EVOCACIONES**** El 24 de Mayo de 1921 el presidente Hipólito Irigoyen autoriza a la Anónima a realizar los pagos de la administración pública y policía en Tierra del Fuego.





La medida comprendía esencialmente a Río Grande, puesto que en Ushuaia existía banco.

Pero en nuestra localidad faltaban todavía 16 años para que se instalara ese comercio.


Lo que se pretendía con esta medida era que la firma adelantara los pagos y luego cuando llegaran los dineros los recuperara del erario público.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Algunos antiguos pobladores de Río Grande pasarían más tarde por este representativo comercio de la Patagonia. Tal el ejemplo de Eduardo Rogollini.

Eduardo Rogollini nació en Punta Arenas y a los ocho años se trasladó con su familia a Río Gallegos. Más tarde, volvería a Chile para cumplir con el servicio militar. A su regreso a Río Gallegos, consiguió un trabajo en La Anónima local. Y esa sería su puerta de entrada a la ciudad del norte fueguino.

Rogollini llegaría a Río Grande en 1937:

“Yo llegué acá, a Río Grande porque me mandaron de La Anónima (de Río Gallegos) (...). Me mandaron para organizar La Anónima (de Río Grande).

La Anónima estaba en ese momento en la calle Libertad y Perito Moreno, en la esquina, era una casa de Van Aken. En el momento que yo llegué estaba la Casa Raful y la Casa Ibarra. Después Ibarra se fue y le alquiló su local a La Anónima.

Mis tareas en los primeros tiempos fue organizar la tienda, poner en orden la mercadería que se traía, ir arreglando todo, acomodando. Las cosas venían de la casa matriz, concentrada en Buenos Aires y se compraba también acá a los viajantes de comercio que en ese tiempo venían: de calzado, de mercería” (Bou, María Luisa; Repetto, Élida: “A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande”, Talleres Gráficos Recali S.A., Argentina, 1995).


Sobre los orígenes de La Anónima

En la web oficial de la empresa, es posible consultar una reseña histórica. Aquí la transcribo:

Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia.

En 1908 las empresas de José Menéndez y Mauricio Braun, se unieron dando lugar a la sociedad que comenzó con almacenes de ramos generales, estancias y una flota naviera propia. Desde los inicios, debido a lo largo y complicado del nombre, los habitantes de la Patagonia bautizaron a la nueva empresa como La Anónima. En 1942 abrió su capital a la oferta pública, cotizando desde entonces en la bolsa de comercio de Buenos Aires.

A mediados de la década de los sesenta, en medio de una difícil situación económica y financiera, la sociedad toma una serie de medidas tales como la liquidación de la flota naviera, la venta de campos e inmuebles y la transformación de los almacenes de ramos generales en supermercados, que ya operaban bajo el nombre de autoservicios.

En 1979, se revierte la dispersión del capital social y el paquete accionario se concentra nuevamente en la familia Braun. De esta manera, asume la actual conducción de la Sociedad y se pone en marcha una nueva estrategia orientada a obtener el liderazgo en el supermercadismo de la región Patagónica mediante una política de crecimiento, renovación tecnológica e informática y la instauración de una nueva política corporativa.

Hoy, con más de un siglo de actividad ininterrumpida, La Anónima es sinónimo de supermercadismo en la Patagonia y centro del interior del país, posicionándose como la cuarta empresa del rubro en el ámbito nacional y la segunda de bandera Argentina.

Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-