Conversaciones con RAMÓN GARCÍA.1. “Daba ganas de agarrar la mochila y mandarse a mudar de vuelta”.

El fallecimiento de Ramón nos hizo viajar por nostálgicos caminos. Tal vez en parte sea esa ruta que transitamos con él del pueblo a María Behety, de María Behty a Flamencos, de Flamencos a San Julio…, ruta que siempre que la hemos hechos esta cargada de su recuerdo.

El el algún momento –a sugerencia nuestra- Miguel ElíasVázquez lo entrevistó para la serie de personajes que se pueden consultar en la página de El Sureño. Con el diario ha tenido una relación fundamental, al menos para mí, el permitió que naciera Cordón Cuneta una tarde en que me facilitó una todo de tiempos idos con parte de su familia, y nos pusiéramos a elogiar su quinta.

Porque por algún lado estarán los que lo identifican como transportista, y otros los que lo conocen como agricultor.

Una tarde en que ya estaba todo dispuesto para viajar a su España, tras cuarenta años de ausencia se sentó con nosotros a conversar. El diálogo está intercalado por la opinión y el recuerdo de su esposa: Carmen Torres, y esta primera entrega se alimenta de su optimismo.


-¿Usted llegó acá en el año ’52?
-Si, el año ’52 empezamos nosotros.
-¿Y cómo se decidió a venir para acá? Porque usted estaba en España, y en España estaba bien porque estaba con Franco…
-Si, estaba bien, estaba requetebién… (Risas)
Carmena- resulta que allá no podía comer, por eso tuvo que venir acá…
-Era como llegar al paraíso, salir de allá y entrar acá era como entrar en el paraíso, en ese tiempo, eh, te hacías de cuenta que llegaste al paraíso, porque acá era una hermosura.
-Vamos a acordarnos que para esa época ya habían cambiado un poquito… ¿La guerra española cuando había terminado?
 -El ‘39
-¿El ’39? Habían pasado prácticamente 13 años, pero la situación de España no era fácil, ¿No?
-Estaba todo racionado todavía. El combustible, todo. Hasta los cigarrillos por ración, cada 10 días dos o tres atados te daban.
-Ahora Ramón: ¿qué edad tenía usted durante la guerra española?
-Mire, yo tenía 13 años.
-¿O sea que no participó de la guerra?
-Yo no participé de la guerra, pero la viví igual, como si estuviera participando. Porque yo en ese tiempo, yo estuve mucho tiempo en un hospital, cuando fue el asunto este de…
-Ah, del brazo.
-Entonces yo estuve viviendo en el medio de los soldados. Todo ese tiempo, porque para civiles no había lugar nunca. Los hospitales estaban invadidos de militares.
-¿Usted prácticamente pierde un brazo, no? Se salvó…
-Falta poco y me lo querían…era más fácil serrucharlo por acá que curarlo.
-Ahora… ¿Es cierto que el problema que tuvo fue porque quiso torear una vaca?
-No, ché…no me haga transpirar Mingo…
-Ahora, Carmen…
-Nunca quise torear vacas yo.
-¿No? Entonces ¿qué le pasó?
-Toros, toros, si…la vaca nunca se torea, porque la vaca no cierra los ojos. Siempre embiste con los ojos abiertos, ellas ven bien. El toro si, cierra los ojos, la vaca no...
-¿Pero fue en un momento de toreo que le pasó eso, o no?
-No, no…me caí de un árbol.
-C- Me parece que estaba toreando el bicho ese que, cuando iba a pescar de noche acá a la Misión…ahí si que él toreo…
-Si, me ha pasado cada uno a mi…
-Carmen: ¿Don Casimiro, su papá ya andaba por un tiempo largo por acá, no’ Porque usted vino después. ¿En que año vino?
C- No, mi papá vino el año…
-R-¿’23 no era?
C- No nene. Yo de…
R- El ’29, más o menos.
-El ’29. ¿Andando con los barcos se quedó aquí y después llegaron el resto de la familia, no?
R- La Carmen nació el ’28, en el año ’28. La Miruca el ’30, en ese medio me conoció, la Miruca no habia nacido cuando el vino, y fue después que vino él. Si que del año ’29 más o menos.
-¿Ya eran mujeres grandes cuando se encontraron entonces, con el papá?
R- Claro…ella tenía 24
-¿Cómo fue ese viaje? Año 1952. ¿Fue un viaje muy particular, además no? Entre España y América…
-Y bueno. Preguntale a ella, el Juan nació a bordo del barco.
-Creo que lo va a recordar mejor Carmen que nadie.
C- Si, claro. Yo no me acuerdo nada, no me recuerdo nada ché.
-No, no, pero usted se tiene que acordar. Deben haber embarcado más o menos a fines de marzo ¿No?
-El 26 de marzo.
-El 26 de marzo. ¿Y e qué puerto salieron?
-Vigo…
-De Vigo… ¿En Galicia?
-Y, si, en Galicia.
-Y después comenzaron a navegar hacia el sur y después cuando iban llegando…
C- A Lisboa
R- Y, no, hacia el sur entra a Lisboa el barco, al día siguiente, salimos a la tarde y al otro día a la mañana entraba en Lisboa el barco.
-Bueno, ¿Y qué pasó ahí en Portugal?
C- Nació un portugués.
R- Atracaba en el puerto de Lisboa, el barco.
-O sea que la cigüeña andaba sobrevolando el barco. ¿Cómo se llamaba el barco?
-El Salta. Andaba saltando el barco.
-Y allí entonces nació Juan, que es el nene, el más chico de los hijos.
R- Pero atracaba en el muelle, el barco. Pero nada tiene que ver tierra, porque el barco es un hospital igual como cualquier hospital de tierra, con médicos de delegación española, médico de…argentina, enfermeros, enfermeras, de todo.
-Siempre charlábamos con Juan sobre esta particularidad y sobre como hasta cierto punto no se sabía de que nacionalidad era él ¿No?
R- Bueno, él, hasta el momento creo que sigue siendo portugués. ¿No te enteraste nada?
-No
A Juan le borraron todos los papeles, cuando fue a…¿Colombia es que fue? Se enteró de que al fin él era portugués.
R- No, no, si es portugués…¿Cómo me dieron la Libreta de Enrolamiento Argentina?-Ah, te la darían pero fue una equivocación.
- Inclusive Juan…que no, porque inclusive él hizo el Servicio Militar, y que se yo, y era portugués, en serio.
R- Por otro lado…y le dieron un pasaporte, pero era falso, para viajar a Colombia, como argentino, pero falso.
-Quedó pendiente el trámite ese.
C- Como nació en la ciudad de Salta. En Salta nació…
O- En la ciudad Busca, asi le pusieron. ¿No charlaste vos con Juan de esto?
-No, no.
R- En la ciudad de Busca, en Salta…ay, Dios mío.
-¿O sea que ahora es portugués?
C- No sabe…
R- Yo creo que ahora ya arreglo, ya, me parece que arreglo, ya. Y claro, porque el no tenía más que hacer trámites, nomás.
- Claro, porque toda esa cuestión influía también, el casamiento, los hijos.
-Capaz que es soltero…
- Todo distinto. Claro porque imagináte si te cuestionan a vos la nacionalidad, cierto, en un momento vos fuiste argentino y vas a hacer un trámite para salir del país, y sale diciendo que vos por haber nacido en aguas jurisdiccionales portuguesas, vos portugués, entonces ahí la cosa se complico. Inclusive, no se, parece que ahora tenia que hacerle un juicio…


-Ahora, Ramón: al fin llega hasta Río Grande. ¿En qué barco llegó hasta Río Grande?
R- Yo llegué…¿Llegamos en barco?, no, llegamos en avión. De Río Gallegos acá en avión.
-¿O sea que el avión lo trajo hasta Río Gallegos?
-No, no. De Buenos Aires hasta Río Gallegos en barco, en el vapor Menéndez. Traía carga y pasaje. 28 días ché. 18 de España a Buenos Aires, 28 de Buenos Aires a Río Gallegos.
-Era mucho más larga entonces la travesía patagónica que la travesía interoceánica.
-No, pasa lo siguiente Mingo: era un barco de carga, en varios puertos de la Patagonia, no hay puertos, sino que tenía que desembarcar la mercadería en chatas. En Comodoro, por esa época estuvo una semana, sin poder trabajar, tomar tiempo. Donde atracamos fue en Camarones. No, en Camarones no hay muelle tampoco me parece. En Madryn, en Madryn si estuvimos en puerto. Y en Comodoro no, en Comodoro estuvo una semana, con chatas cargaban la, en las chatas, llevaban la mercadería para tierra. Entonces hubo una semana de tiempo. Después en Deseado, en Deseado en muelle también. En Santa Cruz, también habia que hacer lo mismo, en chatas también. Y por último en Río Gallegos, también…
-Y ahora, Ramón, le quería preguntar, ese vuelo que hizo desde Río Gallegos hasta Río Grande, ¿Usted había volado antes?
-Yo habia volado por el aire alguna vez, pero no en avión…
-¿Y ya sabia que tenia que volar para llegar a la isla?
-Yo no sabía. Pensaba que era una isla que…
-¿Qué se llegaba en bote?
-Eso. Nadie me habia dicho que se venia en avión a la isla.
-¿Asi que no quedó más remedio?
-Pa’ más desgracia que hemos perdido el avión en Gallegos.
-No… ¿Andar tanto?
-Claro, perdimos el avión en Gallegos. Cuando llegamos a la pista, ya el avión habrá estado en río Grande, ya. Pero, no fuimos nosotros solos, eh. Todos esos que pararon en el mismo hotel les pasó lo mismo.
-¿Qué avión era en esa época? ¿Aerolíneas?
-Aerolíneas, si. Un avión de dos motores.
-Un DC 3. Y después ¿Cuánto tiempo tuvo que esperar en Gallegos para llegar acá?
-A los cuatro días, cuatro días. A los cuatro días volvimos a insistir otra vez.
-Bueno. ¿Y cómo se veía Río Grande desde arriba? Desde el avión cuando usted fue llegando.
-Uh, fenómeno…daba ganas de agarrar la mochila y mandarse a mudar de vuelta.
-¿Quién lo estaba esperando cuando llegó? Porque me imagino que todo esto se habrá comunicado.
-Bueno, si, el finado mi suegro venía con nosotros ya desde Buenos Aires.
-Ah, venían juntos.
-Y, claro. Si allá en Deseado estaba, dice mi suegra, vamos a dar una, como dice ella, le vamos a dar una sorpresa a Muñiz.
-¿A Juan Muñiz?
-Si, a Juan Muñiz, es el que hizo los trámites para venir nosotros, siendo gerente acá de La Anónima. Entonces se fue para, estaba en Deseado cuando nosotros vinimos. Le vamos a dar una sorpresa, la sorpresa nos la dio él a nosotros. Ya estaba con un taxi en la punta del muelle esperando, en Deseado. Si conocíamos a la finada señora, nosotros, estaba allá con él.
-O sea que habia una solidaridad entre los españoles. ¿Había  muchos españoles en aquella época acá en Río Grande?
-Mira, bastantes, ché. Los que no hay ahora, en ese tiempo habia. Éramos como ciento y tantos los que estábamos anotados en el Centro Español.
-¿Cuáles eran las familias de aquel momento?
-Y bueno, habia muchísimos, estaban los Fernández de la chacra, ¿Cómo se llamaba?, Severiano Fernández, estaba el Fernández de San Pablo, estaba, hasta don Agustín Vidal se consideraba como español, era argentino pero hijo de españoles, él se consideraba. Pastoriza, Carlos Sánchez, que se yo…Villa, Fernández, el del cine, habia muchos españoles acá, Martínez, los López, que se yo, habia muchos…y López el de La Anónima. Ese fue el que echó a perder todo,Priñero, Piñero,…Segovia… ¿Cómo era? Secretario, presidente, López, de La Anónima, mesa de cuarto, Riera, de La Anónima, y el otro, Segovia, uno que era jefe de ventas, que era…
-¿O sea que toda la gente de los Menéndez era de origen español?
-Y si, casi todos. Y por eso yo seguí, empecé trabajando con los Menéndez y sigo.
-Por ahí se vinculó… ¿Por qué no se formó ese Centro español?
-Porque lo echó a perder López. Si se conocían, llamaba otro que nada tenia que ver, menos a los españoles, entonces ahí…no supimos adonde fue a parar la plata. Todavía no supimos hoy adonde fue a parar la plata…Habia plata, eh.
-Ahora Ramón: ¿Había muchos gallegos ahí?
-Unos cuantos…ah, y el finadito Cuesta también.
C-Hacía siempre de Don Quijote
-Claro, porque ustedes tuvieron su fiesta acá en Río Grande.
-El 12 de octubre, hicimos unas fiestas lindas.
-Hasta desfiles de carrozas ¿no?
-Si, si. Siempre me recuerdo del finado, don ¿Celestino Menéndez era, no? ¿Celestino era? Ese era el gordo, hacia de Sancho Panza.
-¿Y Don quijote quién era?
-Y el Quijote era el finado Cuesta, montando una yegua, el otro con la picana detrás, vestido de Napoleón, que se yo. Los dos, por la avenida, ché. La yegua después que se bajó el Quijote de arriba tuvo cría…Pero era una risa ché, era una risa…
-¿Y usted donde estaba? ¿No estaba disfrazado de nada?
-Yo miraba…
-¿O en alguna carabela?
-Carabelas no habia ché.
-Por ahí el otro día, estábamos viendo unas fotos donde estaba Chiquito Martínez disfrazado… ¿Puede ser?
-Y, puede ser.
C- Juan, y ellos también estaban disfrazados.


-También, si no era para esas fiestas, por ahí andaban.
C- Y la hermana por lo menos estoy segura que está en las fotos. Una foto grande.
-Te digo sinceramente que era más lindo que ahora. Ahora no hay cosas lindas que diviertan a la gente. La gente se divertía con esas cosas.
-Era más familiar, ¿No?
-Mucha más familiar. Y era toda la gente conocida, viste que ahora hay mucha gente que no, no la conocés.
-Ahora Ramón, junto a estas diversiones, habia una oportunidad de trabajar, y usted dijo hace un ratito que habia empezado a trabajar precisamente para el lado de la estancia de los Menéndez. Como lo viene haciendo ¿No?
-Siempre para ellos.
-¿Si? Con los camioncitos.
-Con el finado, don…Jorge Campos. A los abrazos andábamos ché. “Vos sos de nuestra sangre, a vos no te va a sacar nadie de acá”. Falluto de la gran siete…cuando vino este administrador se compró un camión sin decir nada, incluso ya venía con los brazos afuera cuando me veía de lejos, pasaba y me miraba pal otro lado…falluto de mierda, ese era el que me iba a defender, “a vos no te saca nadie de acá, eres de nuestra sangre…”
-¿De qué estancia era él?
-De “Flamenco”…te digo sinceramente que me dolió mucho perder ese trabajo ché.

Miguel Vázquez no entrevistó a Ramón en  setiembre de 2000, y presentó a nuestro amigo en EL SUREÑO, bajo el título: Raíces verdaderas. Entonces dijo..

Ramón García llegó a esta tierra buscando un futuro mejor, dejando su trabajo de agricultor y de pescador en su Pontevedra natal. En Río Grande también se dedicó un tiempo a la pesca, pero luego pasó gran parte de su vida trabajando como transportista para las estancias. No pudo olvidar su gusto por la tierra y to­davía sigue labrando el amplio terreno de su casa en Perito More­no, de donde salen frutos que engalanan la mesa de su familia, de sus amigos y de la gente que sabe de la excelencia de sus produc­tos, que son el resultado de su conocimiento y dedicación a una tierra que ama como propia.


De más está decirlo.., esta historia continúa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mingo,

El recorrido de la entrevista permite conocer datos históricos, siempre interesantes, pero también descubrir a la persona, por su expresión cálida y sencilla.

Sumo algunos datos para conocer a dos personalidades de origen español mencionadas en el artículo: Juan Muñiz y Agustín Vidal.

- Juan Muñiz nació el 29/09/1907, en Gijón (Asturias). En 1925, lo encontramos realizando tareas rurales en la Ea. Tres Chorrillos, cerca de Punta Arenas, y tres años después en la Ea. María Inés, a 30 km de Río Gallegos (allí como contador). Luego va a Bs. As. a trabajar en la farmacia de sus tíos, pero como el negocio no funciona regresa al sur, a la Ea. Las Horquetas, durante un año, donde se emplea con Mauricio Braun, a quien un día le dijo: “Don Mauricio, yo quisiera entrar en La Anónima, porque aquí en el campo yo puedo llegar a ser capataz, pero ¿Cuándo llego a administrador?”. Y él le dijo que sí. “En un viaje en el que acompañaba al administrador, fuimos a traer víveres a Río Gallegos. Llegamos a La Anónima, me decidí y hablé con el gerente. Pero recién entré cuando vino Máximo Aguirre, otro gerente, y se enteró de lo que yo solicitaba, enseguida lo llamó a Grosso que era el contador que estaba en Gallegos y mandó: ‘ Dale trabajo enseguida a Muñiz acá’. El mismo Aguirre fue el que me trasladó a Río Grande en Tierra del Fuego en 1937”. Así Juan Muñiz llega Río Grande el 11 de abril de ese año. “(...) No conocía (...) qué es lo que había en Río Grande. Lo único que sabía era que recién habían instalado una sucursal nuestra, de La Importadora y Exportadora (...). La Anónima, en ese entonces era un comercio con un edificio grande, era un cuarto de manzana comprada a un señor Van Aken (...). La Anónima era una casa de ramos generales, como todas las casas de La Anónima diseminadas por toda la Patagonia. Había de todo: víveres, ferretería, corralón, artículos de almacén. Ahí se surtían las estancias (...). Después de Río Grande, la empresa, la Exportadora e Importadora de la Patagonia, me traslada a Río Gallegos, luego a Puerto Deseado, de contador. Yo era contador en Río Grande y Gerente de la filial que tenía la empresa allí. De Puerto Deseado volví a Río Gallegos. Estuve un año aproximadamente, del 62 al 64, y ahí me nombran inspector contable, es decir que estaban a mi cargo las doce sucursales que teníamos ya, con residencia en Bs. As.”

- En los recuerdos de Sara Sutherland de Menéndez, nacida el 23/12/1917, surgen referencias a Agustín Vidal: “(Manuel) Anllo y (Agustín) Vidal eran los dueños del antiguo Hotel Punta María (...). Más o menos tendría doce o trece años cuando vi ese hotel por primera vez. Además del hotel, tenía comedor para los que pasaran por el camino, bar, almacén y tienda, mejor dicho ramos generales. Era muy grande y muy bien arreglado, pero por desgracia se quemó. Vidal, el socio, andaba por las estancias con el carrito vendiendo de todo. ¡Recuerdo cómo vaciábamos las alcancías para ir a comprar a don Agustín! Años más tarde fueron socios Agustín Vidal y Manuel Anllo. Manuel Anllo era tío de Manolo, el torero. Manuel era español y Agustín hijo de españoles, nacido en Avellaneda. Vidal era bajo, morocho y de nariz aguileña”.

Un abrazo Mingo!
Hernán
(Bs. As.)