lEl viernes 5 de junio nos reunimos en la Planta Transmisora de Radio Nacional Río Grande para homenajear a Pisto Arriagada, nuestro primer jubilado.
Es cierto que ya antes algunos compañeros han pasado a revistar en la clase pasiva, pero ellos lo han hecho renunciando a un segundo empleo sobre el cual ejercían su derecho, o bien se trataba de aquellos que obtuvieron un traslado, o fueron cesanteados previamente por las medidas de ajuste de los años 90.
El caso de pisto es diferente y se da dentro de nuestra normativa que no plantea ninguna excepción por trabajar en Tierra del Fuego, y se concreta sobre los 65 años de edad para los varones, que en el caso de Arriagada se obtiene ya con 48 años de servicio.
Abel Segundo Arriagada nació en circunstancias difíciles para su familia el 23 de diciembre de 1943, todo se preparaba para un fin de año lleno de esperanzas en el hogar constituido por José Abel y Juana Laborich donde ya se registraba la presencia de dos niñitas Inés y Aurora, José como practicante y trabajador de lo que viniera del lado del Frigorífico y su puerto, Juana en las tareas domésticas que no eran pocas en aquel Río Grande donde no todos los vientos eran malos.
Pero un accidente en ruta, en un camión recién bajado del Lucho terminó con la vida de varios vecinos que transportaba un polaco sin carnet que fue recibir el vehículo para llevarlo a la zona del lago. El padre muere el 7 de diciembre, y Pisto vendrá a ser hijo póstumo..
En su infancia la familia se agranda, la madre establece su relación con Teólifo Hirsig, trabajador portuario, y comienzan a venir las niñas, y el Toto que casi al final del camino marca otra presencia masculina cuando Pisto ya era un hombrecito..
Y hombrecito que era comenzó a saber del trabajo, orillero del mar, y con algún caponero más adelante.
Hasta que un día se le dio y entro en un empleo estable, de sueldo fijo en $ 2000 –dos fragatas- y $ 1500 de bonificación. Era el 1 de junio de 1961 y pasaba a ser “unifornado transitorio”.
Ya en este tiempo donde no ha dejado de trabajar en los buques, cuando se da el momento y acomodando los horarios, vendrá el momento de formar su hogar, y así van naciendo José Abel –como el papá que no conoció-, Juan Ramón, Berta Marcela, Inés Carolina, Alberto Fabián, Pablo Martín y Cristina. ¡Siete! Y ahora ya en el tiempo de contar los nietos llega a 14, incluyendo en la lista a la criatura que no llegó a nacer por las contingencias que mataron a su madre en un accidente automovilístico.
Pisto… ¿Por qué se llama Pisto?
Es cierto que ya antes algunos compañeros han pasado a revistar en la clase pasiva, pero ellos lo han hecho renunciando a un segundo empleo sobre el cual ejercían su derecho, o bien se trataba de aquellos que obtuvieron un traslado, o fueron cesanteados previamente por las medidas de ajuste de los años 90.
El caso de pisto es diferente y se da dentro de nuestra normativa que no plantea ninguna excepción por trabajar en Tierra del Fuego, y se concreta sobre los 65 años de edad para los varones, que en el caso de Arriagada se obtiene ya con 48 años de servicio.
Abel Segundo Arriagada nació en circunstancias difíciles para su familia el 23 de diciembre de 1943, todo se preparaba para un fin de año lleno de esperanzas en el hogar constituido por José Abel y Juana Laborich donde ya se registraba la presencia de dos niñitas Inés y Aurora, José como practicante y trabajador de lo que viniera del lado del Frigorífico y su puerto, Juana en las tareas domésticas que no eran pocas en aquel Río Grande donde no todos los vientos eran malos.
Pero un accidente en ruta, en un camión recién bajado del Lucho terminó con la vida de varios vecinos que transportaba un polaco sin carnet que fue recibir el vehículo para llevarlo a la zona del lago. El padre muere el 7 de diciembre, y Pisto vendrá a ser hijo póstumo..
En su infancia la familia se agranda, la madre establece su relación con Teólifo Hirsig, trabajador portuario, y comienzan a venir las niñas, y el Toto que casi al final del camino marca otra presencia masculina cuando Pisto ya era un hombrecito..
Y hombrecito que era comenzó a saber del trabajo, orillero del mar, y con algún caponero más adelante.
Hasta que un día se le dio y entro en un empleo estable, de sueldo fijo en $ 2000 –dos fragatas- y $ 1500 de bonificación. Era el 1 de junio de 1961 y pasaba a ser “unifornado transitorio”.
Ya en este tiempo donde no ha dejado de trabajar en los buques, cuando se da el momento y acomodando los horarios, vendrá el momento de formar su hogar, y así van naciendo José Abel –como el papá que no conoció-, Juan Ramón, Berta Marcela, Inés Carolina, Alberto Fabián, Pablo Martín y Cristina. ¡Siete! Y ahora ya en el tiempo de contar los nietos llega a 14, incluyendo en la lista a la criatura que no llegó a nacer por las contingencias que mataron a su madre en un accidente automovilístico.
Pisto… ¿Por qué se llama Pisto?
En medio de las urgencias de hacer crecer la familia levantó su casa allá en Belgrano al fondo -1180- mostrando sus cualidades de constructor, mientras tanto llevaba un peso más al presupuesto doméstico con la fabrica de soda, y con sus menesteres de pescador que en casi todos los casos no iba más allá de la fiesta del cholgueo, y sus magníficos curantos.
¡Si lo sabremos en los estudios de la radio, aun al filo de la marea roja!
Un día decidió buscar otros horizontes dentro de la Secretaría de Comunicaciones pero en otra repartición, y lo destinaron a la Planta Transmisora de LRA. Fue en las contingencias del golpe de estado del 76 y allí se llevó el gran susto: tareas de mantenimiento previas, sumadas tal vez al nerviosismo de la hora, llevaron a que los equipos no arrancaran el 26 de marzo. Y allí debieron descubrir encañonados por las tropas de la Marina, los problemas que no aparecían de ninguna manera, pesando sobre todos la sospecha de un sabotaje, y amenazas intimidatorios de todo tipo…
Después llegaron años más tranquilos, incluso un temporada en Estudios trabajando como auxiliar de discoteca y en alguna circunstancia operador –tal vez para mejorar el lejano- y su regreso al fin a la Plata donde termina sus días de asalariado.
Y decimos de asalariado, porque Pisto –incansable- ha encontrado en su chacra de la margen sus un desafío para su falta de fatiga.
-Y ahora ¿Qué nos queda pisto?
-¡Nos queda todo!
¡Si lo sabremos en los estudios de la radio, aun al filo de la marea roja!
Un día decidió buscar otros horizontes dentro de la Secretaría de Comunicaciones pero en otra repartición, y lo destinaron a la Planta Transmisora de LRA. Fue en las contingencias del golpe de estado del 76 y allí se llevó el gran susto: tareas de mantenimiento previas, sumadas tal vez al nerviosismo de la hora, llevaron a que los equipos no arrancaran el 26 de marzo. Y allí debieron descubrir encañonados por las tropas de la Marina, los problemas que no aparecían de ninguna manera, pesando sobre todos la sospecha de un sabotaje, y amenazas intimidatorios de todo tipo…
Después llegaron años más tranquilos, incluso un temporada en Estudios trabajando como auxiliar de discoteca y en alguna circunstancia operador –tal vez para mejorar el lejano- y su regreso al fin a la Plata donde termina sus días de asalariado.
Y decimos de asalariado, porque Pisto –incansable- ha encontrado en su chacra de la margen sus un desafío para su falta de fatiga.
-Y ahora ¿Qué nos queda pisto?
-¡Nos queda todo!
-¿Nunca un tinto?
.¡Siempre un blanco!
1 comentario:
¿y por qué Pisto....? Muy bueno, los chucharielos y Antonio Aguilar para la pròxima entrega.
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