Ante la muerte de Carlos Baldassarre.




Carlos nació en Uruguay y ya era rioplantense cuando una circunstancia muy particular lo trajo al sur, ganó un concurso de Clarín cuyo premio era llegar a la Antártida y con ello conoció Ushuaia donde se fue quedando.
Fueron los días del Gobernador Eseverry y Luís Rocha como su Director de Cultura cuando lo conocí. Conformaba un equipo de investigadores en temas culturales entre los que figuraba también la ushuaiense Cecilia Belotti Camaño y la riograndense Liliana Piñero.
Un encuentro de políticas culturales me llevó a relacionarme por primera vez con Baldassarre, fue en Tolhuin, por 1988 en días en los cuales era tema de debate, y creo que también de investigación para él, el de la identidad cultural de los fueguinos, Carlos sostenía que nuestra identidad era la diversidad.
Al tiempo lo teníamos en Río Grande. Sería docente de Dinea bajo la esfera de Andrés Dolomaiuk. Como este fue el primer jefe de Rentas se fue acercando a la Municipalidad, también acompañado por Carlos Ratier que trabajaba en el Centro Histórico Documental, pero no ingresaría al elenco comunal hasta dentro de unos años. Eran los tiempos de Chiquito Martínez, días peronistas, y a Baldassarre se lo tenía identificado del lado del radicalismo.
Con Colazo en el poder la cosa fue diferente, él ya se había mostrado en el diario de Welsh escribiendo en suplementos turísticos, y con Carlos Page dieron vida a una Dirección de Turismo que inicialmente funcionó en el Offen Plaza. Más tarde sería incorporado al Museo de la Ciudad donde revistiría largos años como Coordinador, negándosele una Dirección que finalmente ejerció hasta jubilarse en ese cargo: eran los días de Jorge Martín y el Museo fue su lugar de desenvolvimiento en Alberdi 555, concretando el sueño de Miguel Vítola que había pensado ese lugar como “El Galpón de la Historia”.
Hoy podría hacer una caja con todas las cosas escritas por Carlos, que creo no me falta alguna, sus libros: desde aquel que relacionó la fauna fueguina con el mundo espiritual de los selknam (financiado por Tachi Trejo), o el otro llamado El cielo de los selknam (Astronomía y Antropología), breve pero consistente trabajo firmado  con José Luís Hormaechea, en sus primeros días como jefe de la Estación Astronómica Río Grande. De estos a sus últimos títulos, al que vinculó la historia de Roca con la filatelia, o el que siguió el rastro de un mito: El Gauchito Antonio Gil, los que recibí en una temprana entrevista en Radio Nacional.
Baldassarre tenía un espíritu liberal y en eso nació su vinculación a la Armada, siendo en la dotación del BIM 5 Corresponsal Naval; allí se lo vio de uniforme de gala, llegando a escribir un libro institucional.
Su labor periodística giró en la esfera de Tiempo Fueguino, conservo de ese primer tiempo un escrito suyo sobre la comisaría del Lago  Kami, ampliamente documentado. Recuerdo también su experiencia en la revista Comunicándonos donde aceptó para publicar una entrevista que había hecho a mi tía Francisca Martínovich de Vásquez, reportaje en el que modificó el hablar de la viejita (donde decía chauchas el reemplazó por moneditas), situación por la cual estuvimos distanciados un tiempo. En Radio Nacional realizaba semanalmente el equivalente radial de la revista, hasta que un día terminó su experiencia por entenderse desde la dirección que estaba tocando temas que no correspondían a las temáticas propias de la publicación. Después llegó a ser el principal columnista de un mensuario impreso por Total, y al entregarme a la edición de El río, memorias de la zona, me acercaba un trabajo anual con su firma.
Un escrito en el cual pudimos aportar algunos granitos de arena fue el relacionado con el Hotel Argentino, donde hizo un abordaje de arqueología urbana muy singular, el hotel había pertenecido en dos tiempos a dos tíos míos.
El día que se jubiló hablamos sobre su futuro, hoy se que ha muerto a los 76 años y a mí no me parecía tan mayor.
Me habló de que comenzaba a construir una casa en Tandil, y que ahora dispondría de mayor tiempo para algunos temas pendientes. En otro momento me había confesado que fuera de la estructura Municipal le sería más difícil desenvolverse, pero solía andar  y preguntar sobre un trabajo que finalmente no llegó a terminar: Una relación fotográfica sobre el Río Grande de la primera mitad del siglo que pasó. También en ese sentido “El Profesor”, como lo recuerdan sus alumnos, solía visitar al Centro de Antiguos Pobladores buscando referencias, confesándome una vez que ya no había viejos en ese lugar, que los viejos éramos nosotros.
Hoy un paro cardíaco detuvo su vida en el Hospital Regional.
Hace algunas semanas nos vimos vidrio de por medio. Yo salía con mi compra desde la panadería de Tante Sara y sentí que alguien me miraba; me di vuelta y estaba sentado solo en una mesa, la mesa alta, y me levantó la mano. Le devolví el gestó y seguí me caminar rumbo al auto que había quedado muy lejos.
La última vez que nos encontramos lo felicité por su casamiento por Mónica y él me habló de perros y estampillas. Como uno de los dos tenía que viajar dejamos nuestro encuentro para el regreso. Y el regreso esperará…

Lo que no alcanzo a escribir ahora no es porque se me quedó en el tintero, se quedó en el corazón.

Foto; Alejandro Vega Cacabelos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo creerlo, se nos fue un amigo y un hombre con enormes conocimientos sobre la historia Fueguina.Un profesor con todas las letras UN GRAN PROFESOR,muy querido entre los alumnos ADULTOS del DINEA,.....Adios Balda!!!!!Andres Dolomaniuk....

Anónimo dijo...

Hola Mingo,

Siguiendo esta reseña de vida, la que vos nos contás, advierto que se ha ido una personalidad fueguina que ha dedicado varios años al conocimiento y la divulgación de la historia local. Sabía de él, ya que su nombre se me había presentado en algún momento de mis lecturas fueguinas, aunque lamentablemente no tuve posibilidad de tratarlo. Quedarán sus letras, las cuales seguramente serán del interés del historiador y llevarán a otro escalón más en el conocimiento.


Interpretando un estudio de Carlos Baldassarre

En la publicación “El Río, Memorias de la zona” (Año 1, Nº 7, Río Grande, 13 de Septiembre de 2003), se destaca un artículo que lleva su firma y que aborda la problemática del poblamiento original de la Tierra del Fuego. En esas líneas, podemos leer lo siguiente:

“Localicémonos a partir de ahora en el extremo austral de América, donde en base a los antecedentes geomorfológicos y arqueológicos conocidos, se ha postulado que hace aproximadamente 11.000 años, grupos de cazadores - colectores nómades pedestres -, ingresaron a Tierra del Fuego, cuando los hielos de la última glaciación ya se encontraban en franco retroceso”.

El autor respalda este concepto citando a Schobinger (1988), quien señala: “(...) la geocronología y los fechados radiocarbónicos de los sitios ya excavados en el sur de la Patagonia bastan para demostrar que en el noveno milenio a.C. esa inhóspita región estuvo poblada por grupos de cazadores de guanacos y caballos (y más esporádicamente algún perezoso gigante)”.

Continúa Baldassarre su análisis: “Por otro lado, y dado que esta gente (*) aparentemente no poseía hábitos náuticos, nos obliga a pensar la utilización de determinados pasos terrestres que debieron bordear antiguos lagos de origen glaciar, en una época anterior a la apertura del Estrecho de Magallanes. Sobre ello, opina Massone (1990): Las condiciones para la existencia de tales pasos, o incluso de extensos territorios libres de agua que permitieran unir Tierra del Fuego con el continente, debieron darse aproximadamente entre 13.000 y 8.000 años atrás, por la presencia de arcos morrénicos transitables en la Primera y Segunda Angostura del Estrecho, dejados por el retroceso de los grandes hielos y debido también al bajo nivel de las aguas oceánicas durante ciertos períodos. En base a recientes estudios comentados por Borrero y a partir de datos obtenidos por Fray y Erwing, y Richards y Craig, se estima que hace unos 11.000 mil a 12.000 años antes del presente, el nivel del mar en el sector atlántico, próximo a la región, estaba entre los 100 y 110 metros bajo el nivel actual y que la paleocosta se extendía hasta aproximadamente 100 kilómetros hacia el Este de la línea de costa actual, condición que permite pensar en la existencia de una porción considerable de tierra emergida en el área. Una vez en territorio fueguino, estos primeros habitantes recorrieron diferentes zonas en busca de las presas de caza indispensables para subsistir y de lugares de abrigo para establecer sus campamentos periódicos en el territorio estepario septentrional”.

CONTINÚA EN EL SIGUIENTE COMENTARIO

Anónimo dijo...

VIENE DEL COMENTARIO ANTERIOR

Podemos interpretar entonces, que Carlos Baldassarre sostiene que hace 11.000 años (o bien 11.000 años Antes del Presente (AP) / o en el noveno milenio a.C.), grupos de cazadores - colectores nómades pedestres – entraron a Tierra del Fuego por pasos terrestres que unían el continente a la Isla Grande, cuando el Estrecho de Magallanes aún no existía como tal. Estos pasos eran “arcos morrénicos transitables en la Primera y Segunda Angostura del Estrecho” formados por el retroceso de los glaciares y el nivel bajo del mar. Así, hace 11.000 años el nivel de mar era 100 metros más bajo que el nivel de ahora (además de que la costa era más extensa que la actual). De ahí el planteo de Baldassarre al sostener que hace 11.000 años los grupos de cazadores - colectores nómades pedestres - cruzaron a Tierra del Fuego por estos pasos o arcos, cuando el mar estaba más bajo permitiendo así la formación de esos pasos o arcos (también consecuencia del retroceso glacial).

Para demostrar esta hipótesis sobre la presencia humana en Tierra del Fuego en el período temporal que se señala (11.000 años Antes del Presente), y dilucidar también cómo se fue dando la ocupación en el tiempo en el resto de la isla, Baldasarre cita distintos sitios arqueológicos que implícitamente se enmarcan dentro de tres etapas históricas:


Etapa 1: Ocupación de grupos de cazadores paleoindios

Sitios Arqueológicos:

- Alero Marazzi (con un fechado de 9600 años)
- Tres Arroyos (con una datación máxima de 11.800 años)
Ambos en el norte de la isla sector chileno.

“A partir del estudio de los mismos (**) se pudo reconstituir una secuencia de ocupación humana que se inició entre los 11.800 y 9600 años antes del presente, con la presencia de grupos de cazadores paleoindios que convivieron con fauna actualmente extinta, seguidos por una ocupación pre selk´nam y consecuentemente la (ocupación) selk’nam de la época histórica”.

Esta fauna es aportada por Baldassarre en una grilla temporal, y es la siguiente: Mylodon sp, Canis Dusicyon Honohyppidium, Smilodon sp, y Lama V. gracilis. En la “Vegetación” para esta etapa el autor menciona la tundra magallánica.


Etapa 2: Ocupación Pre- Selk´nam

- Sitio Arqueológico:

Túnel 1: 7000 años Antes del Presente.


Esta etapa pre selk´nam, es implícitamente mencionada por Massone al plantear “(...) una columna vertebral que enlaza a esos antiguos cazadores del noveno milenio antes de Cristo con la cultura aborigen de los selk´nam históricos (onas)”. A su vez, Orquera y Piana, sostienen: “Ya se ha visto que la Patagonia continental fue poblada hace casi 13.000 mil años y que los alrededores del Estrecho de Magallanes - incluido el norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego - lo están desde no mucho después. Esos primeros pobladores eran cazadores que se movilizaban a pie. Así deben haber llegado hasta orillas del Canal Beagle los más antiguos visitantes de esa región hasta ahora conocidos. Según un fechado radiocarbónico, esto se habría producido hace unos 7000 mil años, en el Sitio Túnel 1” (***).

CONTINÚA EN EL SIGUIENTE COMENTARIO

Anónimo dijo...

VIENE DEL COMENTARIO ANTERIOR

Etapa 3: Ocupación Selk´nam de la época histórica (onas)

- Sitios Arqueológicos:

Cabeza de León: 1100 años Antes del Presente.
Shamakush: 1500 años Antes del Presente.
Lancha Packewaia: 4000 años Antes del Presente.

Señala Carlos Baldassarre en la parte final de su estudio: “ (...) con respecto a las ocupaciones humanas más recientes, las informaciones arqueológicas proporcionadas – hasta el momento – se relacionan con la presencia de grupos de cazadores pre selk´nam y selk´nam, que habitaron en la Isla Grande de Tierra del Fuego en los últimos milenios. Entre los principales antecedentes pertenecientes a dicha época, puede mencionarse un sitio ubicado al sur de la Bahía San Sebastián, identificado como Cabeza de León y desarrollado por el Dr. Borrero, a partir de 1977, en un alero rocoso cuyo componente más antiguo corresponde a una ocupación de 1100 años antes del presente” (El Río, Memorias de la zona”, Año 1, Nº 7, Río Grande, 13 de Septiembre de 2003).

En la grilla temporal antes mencionada, en los últimos milenios el autor ya indica la existencia de la fauna actual, así también como la vegetación que hoy podemos observar recorriendo los bosques de la isla: Nothofagus Pumilio (****), Nothofagus Betuloides (*****), Nothofagus Antártica (******).

(*) Se refiere a los grupos de cazadores - colectores nómades pedestres -.
(**) Ambos sitios arqueológicos.
(***) Esta ubicación corresponde a una zona del Canal Beagle próxima a la Estancia Túnel.
(****) Lenga.
(*****) Guindo.
(******) Ñire.

Un saludo Mingo,
Hernán (Bs. As.).-