Lola vivía con los hermanos Barrientos, uno de los cuales
era su hombre.
Un día los Finocchieto abrieron una picada no autorizada, y
allá fueron los tres instalándose en un rancho.
Llevaron todo lo que tenían en el sitio anterior, y Lola reclamó
porque no quería cambiar de hogar.
Entre las cosas formaron parte de la mudanza estaba el
wincharge, con su molino, sus acumuladores y el receptor radial.
El tiempo no alcanzó para bajar del camión todo lo que
llevaron, e instalarlo.
Al día siguiente los hombres salieron a hacer su trabajo y
Lola quedó en su nuevo hogar, sintiéndose sola.
Al atardecer regresaron los Barrientos y vieron a la india
tejer una cesta afuera del rancho, sin devolver ninguna palabra a los recién venidos.
El gesto era raro porque Lola era muy hospitalaria.
La respuesta comenzó a aparecer cuando entraron a la casa y
vieron sobre la mesa la radio y un hacha clavada sobre la misma partiendo en
dos al aparato.
Barrientos, el marido, salió y la llamó a Lola con un gesto
del dedo índice de la mano izquierda, en la otra el hachero había perdido ese
dedo. Ella se levantó lentamente, parecía estar apesadumbrada.
Entonces recibió la pregunta: -¿Qué pasó aquí?
-Caja de madera no hablaba.- dijo la india que ese día se
había sentido sola.
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