Al registrar el itinerario dado por Carlos Torres Carbonell por Santa Cruz, siguiendo la ruta de los huelguistas del año 1921, apreciamos como señal identificatorio la transcripción del grafitti -¿cómo se les llamaría entonces?- : "A los caidos por la liverta".
Don Pulgar a los pocos días vino a visitarnos, puesto que había leido nuestros comentarios en favor de un nieto, y puso en nuestras manos el ejemplar número 3 del fascículo Polèmica, Primera historia argentina integral, publicada por el Centro Editor de América Latina en 1970. Allí se aprecia este escrito "viva la livertá".
Y allí podemos leer que en 1795 se halló en poder de un relojero llamado Antonini este pasquín vivando a la libertad; sin duda relacionado con las noticias llegadas al Río de la Plata sobre la Revolución Francesa. Su autor fue torturado para que confesara su participación en una conjura subversiva y luego expulsado del virreinato.
Tal vez la libertad, con sus limitaciones ortográficas, haya sido en todo tiempo una demanda d elos que menos tienen, con contenidos tal vez, disímiles, pero con circunstancias siempre riesgosas.
¿Quién se anima a salir a pintar hoy, "viva la livertá"?
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