En un nuevo sábado, y por la necesidad de hacer tiempo, salì del supermercado y decidì ir a tomar algo al café la esquina de Viedma y Pellegrini.
Pero más allá de la invitación publicitaria estaba el sol, y entonces tomé mi Pentax analógica -ahora hay que llamarla así y caminé siguiendo el lento rumbo del mediodía.
Lo primero que me detuvo fue este mural que reune expresiones escolar, y ahì nomás de encontré con López, alguien que conocí en su carpintería de la Margen Sur, reparando ventanas durante la restauración de la Villa María.
Pero desde hace un tiempo trabaja en el supermercado -el además es veterano de guerra- y aquí estaba acomodando las bandejas de este inserto de panadería. Dentro de poco este patio ya no existirá, y será una segunda entrada para la sucursal que ahora tiene entrada por Viedma. Es reconocer la importancia comercial de Pellegrini, y al mismo tiempo los problemas de falta de estacionamiento en un area que, con el estacionamiento medida, ve alterada la concurrencia de automovilístas.
Esta otra mirada, para lo cual tuve que cruzar la calle, me muestra varios negocios dedicados a la construcciòn. En el de la familia Bronzovic me encontré con Hernández que se calentaba contra el chulengo, esperando el momento de churrasquear.
Algo más adelante apreció el cartel del vivero de los Del Giudice, está por cerrar, es el más grande de nuestra ciudad. Un poco más atrás los Bomberos de Chacra se resguardan en su cuartel.
Frente al Vivero, la verde vida toma forma de planta invasora: el trebol. Paso un rato buscando uno de cuatro hojas, y sigo en camino sin haberlo logrado.
Esta casa bicolor es un estudio jurídico, un cantel de propaganda político nos muestra a quien a perdido en sus aspiraciones por representar tras la interna al Partido Justicialista, en la lucha por la gobernación: el Diputado Nacional Rubén Sciutto.
En eso llega el Doctor Da Fonseca, referente radical, que ve que los colores del estudio no coinciden con los tradicionales de su agrupación. Le hablo del blog, y promete visitarlo.
Faltan veredas, faltan cercos, hay solo alambrados. Comienzan a verse sucursales de comercios que están en el centro. Y la propaganda polìtica comienza a mostrar los niveles de invasiòn de los horizontes cercanos.
En la esquina el viejo hierro marca la emergencia de conexiones sanitarias. ¡Indurstria Argentina todavía!
La vidriera de Limphogar nos muestra por un lado la persistente preocupación por el destino de la niña desaparecida; y por otro la novedad de lo que promete ser la mejor cazuela.
Como restos de un fortín aparecen postes por todos lados, y en cada uno de ellos se levantan las propuestas que rezaltan algunos nombres, y algunos números de lista.
La vededa del sol muestra la economía arquitectónica, en lo alto la vivienda, en la planta baja el local comercial.
En la vereda de la sombra una casa con rejas se muestra abierta y confiada, justo al mediodía.
Los camiones, que por ordenanza no tendrían nada que hacer en este lugar, se han hecho dueños de esta parte de la calle Pellegrini, la de aquel polìtico argentino, de perfil industrialista, que en algún momento identificó el rìo Grande, por voluntad nominativa de un viajero: Ramón Lista.
Aquí se ve un banco solitario. No es la estación para tomar el sol, pero tal vez en otra estación volvamos y lo encontremos ocupado por jóvenes transehúntes.
Algunas construcciones no han progresado, se acabaron los presupuesto. No obstante ello se gastó en cerramientos y alambrados, como para evitar estragos.
Ahora sí, los camiones mandan.
Sobre la sombra que proyectan los edificios de Chacra hay un espacio en que aparecen los charcos. Llegado el invierno tal vez crescan y sirvan al desafío acrobático de niños y jòvenes.
Un triángulo de tierra muestra el alambrado que se ha venido abajo. ¡Lo que debe valer esta esquina!
En esta otra un cartel muestra al establecimiento educativo propietario. Por estos dìas lo que iba a ser su sede se ha loteado y en parte sale a la venta para sostener alquileres más al centro de la ciudad.
Hay una farmacia a la vista. ¿Y si pasamos a pesarnos? ¡Con la caminata debemos haber bajado de peso!
Una agencia de automòviles se identifica al borde de la vereda, al fondo la estación de servicio se dibuja en colores contrastantes con la firmeza del cielo despejado.
Recordándonos que es tiempo de campañas polìticas este auto, cubierto de propaganda en la que el dueño de la estación de servicio se muestra como posible concejal, nos lleva a recordar aquel que una vez propetió sortear un auto entre todos los que lo votaran.
Y Pellegrini terminó al confluir con San Martín. Había que volver atrás y pensar que nos falta recorrer la calla, de Viedma al naciente.
4 comentarios:
Maravilloso paseo sabatino...Desde aquí lo compartí...
... Muy buena recorrida, Mingo ... Y para conocer Rio Grande un poco aquellos que no conocen, o solo han pasado un dia por esa ciudad, y vieron tan solo la plaza o se tomaron una foto junto a la trucha (este ultimo es mi caso !)
Slds desde Bs. As.,
Hernán.-
Estoy dedicado a la conquista del espacio riograndense.
Muy buena la caminata Mingo, prometo acompañarte mas seguido...un abrazo Daniel Collazo
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