Entreverado por Estancia Harberton.





La primera estancia fueguina tiene accesos por tierra y por mar. Nosotros llegamos como tantas veces en una lenta travesía en automóvil, era otoño, el flujo turístico del verano había disminuido, la callejuela que separa las nuevas construcciones de las históricas nos invitaba a caminar sobre el entarimado de maderas, la tarde crujía.






Una voces en inglés, inglés de guía turístico explicaba el origen de la construcción. Llegó con un plano para armar, pero los planos no coincidían y los carpinteros locales tuvieron que improvisar.



Muelles y muellecitos, en otros tiempos puntos de recalados de goletas y veleros, de balleneras y canoas yámanas.


Todavía en aquel momento tener televisión significaba levantar importantes antenas, y orientarlas.



Y estas construcciones para pasar el invierno.


La alta escalera, acceso invernal por si de pronto la nieve hacía de las suyas.


Las tumbas de la familia, en el cementerio interior, reflejan el reconocimiento de las segundas generaciones por las primeras, y la fusión entre los apellidos misioneros: Bridges y Lawrence.



En tanto que no falta la referencia afectiva por un perro, que fue sepultado en las cercanías de las tumbas patronales.




Aborígenes que trabajaron en el establecimiento, o cuyos restos fueron encontrados en las inmediaciones tienen su humilde sañalamiento en cruces de madera. Y cada vez va quedando menos gente que pueda hablar de ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

¡Muy buenas estas imágenes! Son verdaderos documentos históricos. Es que ciertamente, la Estancia Harberton guarda una parte de la historia de Tierra del Fuego. Podría uno ubicarla entre las tres o cuatro estancias más importantes de la isla, y de la zona sur, acaso la de mayor importancia.

Tomás Bridges y Juan Lawrence fueron dos personalidades relevantes de la Misión Anglicana establecida en Ushuaia en la segunda mitad del siglo XIX. Distintos autores se han dedicado al estudio de aquella Misión inglesa, el más destacado, por sus investigaciones y valiosos aportes, fue Arnoldo Canclini, recientemente fallecido. Luego de varios intentos – todos ellos contados en detalle por Canclini en sus libros – los misioneros ingleses lograron encontrar en las tierras que rodeaban la Bahía Ushuaia el lugar apropiado para fijar una base, un núcleo humano estable, partiendo de una primera vivienda ocupada por un misionero de apellido Stirling, Waite H. Stirling. Estos misioneros procuraban contribuir a la evangelización de los aborígenes yámanas y a acercarlos a las pautas de la civilización de aquel tiempo. Tomás Bridges fue la figura sobresaliente entre los misioneros que estuvieron a cargo de la Misión en el transcurrir de los años, y fue además un conocedor excelente de la lengua yagán, hecho éste que le permitió acercarse con mayor facilidad a los nativos consiguiendo a la vez su confianza. Lawrence fue su mano derecha durante un tiempo, y al decir de Arnoldo Canclini, fue el “primer maestro de Tierra del Fuego”.

Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-