ANTICIPOS DE MAÑANA** El 13 de septiembre de 1871 se relata en la Misión de Ushuaia la presencia de una ballena varada.




“Nuestra pobre gente, que en cualquier otro tiempo hubiera evitado un chapuzón en agua limpia, en este casi saltó en el agua casi helada casi hasta los sobacos y se dedicó a la tarea como nunca antes los había visto.

Pronto hizo un fuego en el lugar, se colocaron encima algunos trozos  de grasa  y fueron comidos con gusto.

Como por un instinto, pronto aparecieron canoas de todas partes y nuestra pobre gente tuvo un mal trato, porque aunque quedaba un poco de la ballena que podía ser obtenida con adulaciones, cargoseo o bravuconadas, ni una mujer pudo hacer nada para conseguir siquiera un mejillón.
El pequeño monte cercano se transformó en la habitación nocturna de espíritus errantes, que daban vuelta todos los lugares sospechosos del arroyito, a menudo echando luz sobre una grasa bien escondida, para gran pérdida y lamento de los propietarios que habían depositado allí por seguridad  y para preservarla de la corrupción.

Era la actitud de los nativos que habían llegado tarde al reparto de la ballena, y buscaban donde podía haber quedado algo puesto que a ellos les toca apreciar el esqueleto pelado y el hígado que no se comía.

Los huesos resultaron demasiado cortos para los propósitos de los nativos, como entretejer sus canoas de corteza, las costillas y otros huesos, reforzados con calor, fueron transformados en cabezas de flechas; los tendones divididos en filamentos y tejidos resultaron excelentes líneas de pesca.

Nota sobre la foto: Ilustramos con una imagen actual.


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