El Chiejaus, y ciertas normas de convivencia.

. Entre los yámanas rito de iniciación de los jóvenes. Wilhem Kopper en su libro Entre los fueguinos de Tierra del Fuego, describe estos preceptos dados a conocer en Puerto Mejillones -Isla Navarino, Chile-, en marzo de 1922, de boca del viejo Witsh.



Lo que de acuerdo con el ideal Yámana forma a un hombre bueno, lo indican las enseñanzas no sólo en lo general sino también fielmente en cada caso.
Lo exponemos en lo principal a  continuación: si tú te vas a casar pronto y tienes una choza y viene otro, entra y toma de las almejas, peces y camarones que están cocinándose en el fuego, no debes enojarte por ello; al contrario, debes alegrarte pues es un honor para ti si un extraño come contigo en tu casa.
Si tú quieres regalarle algo, podrás pensar que tiene un arpón en mal estado o también una lanza mala, entonces se lo entregarás y estarás convencido de haberle proporcionado con ello una alegría.
Si tú lo haces así, no procedes bien. Pues que el que recibe tu regalo, de inmediato se dará cuenta que ha recibido algo que no vale nada.
Si es malo lo tirará diciendo: eso no me lo deberías haber regalado. No, si tú quieres regalar algo, entonces entrega una cosa buena.
 El que la recibe inmediatamente se dará cuenta de tu bondad y contará en todas partes que eres buen hombre.
Si tú caminas afuera y ves un hombre ciego que no encuentra su camino, preocúpate de él y condúcelo al lugar donde quiere ir.
Si escuchas en alguna parte gritar a un niño que ha perdido sus padres, entonces ve para allá, tómalo en los brazos y llévalo de vuelta hasta donde sus padres.
Eso también debes hacerlo si fuera el niño de tu enemigo. Pues el niño no tiene la culpa si existen desavenimientos entre ustedes. Y él te dirá: Sí, no es un mal hombre y pronto hará las paces contigo, tal como debe ser.
No debes matar a ningún otro hombre, pues entonces también te matarán a ti como a un perro. Si no puedes entenderte con tu mujer, no la mates sino aléjate. Tampoco debes robar, pues quien roba es rechazado por todos.
Si personas de edad hablan contigo, escúchalos con atención, también cuando te aburras. Pues tú mismo algún día serás un viejo, entonces tampoco te gustará si gente joven huyera de tu compañía.
A las niñas se les encarece en especial lo siguiente: En las mañanas siempre debes estar lista y a disposición. Watauinewa kalakauana sakumache  (Watauinewua te mira flojonaza). Watauinewa te castigará, te dejará morir temprano si eres una dormilona floja. Tú tienes que estar preparada siempre para traer agua y leña y preocuparte del fuego. También debes estar alerta para servir a los hombres viejos y a las mujeres en caso de que les falte algo.
Cuando estás casada, debes ser para tu marido una esposa obediente y fiel. Y aún entonces, si sucediera que tu esposo te olvide y fuera donde otra mujer, no debes pensar que debes hacer lo mismo yendo donde otro hombre. No, espera primero con paciencia. Tarde o temprano tu marido recapacitará y volverá donde ti y cuando compruebe que le has seguido siendo fiel, él se alegrará y ustedes vivirán en paz.

No grites por una nimiedad. Tampoco cuentes lo que has escuchado sobre otros. Cuando salgas a caminar mantén la cabeza algo inclinada. Cuando tú, y eso está dirigido a los varones y a las niñas no queréis acatar los consejos recibidos en el Chiejaus, no te haremos nada, pues tú serás grande y te valdrás por ti mismo. También es cosa tuya si quieres o no observar los preceptos del secreto. Pero no creas que no tendrás tu castigo, ni en un caso ni en el otro. Pues aquel de arriba (Watauinewa) te ve y te castigará ante todo con una muerte temprana. Y si no te castiga de inmediato, él dejará morir a los niños.

En la foto Koper es quien está abajo a la derecha, Martín Gusinde abajo a la izquierda. Al pié el informante preparándose ceremonialmente:


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Leyendo estos antiguos preceptos, pensaba que varios de ellos podrían ser tenidos en cuenta, o bien tienen aplicación, en la dinámica de las sociedades actuales.

En el primero de ellos, está presente el buen acto de saber convidar, de ofrecer algo o invitar; la idea de compartir. El siguiente precepto remite al sentido de obsequiar algo, acaso en respuesta a una falta o necesidad de ese bien, haciendo valer la importancia de que aquello que se regala tenga una utilidad sincera para quien lo recibe. Hoy en día por ejemplo, una extensión de este pensamiento podría observarse cuando ocurren importantes inundaciones o terremotos: siempre surgirá en estos casos la solidaridad de quienes para ayudar regalan de su propio placard prendas, calzados, y hasta bienes sin uso. Obsequios de utilidad.

El tercer precepto goza de respeto actualmente: cuando en los grandes centros urbanos una persona ciega necesita cruzar una calle o alcanzar algún lugar específico, recibirá la ayuda de los transeúntes más próximos. Con el cuarto precepto ocurre algo similar: en las concurridas playas donde se superponen miles de sombrillas, o en los inmensos centros de compras, al extraviarse un niño éste pronto será ayudado por las personas que adviertan esa situación, quienes harán lo posible para acercarlo nuevamente a sus padres. Así hemos visto pequeños llorando sentados en los hombros de un adulto que, junto a un grupo de otras personas, recorren la playa aplaudiendo en busca de sus padres, o bien hemos escuchado la “voz de un paseo de compras” informando que un menor se encuentra perdido.

Los preceptos “no debes matar a ningún otro hombre” y “tampoco debes robar”, encuentran lugar en los tiempos que corren, pensados hacia el interior de cada sociedad y en la comunidad global.

Por último, el consejo referido a las personas de edad, podría hoy bien ser considerado en relación con los abuelos. Por supuesto, tener un abuelo o una abuela es algo muy grato, es muy bueno poder tenerlos, poder escucharlos y compartir momentos con ellos.

Un saludo Mingo,
Hernán (Bs. As.).-