“ De las observaciones y estudios que he hecho en Río Grande puedo afirmar que entre mujeres mayores de 21 años –duda un momento- de 21 años en adelante: siete de cada diez mujeres viven solas”.
Mi interlocutor se afana en las tareas para las cuales ha sido contratado, y por un momento escucha si desde la casa alguien puede estar atendiendo a nuestro diálogo, entonces yo le comento: -“De 21 años hasta la muerte”. Y el ya retoma la conversación:
-“Después de los 80 ellas lo viven todo diferente, siempre hay alguien, o una institución que se ocupa más directamente de los ancianos, y se pierde esa gran necesidad de pareja que nos altera a edades tempranas”.
Pero eso era tema de otra conversación, de otro estudio, y al fin de cuenta lo nuestro era una charla en la vereda en días de fiesta donde todos estábamos sumamente apurados.
“De esas diez mujeres que viven solas, hay cinco que han tenido un hijo de soltera!. Y después me aclara que el hijo puede ser legitimado o no por sucesivas parejas, pero allí no maneja estadísticas. El tema la cierra mientras termina de limpiar la vereda de los efectos de la poda, que es la tarea para la cual ha sido contratado: -“¡Y una de cada diez no sabe quien es el padre de su hijo!”.
-“¿Uniones ocasionales?”.
-“Pactos de silencio”.
-“Promiscuidad, abundancia de relaciones en un momento feliz o desesperado de la vida”.
-“¿Y de los hombres Marido, que podemos decir”?
-“Tres de cada diez viven solos. Uno de esos tres es homosexual...”- un auto tuneado pasa con su estruendosa música, lo que exige al Marido repetir su comentario: “Uno de esos tres es homosexual, pero medio… es decir, uno de cada dos homosexuales se atreve a reconocer su condición. ¡No lo puede exteriorizar!!”
El Marido es un gran lector, un gran conversador y un gran observador. Sus conceptos sobre el matrimonio gay, tema en el cual en Tierra del Fuego viene hablando todo el mundo; son tolerantes y moderados.
Pasa el tiempo hablando de estos temas. Nos despedimos hasta otro día. Mientras voy subiendo a mi auto, y el ya está acomodado sobre su bicicleta, me comenta: -“El 70% de las mujeres de más de 56 años no tienen sexo”. ¡Qué tema pensé para mis adentros!. “Y los motivos pueden ser religiosos…, la obesidad, la salud, la sociedad, los hijos…”
Mano en alto ambos: “¡Nos vemos!”
Mi interlocutor se afana en las tareas para las cuales ha sido contratado, y por un momento escucha si desde la casa alguien puede estar atendiendo a nuestro diálogo, entonces yo le comento: -“De 21 años hasta la muerte”. Y el ya retoma la conversación:
-“Después de los 80 ellas lo viven todo diferente, siempre hay alguien, o una institución que se ocupa más directamente de los ancianos, y se pierde esa gran necesidad de pareja que nos altera a edades tempranas”.
Pero eso era tema de otra conversación, de otro estudio, y al fin de cuenta lo nuestro era una charla en la vereda en días de fiesta donde todos estábamos sumamente apurados.
“De esas diez mujeres que viven solas, hay cinco que han tenido un hijo de soltera!. Y después me aclara que el hijo puede ser legitimado o no por sucesivas parejas, pero allí no maneja estadísticas. El tema la cierra mientras termina de limpiar la vereda de los efectos de la poda, que es la tarea para la cual ha sido contratado: -“¡Y una de cada diez no sabe quien es el padre de su hijo!”.
-“¿Uniones ocasionales?”.
-“Pactos de silencio”.
-“Promiscuidad, abundancia de relaciones en un momento feliz o desesperado de la vida”.
-“¿Y de los hombres Marido, que podemos decir”?
-“Tres de cada diez viven solos. Uno de esos tres es homosexual...”- un auto tuneado pasa con su estruendosa música, lo que exige al Marido repetir su comentario: “Uno de esos tres es homosexual, pero medio… es decir, uno de cada dos homosexuales se atreve a reconocer su condición. ¡No lo puede exteriorizar!!”
El Marido es un gran lector, un gran conversador y un gran observador. Sus conceptos sobre el matrimonio gay, tema en el cual en Tierra del Fuego viene hablando todo el mundo; son tolerantes y moderados.
Pasa el tiempo hablando de estos temas. Nos despedimos hasta otro día. Mientras voy subiendo a mi auto, y el ya está acomodado sobre su bicicleta, me comenta: -“El 70% de las mujeres de más de 56 años no tienen sexo”. ¡Qué tema pensé para mis adentros!. “Y los motivos pueden ser religiosos…, la obesidad, la salud, la sociedad, los hijos…”
Mano en alto ambos: “¡Nos vemos!”
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