Papeles del salto 1

La noticia aparecía en la página 28 –Información general- de Clarín el 22 de marzo de 1983, y aludía a un hecho ocurrido dos días antes, y se anunciaba de la siguiente manera:

Unieron el continente con la isla. Salto en el Estrecho.

Río Grande. Tierra del Fuego (Enviado especial/tratándose de Oscar Fernández Real) Un grupo de pequeñas embarcaciones neumáticas logró unir por primera vez el continente con al Isla Grande de Tierra del Fuego en una durísima travesía mediante la cual se buscó promover una futura integración a realizarse por itinerarios y medios argentinos y poner fin al actual y forzoso paso por Chile. El bote de Clarín fue el primero en iniciar la travesía.(De ser así era el bote número 2 ocupado por Jorge Solari, Roberto Villamil y en mencionado Oscar Fernández Real).

-Cortá motor, cuidado con esa ola, gritó contra el viento el tripulante guía, pero la enorme ola alcanzó bruscamente al pequeño bote neumático y su cresta lo sepultó con su espuma, inundando su interior. Los otros dos tripulantes comenzaron a achicar el agua donde flotaban distintos elementos. Miraron hacia atrás, sobre la popa; en el horizonte norte casi no se veía el faro chileno de Punta Dúngenes. Luego mientras el timonel conseguía hacer arrancar el motor fuera de borda, detenido durante la sacudida, se aferraron con manos ateridas a la cuerda de seguridad para capear otra ola tan grande como la anterior.

Incidentes como este, con oleaje y viento que aumentaba con el paso de las oras, fueron frecuentes para las tripulaciones que protagonizaron el priemer cruce del estrecho de Magallanes, este último domingo.

El enviado de Clarín tuvo el privilegio de particiar en esta travesía, con un mar que está considerado por los entendidos como uno de los más difíciles del mundo, pro el rigor de sus condiciones y lo imprevisto de sus variantes. Precisamente, la violencia del mar hizo volcar a dos botes, ya en el mismo punto de partida, y otros dos debieron ser rescatados en medio de paso interoceánico por dos buques de la Armadas y de la Prefectura. Afortunadamente no hubo desgracias personales.

Primera travesía.

La intención de realizar esta primera travesía con tan frágiles embarcaciones fu contribuir a promover la instalación de un sistema que permita unir a la isla fueguina con el continente por zonas hasta ahora casi deshabitadas, pero por medios netamente argentinos. La deducción resulta obvia, si el paso es factible, aun con condicones climáticas desfavorables para botes tan chicos, mucho más posible será hacerlo con naves transbordadoras de gran tamaño, como las previstas.

La partida de este raid tuvo lugar a las 11.38 del domingo desde el cabo Vírgenes , en el extremo sur de la provincia de Santa Cruz y concluyó casi a las 15 para la primera embarcación , aunque duró casi un total de seis horas para el último bote participante que arribó al cabo Espíritu Santo, un desolado paraje del norte de la isla fueguina.

La embarcación asignada al enviado de Clarín fue la primera en se echada al agua. Tras ser realizada una ceremonia oficial en la que se inauguró un monolito recordativo del raíd, para zarpar hubo que aguardar un momento oportuno, cuando se forma cierto remanso entre el ritmo de dos grande olas sucesivas. Entonces, hubo que empujar el bote entre la turbulencias y trepar dificultosamente a bordo.

Allí comenzó una prolongada lucha durante minutos y horas que parecían interminables, ya que las olas amenazaban sin descanso con volcar el bote o inundarlo, mientras las ráfagas de viento barrían las crestas y rociaban con agua heladas los rostros y manos de los tripulantes, las únicas partes del cuerpo no protegidas por los trajes especiales de gruesa goma neoprene.

En medio del estrecho, el oleaje tuvo características espectaculares, ya que las ondas eran de cuatro a cinco metros de altura. Sin embargo, pese a su altura resultaban relativamente fáciles de superar, ya que con una hábil maniobra del timonel permitía cortar el motor y deslizarse hacia el valle formado entre las montañas líquidas.

Pero el tramo final fue mucho más duro, pues los cuerpos estaban entumecidos, con manos y brazos agarrotados y asi insensibles por el intenso frío. Solamente la insólita compañía de media docena de escurridizos delfines, denominadas toninas overas, distraían a los navegantes ante el peligro. Azotados por una implacable ventisca donde se mezclaba el viento con al espuma pulverizada de las olas.

“Fue bravo, pero resultó una experiencia inolvidable”, comentó José Valente, quien junto con Federico Vieytes y Hernán López Fontana, fueron los primeros en llegar a suelo fueguino. “Nada que ver con otras travesías anteriores que yo haya hecho; esta fue durísima”, comentó Jorge Solari, campeón de motonáutica en botes neumáticos y timonel del bote en que viajó el enviado de Clarín, arribado en tercer lugar y tras el bote que la Prefectura envió en apoyo del evento.

Otro deportista patagónico, Marcos Oliva Day, afirmó con entusiasmo: “Esto demuestra las posibilidades que dan esta agua para náutica, y por eso los clubes locales teníamos entusiasmos por participar”.

Un proyecto para concretar

El apoyo que prestaron a este raid los gobiernos de Santa Cruz y de Tierra del Fuego, así como la Armada y la Prefectura y la población local, se explica por el interés que tiene para la zona el proyectado sistema denominado Roll on Roll Off.

Ahora, es de esperar que este esfuerzo, realizado con tanto entusiasmo, deje de significar una rigurosa prueba para hombres y elementos como los utilizados en esta ocasión y que el proyecto se concrete en su real dimensión: hasta agrandar realmente el país para posibilitar su integración física.

PARTICIPANTES DEL PRIMER RAID NAUTICO DE INTEGRACION TERRITORIAL:

Bote número 1. José Valente y Federico Vieytes de Buenos Aires. Hernán López Fontana, el escribano de Río Grande.

Bote número 2. Jorge Solari, Alejandro Prosen, presentado en nota, y Oscar Fernández Real del Diario Clarín.

Bote 3. Manuel Menéndez Gallo y Roberto Villamil, Más Diego Rueda de Editorial Abril

Bote 4. Luis Colucci y Diego Ruiz; más Fulvio Rasa del Diario La Prensa.

Bote 5. Luís Lecaroz y Martín Nacaratto, más Bartolomé Abella Nazar del Diario La Nación.

Bote 6. Oscar Iribarren, Marcos Oliva Day, Rubén Puchen y Claudio Temporelli de Puerto Deseado.

Bote 7. Miguel Raula, Enrique Rostan, Manuel Pantiga de Puerto Deseado.

Bote 8. Carlos Alberto Ramos y José Grillo de Comandante Luís Piedrabuena y Puerto Santa Cruz.

Bote 9. Carlos Mallán, Sergio Sevallos, Tomás Rodríguez y Lorenzo Tepa de Río Gallegos.

Bote 10. Tomás Manzanares, José Luís Fernández y Comodoro Raimondi de Río Gallegos.

Bote 11. Eduardo Barbería, Jorge Prado, Juan Pastorino de Río Gallegos.

Bote 12. José Eiman, Juan José Mauricio y Marta Galindo de Puerto San Julián.

Bote 13. Sebastián, Raúl y Juan Puig, más Eduardo Harris de Río Gallegos.

Bote 14. Juan Carlos Begué, Esteban Curuché y Carlos Beban de Tierra del Fuego.

Bote 15. Jorge Marello, Enrique Sánchez y Ramón Oliva de la Armada Argentina.

Bote 16. Antonio Cornejo, Julio Costello y Rolando Caballero de la Armada Argentina.

Como se puede apreciar solo viajaba una mujer..…

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