Lecturas de LA PRENSA.31: CAZA Y PESCA EN LA PATAGONIA.

1900. Octubre 2.

En el transporte Azopardo ha regresado de la costa sur de la república un ayudante de la división de caza y pesca, que acompañó al señor Lahille en su exploración a la Patagonia.
Trae dicho empleado la colección que se ha formado en este viaje, y que con las recogidas en exploraciones anteriores. Constituirán un conjunto interesante.
Probablemente se exhibirán estas colecciones, con los aparejos y fotografías de los buques que se emplean para la pesca, en una sección especial del museo de Productos Nacionales.

Observaciones del Mensajero:

El naturalista mencionado es uno de los grandes colaboradores de Moreno en la formación del Museo de La Plata, y producto de este viaje debe ser la obra que aparece varias veces catalogado en diversos trabajos de investigación:

LAHILLE, F., Min. Agr., Est. "La Agricultura", Bs. As.mimeografiado Informe preliminar del viaje de exploración del "Azopardo" al Golfo San Matías. 1900 sin numerar.
La misma habría merecido una publicación también en el Boletín del Centro Naval, Bs. As, como . Viaje de exploración del "Azopardo" al Golfo San Matías. Informe preliminar. 1902


Algunos aspectos de su condición científica se discurren de su trabajo sobre insectos, y es en la palabra de Ingeniero Agrónomo Carlos Lizer y Trilles que se discurrió una Semblanza (del Dr. Lahille, la que fue pronunciada el 29 de septiembre de 1947 con motivo de la incorporación del como académico de número de la Academia Nac. de Agronomía y Veterinaria.

El doctor Lahille, lo mismo que Corneille y Flaubert nació en Rouen capital de la riente Normandía, región privilegiada de las pomas y la sidra, que me trae a la memoria tiempos felices de mi adolescencia pasados en aquel rincón de Francia.
La vocación por las Ciencias Naturales se le despertó desde muy joven y, de ahí, que cursase en la Universidad de París, los estudios correspondientes a estas disciplinas; ya graduado, prosiguió, en la misma universidad, la carrera de medicina en la cual obtuvo el título pertinente dos años después, esto es, en 1893, el mismo de su arribo a nuestro país. Pero al propio tiempo que estudiaba las carreras precitadas, desempeñaba el cargo de docente libre en la Facultad de Ciencias de Toulouse, con tan brillante éxito qué al poco tiempo empezaron a trascender los primeros trabajos dados a publicidad, entre los años 1884 y 1893, atañaderos a varios grupos zoológicos, tales como peces, Zoología general, batracios, medusas, quilópodos, branquiópodos, tunicados, entomología pura y agrícola, mamíferos y técnica sobre trabajos prácticos. De todas estas investigaciones aparecidas, en gran parte, en el Boletín de la Sociedad de Historia Natural de Toulouse, los de mayor envergadura se refieren, sin lugar a duda, a los tunicados de las costas de Francia, acerca de los cuales publicó 19 trabajos; entre ellos merece mención aparte la tesis presentada para optar el título de doctor en Ciencias Naturales, de 330 páginas y 177 figuras, notable estudio que tuvo la virtud de darle merecido renombre al autor, no obstante su relativa juventud.
Cuando el Museo dc La Plata contrató los servicios del joven naturalista para realizar estudios hidrobiológicos en las costas argentinas, en 1893, ya gozaba de cimentada fama de investigador en su patria, y, particularmente, acerca de la fauna marina, por los trabajos efectuados y práctica adquirida en los célebres laboratorios marítimos de Roscoff y Baniuls.
Cinco años únicamente permaneció al frente de la referida sección, jefatura que renunció para ingresar en el Ministerio de Agricultura de la Nación, con el fin de ocupar el cargo de jefe de la División de Caza y Pesca. Como se advierte, en esta dependencia tendría oportunidad de proseguir, en parte, las tareas relativas a hidrobiología, mas todas sus ilusiones en tal sentido, se desvanecieron por la incomprensión de algunos secretarios de estado de aquel Departamento, desconocedores, en forma absoluta, de los ingentes problemas que había urgente necesidad de encarar y resolver para el conocimiento de nuestra rica fauna marítima. En los primeros tiempos emprendió con entusiasmo los estudios de esta vasta rama de la Zoología, continuando así los ya iniciados en el Museo platense. Las 50 publicaciones sobre peces y pesquerías hablan elocuentemente de la tendencia vocacional que sentía por tales disciplinas y del tesón puesto al servicio de ellas. Ya he escrito en otra oportunidad que "... en la dependencia a su cargo era, al mismo tiempo, cerebro creador y nervio motor, ejecutante de las voliciones de aquél".

Luego detallará sobre su incorporación al Departamento de Agricultura, y los numerosos estudios allí realizados, y otras relaciones sobre su vida:

.1.- La intensa labor desplegada desde el mismo año de obtenido el título de Licenciado en Ciencias Naturales (octubre de 1884) hasta abril de 1937 -es decir más de medio siglo- se halla exteriorizada en unos 355 títulos abarcados por sus publicaciones, inmensa producción ecléctica, macisa y filosófica.
2.- Respecto de esta modalidad lahilleana, con tendencia a un moderado y necesario enciclopedismo, el Dr. Fesquet, su más adicto y dilecto discípulo y amigo, transcribe en uno de sus trabajos estas frases: "El universitario no puede, naturalmente, investigar profundamente todas las ramas del saber; pero si un universitario no puede ser una enciclopedia viviente, tiene que poseer conocimientos sólidos y precisos de todos los métodos de investigación y de todas las principales conquistas modernas de la verdad en los campos tan variados cuan inmensos del saber humano". Más adelante agrega: "En el fraccionamiento de los estudios vislumbro un peligro muy grave, porque dificultará siempre más la formación de esa clase escogida y superior de intelectuales que en cada país se necesita para conducir y dirigir a los pueblos por la senda de los progresos materiales y morales".
3.- El miembro de número de esta Academia, Dr. Cabrera, decía el año 1930 en el discurso pronunciado con motivo del homenaje tributado al Dr. Lahille por su designación de profesor honorario de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, este concepto: "La obra de Fernando Lahille se halla todavía lejos de estar terminada, y, sin embargo, ya basta para demostrar que, contra lo que hoy comúnmente se cree, es posible ser investigador, e investigar con buen éxito, sin incurrir en el absurdo de la especialización exagerada".
4.- La ironía fina y sutil, campeaba no sólo en sus escritos, sino también, frecuentemente, en la conversación diaria. Casi siempre las contestaciones estaban a flor de labio. Recuerdo que un día, ya después de jubilado, me visitaba en el laboratorio a mi cargo que, como se sabe, era el del maestro que a honra tuve heredar; pocos días antes habíaseme provisto de un magnífico estativo, la última palabra en óptica de aquellos tiempos; uno de los técnicos lo estaba usando y muy ufano preguntóle: ¿qué le parece doctor esta maravilla?; aún no tenía concluida la pregunta cuando le contestó así a boca de jarro: "no consiste todo en disponer de instrumentos maravillosos, más necesaria es la materia gris", sentencia incontrovertible que confirma los geniales descubrimientos de Leuwenhoek, Pasteur, Koch, Behring y otros que disponían de sobrada materia gris y escaso y malísimo instrumental.
5.- Sabido es que en cierta oportunidad un incendio concluyó con casi todas las existencias de la dependencia a su cargo, y cuál no sería su asombro cuando poco tiempo después, con motivo de una de las tantas exposiciones del Ministerio de Agricultura, se le invitaba a exponer algo en ese certamen. Cualquier espíritu menos irónico, no repuesto aun de la catástrofe reciente, se hubiese sentido molesto, pues tal invitación podría haberse interpretado como broma de mal gusto. Pero él lejos de tomarlo en tal sentido, expuso instrumentos, libros, material de colección, etc., todo estropeado por la acción del fuego, acompañada cada pieza del correspondiente rótulo que las circunstancias imponían. Va de suyo que muy celebrada fue esta originalidad. Envidiable fue la capacidad de trabajo de que estaba dotado y la resistencia física, que sólo mermó en los postreros años de vida; en 1933, esto es, a los 72 ya cumplidos, es llamado por el entonces Director de Defensa Agrícola y Sanidad Vegetal, nuestro actual académico Spangenberg, para presidir la Comisión Central de Investigaciones sobre la langosta, que tantos frutos dio en pro del conocimiento racional de tan malhadada plaga; desgraciadamente, por hallarse con la salud algo resentida, sólo dos años pudo estar al frente de esa comisión técnica, a la cual condujo con su consabida experiencia, tacto y eficacia. Otra vez aquí volví a estar en contacto con el maestro y nuevamente tuve oportunidad de aquilatar la vastedad de sus conocimientos.
6.- Los contratiempos materiales de la índole ya citada, tenían para el sabio sus compensaciones morales que muy mucho lo halagaron; así en 1904 se le otorga diploma de honor en la Exposición Universal de Saint Louis Norte América, en 1906 es designado oficial de Academia y corresponsal del Museo de Historia Natural de París; en 1910 miembro del Comité Permanente de los congresos entomológicos; en 1911l le otorga medalla de oro en la Exposición de Torino y de plata en la de Roubaix; en 1917 es designado Consejero de la Facultad de Agronomía y Veterinaria; en 1925 presidente de la Asociación Nacional de Pesca y en 1934 Caballero de la Legión de Honor

No hay comentarios: