Esta pregunta me viene arrastrando desde una semana cuando
la morir Carlos Baldassarre afloraron tras nuestros comentarios tantas
demostraciones de afecto por el profesor.
Y la pregunta se relacionaba con otra: Dónde están todos los
libros de Carlos? Yo podía responder encasa, en la suya tal vez también, pero
fuera de estos ámbitos privados.. ¿Dónde en lo público?
Estarán en el Museo de la Ciudad donde sirvió como Director
por más de una década. No hubo pronunciamientos ni formales ni concretos por su
pérdida, por parte de la corporación municipal, pero tal vez atesore parte de
sus obras como una herencia.
Aunque no se perfila así, al menos de manera aceptable.
Es que no hay en el medio un lugar donde alguien pueda
acudir a requerir las publicaciones que sobre el medio se han escrito.
Si en algún momento alentamos la realización de estos
repositorios se nos señaló que sería para el próximo presupuesto, o luego de
las próximas elecciones, pero la cosa no avanzó.. Los viejos libros sobre la
Tierra del Fuego todavía se pueden encontrar en el Museo Salesiana –institución
privada- o cercanos a la vieja vitrina de la Biblioteca Schmith donde Tita
Romero los tenía al resguardo haciendo un préstamo restringido de los mismos..
Es que de las Bibliotecas muchas veces los libros salen,
pero no vuelve..
El impulso dado por el Padre Juan Esteban Belza por los años
70 al conocimiento de nuestro ayer multiplicó las obras fueguinas. La incorporación
del offset y la computación facilitó la tarea de edición de textos.
La Tierra del Fuego se llenó de escritores, por lo que te
salía un moderno televisor te podías imprimir un libro.., el problema que venía
después era la distribución.
Recién en la última década aparecieron librerías
convencionales que a veces aceptan los libros del autor fueguino, no siempre
ponderándolos en su exhibición.
La Editora Cultural, nacida durante la gestión Ríos,
posibilitó la impresión de numerosas obras, algunas de ellas entregadas a
bibliotecas escolares donde diversos criterios de los responsables de las
mismas posibilitan la visibilización o invisibilización de los libros.
Ayudó en esta tarea el menguado Plan de Lectura.
Pero para el lector común interesando.., ¡cuántos problemas
a la hora de encontrar un trabajo de un escritor local! Casi tanto como el de
algunos autores para encontrar lectores.
Y el estado con repositorios ausentes.
Mucho ayudó en la difusión de las obras de autores locales el rincón abierto en panadería La Unión, en Tolhuin.. Otra iniciativa particular.
Pensar que con el sueldo de un funcionario jerárquico, que
seguramente se colocaría al frente de un área de esta naturaleza –digamos unos
26 mil pesos- se podrían ir adquiriendo muchos y variados ejemplares.
Pero la cosa sigue así, y en estas instancias vacías de
futuro no aparece el libro como una prioridad.
Traigo a colación una anécdota: Un día vi que en el cesto de
la basura de una imprenta había una importante cantidad de bolsas, y de una de
las cuales aparecían libros. Me acerqué y vi que se trataba de un escrito de
Baldassarre del cual habían faltado tapas. Pasé y pregunté sobre que pensaban
hacer, estaban en la basura--- Habían esperado la orden por más tapas pero esta
nunca había llegado. Los cargué en el baúl del auto y al día siguiente los
visité a Carlos. Se acercó los miró y dijo que ya estaban húmedos. Le pregunté si se los dejaba. Me
dijo que tenía otro tanto en casa que no había conseguido vender.
Me puse a pensar que Baldassarre había caído ya sobre el
magnetismo pleno del filatelista, que sabe que cuantas menos estampillas
existan, estas más valen. Pero la función del libro es multiplicar,
democratizar.
En casa, se fueron secando, no estaban todos húmedos, y así
sin tapas los fui regalando al conjunto de curiosos e interesados que suelen
visitarme.
2 comentarios:
Rubén Baliño en su librería OIKOS era un importante divulgador de escritores y músicos patagónicos
Rubén Baliño en su librería OIKOS era un importante divulgador de escritores y músicos patagónicos
Publicar un comentario