EVOCACIONES*****Julio 24 de 1891. Acusado de imprimir un sello postal sin autorización, Julio Popper produce su descargo..


Buenos Aires, Julio 24 de 1891.
Excelentísimo Señor:
En la denuncia que forma objeto de expediente que antecede, se da cuenta de un hecho que carece de bases verídicas, equivocando el objeto de una marca que he emitido que corresponde a exigencias de mis trabajos mineros, que en realidad es una ficha, como acostumbran emitir casi todos los establecimientos industriales de la República, con la diferencia que la marca mía no representa, como la de otros, valor fiduciario alguno.
Mi establecimiento en Tierra del Fuego se halla a veces incomunicado por períodos mayores de seis meses. Allí los obreros no trabajan asalariados, sino reciben casa, manutención, máquinas y herramientas gratis, y parte del oro que extraen del suelo, oro en polvo, que a la intemperie, en el campo libre, es imposible manejar o, fraccionar, sin pérdidas considerables.
Para evitar ese inconveniente, hice acuñar el oro en la Casa de Moneda de Buenos Aires en forma de medallas, indicando el peso y la ley que representan, como V. E. puede ver por muestra que queda adherida a la presente, y que no representa valor monetario alguno.  Pero como es difícil acuñar medallas por fracciones menores de un gramo, y teniendo muchas veces que satisfacer diferencias en centígramos de oro, tuve que emitir vales en forma de la estampilla, que agrego y que, según la inscripción, representa diez centavos o centígramos, de oro local de Tierra del Fuego, es decir la décima parte de dicha medalla, pudiendo asegurar a V. E. que no existe otra clase de oro local en aquel territorio.
En la denuncia se afirma que la estampilla va inutilizada con un sello que dice “Sandi Point” y también que toda mi correspondencia que sale de San Sebastián lleva está clase de franqueo.
Pues bien, ambas aseveraciones son completamente inexactas: jamás he utilizado estampillas de la manera indicada y cuando, hace cuatro meses, hubo despacho de correo oficial en San Sebastián -era la primera y última vez en el período de seis años, señor ministro-, mi correspondencia ha sido franqueada por este correo solitario, que me proporcionó un perjuicio de algunos miles de pesos, por graves negligencias en su despacho, como puedo comprobarlo ampliamente.
Eso no obstante, me he abstenido de enviar correspondencia con estafeta particular, por donde andaba (aunque sea una sola vez) dicho correo oficial.
Mis mensajeros van por vía terrestre, atravesando el desierto a caballo entre puntos que carecen de otro medio de comunicación, amparándome a este efecto en lo que dicta el artículo 6, inciso 3 y 6 de la Ley de Correos.
Dichos mensajeros, a más del sueldo que les pago reciben, como estímulo para evitar el extravío de la correspondencia, por cada carta que conducen, una marca de diez centígramos, que inutilizan o devuelven al recibir el oro efectivo.
Con este procedimiento, en que me valgo de una marca en forma de estampilla, no me he permitido aún las licencias que se toman los fabricantes norteamericanos de cigarrillos y de medicinas de patente, lo mismo que los establecimientos balnearios europeos, que agregan a sus mercancías o emiten estampillas que representan valor fiduciario, y no he cometido más de lo que acostumbran hacer los fabricantes de perfumería, que ostentan estampillas especiales en sus pomitos o de las personas que adornan su correspondencia con timbres como los que se ven en el N° 940 del periódico “La Nature”, que acompaño. (Anexo al expediente) (19).
Este procedimiento, lejos de perjudicar intereses ajenos responde a una necesidad vital del establecimiento, allana una deficiencia de la gobernación, que, sin hacer efectivos los medios de comunicación que le asigna el presupuesto, fomenta una oficina de correos en Tierra del Fuego, cuyo encargado se halla en Buenos Aires, como asimismo escuela, policía, juzgado y otras reparticiones, cuyos respectivos jefes o se encuentran en la Capital de la República, o no existen!
Ya tuve el honor de elevar al señor Ministro tina exposición, haciendo presente el lamentable estado de la Gobernación y las pocas delicadas tendencias del señor Gobernador; y como la denuncia que motiva la presente, al carecer de bases, sólo tiende a envolverme en tramitaciones judiciaIes enojosas, ruego a V.E. se digne ordenar sea agregado este escrito al referido expediente, resolviendo el señor ministro lo que crea más conveniente.
Es justicia.
Julio Popper”
El precedente informe, de gran valor para precisar la finalidad de la “estampilla”, contenía además, como todas las notas de Popper al Ministro del Interior, alusiones a deficiencias administrativas en Tierra del Fuego y provocaba la consiguiente reacción en los funcionarios aludidos.





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