Es el que protagonizó un bote del
acorazado Almirante Brown, cuando realizaba tareas hidrográficas sobre el
litoral austral.
En el acto fallecería el teniente
Mackinlay y cinco tripulantes.
Transcribiendo dichos del capitán de
fragata Saenz Valiente que comandaba la nave se pudo saber que:
Una racha de viento hizo zozobrar a dicha
lancha que tripulaban cinco marineros al mando del alférez de fragata Juan
Mackinlay, sin que por mas esfuerzo que se hicieron lograse salvarse a los
náufragos.
Según informes de informes de oficiales de la
Armada que conocen el canal de Beagle, paraje donde ha ocurrido el lamentable
suceso de que nos ocupamos, con frecuencia se producen estos, sin que los más
expertos marinos puedan evitarlo.
Hay parajes en que los buques no pueden entrar
por más que sea mar limpio, en este caso se ven obligados a largar lanchas que
nunca se alejan más de mil metros del buque.
En caso presente, ha pasado algo semejante no
obstante venir el “Brown” en dirección a Buenos Aires, continuaban los trabajos
de sondaje, para lo cual se desprendió la lancha que tripulaba el alférez
Mackinlay, la que navegaba a la vista del comandante Saenz Valiente.
La observaba este con su anteojo cuando de
pronto fue sorprendida por un fuerte tifón del sur, que arrastró a la pequeña
embarcación durante tan solo unos minutos, y la perdió de vista.
El comandante ordenó el salvataje en el acto,
pero ye era inútil, pues no se volvió a ver más a la lancha ni a sus
tripulantes.
Después de repetidos reconocimientos, y viendo
que todo esfuerzo se estrellaba en lo imposible, resolvió seguir viaje a Puerto
Madryn , desde donde ha comunicado al Ministerio la fatal terminación de su
hasta entonces feliz expedición.
El alférez Juan Mackinlay, era un apreciado oficial, querido de sus
jefes y subalternos, muy contraído a su carrera, a la que profesaba adoración.
En la familia era motivo de digno elogio como
buen hijo. Sus amigos y parientes reconocen las bellas cualidades del
distinguido oficial, que ha dejado la vida en el cumplimiento de su deber
cuando terminaba una empresa que tal vez le hubiera valido el ascenso
Los nombres de los que corrieron su triste suerte fueron Segundo cabo de mar Ramón Martínez Pena, marineros Alejandro Flores, José M.Araujo, Martín López y José Navarro. Solo se encontraron los restos de dos de ellos, no pudiendo por ahora especificar cual.
Los nombres de los que corrieron su triste suerte fueron Segundo cabo de mar Ramón Martínez Pena, marineros Alejandro Flores, José M.Araujo, Martín López y José Navarro. Solo se encontraron los restos de dos de ellos, no pudiendo por ahora especificar cual.
Una calle de Río Grande lleva el nombre del
Alférez Mackinlay.
En las últimas semanas supe de gestiones relacionadas con cambiar su nombre e imponer el de de Rodolfo Walsh. Fui interrogado sobre quien era Mackinlay, se suponía que por ser un apellido inglés era indigno de tener un reconocimiento público -la anglofobia crece en nuestra comunidad en determinadas épocas del año-, los remití a un escrito anterior a este y me quedé pensando que Walsh no era muy criollo que digamos.
2 comentarios:
Hola Mingo!
Este artículo me llevó a revisar un libro de topónimos que había leído hace un tiempo. Se trata de la obra del Juan E. Belza, “Romancero del topónimo fueguino”. No existe mucha bibliografía específicamente orientada a recuperar el origen de los nombres asignados a accidentes geográficos u otros sitios de la Isla Grande y su Archipiélago. Este trabajo es bastante completo, y revisa los contextos en los cuales fue surgiendo cada nombre en particular.
En su trabajo, Juan Belza indica que durante el año 1899 y parte de 1900, se realizaron trabajos para relevar el Canal Beagle. Así señala: “Se determinaron 48 posiciones geográficas y cinco mil sondas; se levantaron 177 placas topográficas; se estudiaron mareas, magnetismo y meteorología; se colocaron boyas, balizas y señales terrestres desde Lapataia hasta tres millas al oeste del Cabo San Pío”. Estos trabajos fueron realizados por un buque guardacostas, el “Almirante Brown”, que tenía como comandante al Capitán de Fragata Juan Pablo Sáenz Valiente y como segundo al Teniente de Navío Félix Ponsatti.
Continúa Belza su exposición de la siguiente manera:
“El Amirante Brown era un acorazado de 73 metros de eslora, ‘plancha de sastre’, lo llamaban los marinos en su jerga. Cargaba trescientos tripulantes y treinta oficiales.
El 21 de abril de 1900 quedó marcado por la desgracia. Mientras sondaban la zona de Gable, naufragó el bote dirigido por el alférez Juan M. Mackinley y tripulado por el cabo segundo de mar Ramón Martínez Peña con los marineros Alejandro Flores, José M. Araujo, Martín López, José Navarro. Tras paciente búsqueda sólo se rescataron dos cadáveres.
Los náufragos del 21 de abril fueron recordados en el Paso Mackinley, tramo comprendido entre la costa Sur de la isla Gable y la isla Navarino, limitado por la punta Mackinkey y cabo Peña. Éste último nombre se refiere al cabo segundo Ramón Peña. En la misma línea quedaron Punta Navarro, cerca del fondeadero Moat, por José Navarro y Punta López más al sur en la Isla Herchel, ubicada entre las Islas Le Hermite y Deceit” (Juan E. Belza: “Romancero del Topónimo Fueguino”, Instituto de Investigaciones Científicas Tierra del Fuego, Buenos Aires, 1978).
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Una revisión sobre los topónimos vinculados al Paso Mackinley
Siguiendo el desarrollo del análisis de Belza, intenté ubicar los topónimos que se originaron a raíz de este naufragio en el Canal Beagle. La Isla Gable se encuentra en el sector Este del Canal Beagle, al sur de la Isla Grande. Perteneció a territorio yámana en tiempos en que aquel pueblo se movilizaba en sus canoas por los canales fueguinos.
El Paso Mackinley se sitúa entre la Isla Gable y la Isla Navarino. Los siguientes dos topónimos que refiere Belza, Punta Mackinlay y Cabo Peña – en realidad, “Punta Cabo Peña”-, constituyen el límite oriental de dicho Paso: la Punta Mackinley se ubica en el extremo sudeste de la Isla Gable, en tanto que la Punta Cabo Peña se encuentra justo enfrente, al sur, en la Isla Navarino (Chile). Ambos puntos marcan la entrada al Paso Mackinley por el Este (*).
Sobre el segundo par de topónimos, encuentro a la Punta Navarro hacia el Este de Puerto Harberton, sobre la costa de la Isla Grande, aún en la parte angosta del Beagle. Resulta curioso que el topónimo Punta López haya sido ubicado muy lejos de la zona en la cual ocurrió el naufragio. Belza refiere que esta punta se encuentra en la Isla Herschel, en el área del Cabo de Hornos. Esta isla pertenece al Archipiélago de las Islas Hermite (Chile), y tiene una superficie de 65 km2. Revisando la Carta “Cabo de Hornos. Isla de los Estados. Península Mitre (Naufragios. Faros. Factorías. Oreros. Misioneros) – publicación de Zagier & Urruty, Buenos Aires, 2002 –, muy exhaustiva en datos, no encuentro en el mapa ninguna referencia a la Punta López. Una búsqueda en la red, tampoco arroja resultados positivos. Me pregunto entonces, si este topónimo existió en verdad en algún momento en la Isla Herschel y luego fue modificado (o eliminado), o bien le correspondió otra ubicación en los mapas.
Otro topónimo que encuentro en la Carta antes referida – el cual no es mencionado en el trabajo de Juan Belza – corresponde la Baliza Ponsati, sobre la costa de la Isla Grande, en el Canal Beagle, al Este de la Estancia Harberton. Félix Ponsatti, como señalara Belza, era el segundo de Sáenz Valiente en este relevamiento realizado en el Canal Beagle.
(*) Existe una baliza en la Punta Mackinley.
Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-
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