Formaban
parte de la avanzada misionera destinada por Don Bosco a lo que será la
Prefectura Apostólica una espacio comprendidos por dominios ingleses, chilenos
y argentinos.
Integran
el grupo Antonio Ferreo y Forturnato Griffa, que venían de Uruguay, el Coadjutor
José Audisio, junto a monseñor José Fagnano.
Griffa, es acólito, seminarista, y dejará
escritas sus impresiones de aquel día.
Al atardecer del 21 de julio de 1887, el
vapor Thebem de la Cía Hamburgesa Kosmos anclaba en Punta Arenas, última
población del continente americano.
En el cielo flotaban nubarrones cenicientos
y la temperatura era muy fría. Las pocas casas que formaban la población,
diseminadas por el declive del cerro, estban cubiertas por un blanco manto de
nieve y, vistas desde el vapor, presentaban un aspecto fantástico.
Después de los trámites de costumbre con las
autoridades marítimas, los pasajeros que veníamos a Punta Arenas, bajamos a
tierra. Éramos cuatro salesianos que por primera vez llegábamos a estas frías y
apartadas regiones.
¿Qué diferencia entre nuestra llegada a
Punta Arenas y la de tantos misioneros que habían desembarcado en otros puertos
de América. Muchos de ellos, recibidos casi triunfalmente por las poblaciones
que los esperaban con ansia y obsequiados por las autoridades civiles y
eclesiásticas, encontraron a su disposición locales ya preparados que le habías dispuestos la generosa previsión de
algunos cooperadores…!
Nosotros por el contrario, llegamos aquí
completamente desconocidos; veníamos donde no éramos esperados: por eso que no
encontramos una sola persona amiga que nos tendiese la mano para saludarnos.
Apenas, desembarcados, entramos en el primer
hotel que encontramos, junto al puerto- Recuerdo el nombre del dueño, Timoteo
Gómez, que desempeñaba el cargo de Oficial Civil y cuya esposa despachaba el
servicio postal.
Al día siguiente el Padre Ferrero y yo
salimos a recorrer la población, que entonces todos llamaban Colonia, por haber
sido tiempo atrás una colonia penal, a donde el Gobierno chileno desterraba
ciertos elementos peligrosos para la sociedad.
La descripción del padre Griffa, que
misionará más tarde en Río Grande, pone al desnudo los inconvenientes que
tendrán los salesianos, en esta frontera.
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