera vez en las letras
de la isla el tema del ozona aunque en un sentido científicamente equivocado,
cuando el autor dice: “Al bajar la marea, esta mezcla de elementos despedía un
gas de fuerte olor, que los científicos modernos llaman, según creo, ozono”.
Lucas señala la importancia que tenían en sus correrías infantiles el escenario
de la costa, y en el invierno el patinaje, con los que el joven pionero
confiesa haber emulado récords mundiales en la soledad de su solar sureño.
Ricardo Horacio Caletti, actualmente residente
en San Martín de los Andes, fue durante su residencia fueguina funcionario
territorial en área de Comunicación y Cultura, y logró la publicación en Ediciones
Culturales Argentinas de
Daniel Quintero es el nombre que cierra
nuestro comentario. Ganador de un certamen poético organizado por el Banco de
Neuquen, imaginamos que ese fue el camino por el que llegó a la gente de Aique,
la que incluyó su Trabajo de gaviota:
Ella
todos los días
sin que nadie lo percibiera
derrumbaba
fronteras con sus alas.
Mañana
cuando amanezca,
en la playa fusilaran la gaviota.
¿El delito?
Contrabandear poesía de costa a costa
Páginas con Patagonia incluye para cada
lectura un conjunto de actividades en el caso del poema de Quintero se
presentan como, para comprender mejor el texto, para investigar, como lo dice
el autor ahora... ¡a imaginar!; la primera de estas tareas está llena de
actividades que responden a las siguientes preguntas: ¿Hay alguna mención
humana en el poema?¿Qué clase de fronteras puede derribar una gaviota?¿Puede
haber fronteras intelectuales?¿Quiénes serán los que fusilen?¿En qué consiste
el trabajo de gaviota?¿Por qué el autor eligió un ave y no otra clase de
animal? El cuestionario lo pueden contestar Uds. Amigos lectores de todo el
año, los Bilaboa me motivaron el comentario, o el mismo Daniel desde su solar
de Ushuaia.
Mientras tanto me despido de Uds. Y del año
pensando en el relativo destino que tienen los libros para niños en las aulas
fueguinas, y lo digo por lo que pasó con Triangulito de Fuego, y lo recalco por
el desconocimiento que se tiene de Chepachen...
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