Prosser de Godall, Rae Natalie de. Científica, escritora. Nació el 12 de abril
de 1935 En una granja cercana a Lexington, estado de Ohio, Estados Unidos,. Falleció
en Harberton el 25 de mayo de 2015.
En su juventud ganó
una beca de estudios en la Universidad estatal de Kent, donde obtuvo entre
otros títulos, una maestría en biología. Atraída por la isla Grande de Tierra
del Fuego, viajó al extremo austral de Sudamérica, inspirada por la famosa obra
"El último confín de la tierra" de Lucas
Bridges. Así conoció al bisnieto del pionero Thomas Bridges, el copropietario y
administrador de estancia Harberton, Thomas D. Goodall, con quien contrajo
matrimonio en 1963.
En vida dijo de ella o
Natalia Zanola: En base a la colección privada de la reconocida bióloga, en 2001
se creó en estancia Harberton, el museo Acatushun (lengua Yámana) de Aves y
Mamíferos Australes. Colaboradora de National Geographic Society y diferentes
organismos nacionales e internacionales dedicados a la investigación de la
naturaleza, como AMMA (Asociación de Mamíferos Marinos Australes), el proyecto
«Orca del Fin del Mundo», y CEQUA (Centro de Estudios del Cuaternario), preside
la Fundación RNP, Rae Natalie Prosser Foundation para la investigación en
América del Sur Austral. Esta fundación lleva adelante programas relacionados
con becas y pasantías para estudiantes y profesionales de las ciencias
naturales. Investiga, promueve, apoya y dirige proyectos de investigación
científica o técnica sobre la flora y fauna de la zona, especialmente de la isla
grande de Tierra del Fuego, Antártida y Patagonia Austral. Brinda asistencia
técnica y científica a otras instituciones nacionales e internacionales en
relación a la naturaleza, su preservación y desarrollo.
Al fallecer el 25 de mayo de 2015. su
hija Abby escribió: Hoy fue un
día hermoso, perfecto y completo! Gracias a la inmensa generosidad de Angel
Brisigueli, algunos de nuestros amigos más íntimos pudieron acompañarnos en
una navegación muy tranquila en catamarán, a lo largo del Canal Beagle, para
llevar los restos de mi mamá a su lugar final...
Los lobitos nos acompañaron prácticamente todo el viaje haciendo saltos y piruetas. Una bandada de gaviotas voló a la par del catamarán durante varios minutos...
Al pasar Makinley, nuestro querido amigo Denis, desde el otro lado del Canal, rindió su singular homenaje: un hombre solitario con una bandera negra y un brazo levantado en alto, saludando a su amiga.... La bocina del catamarán acompaña.
Seguimos adelante... Entramos en la bahia de Harberton, el agua quieta como un espejo; la tierra blanca y limpia; el silencio.... Los muchachos de Prefectura, vestidos de naranja, amarran la nave y todos bajamos al muelle.
El resto de mi familia fueguina nos espera... Mis primos, mi tío, más amigos de la vida...
Subimos la lomita hasta ese bosque encantado donde están mis bisabuelos y el querido Tío Lorenzo...
Rezamos... Unas pocas palabras. Dos rosas sobre el cajón; una por cada hija.... Manojos de tierra, luego paladas.
Mi madre no está aquí! Está en cada uno de nosotros que la quisimos y queremos... Está en el aire, en el bosque... En el mar y las montañas...
Por fin bajamos a la casa de té, al calorcito de la leña y del corazón de nuestros amigos. Y después ellos se van; el catamarán se aleja y el saludo silencioso acompaña.
Por ultimo quedamos, sentados en el living, mi papá y yo... tranquilos... en paz... en armonía...
Los lobitos nos acompañaron prácticamente todo el viaje haciendo saltos y piruetas. Una bandada de gaviotas voló a la par del catamarán durante varios minutos...
Al pasar Makinley, nuestro querido amigo Denis, desde el otro lado del Canal, rindió su singular homenaje: un hombre solitario con una bandera negra y un brazo levantado en alto, saludando a su amiga.... La bocina del catamarán acompaña.
Seguimos adelante... Entramos en la bahia de Harberton, el agua quieta como un espejo; la tierra blanca y limpia; el silencio.... Los muchachos de Prefectura, vestidos de naranja, amarran la nave y todos bajamos al muelle.
El resto de mi familia fueguina nos espera... Mis primos, mi tío, más amigos de la vida...
Subimos la lomita hasta ese bosque encantado donde están mis bisabuelos y el querido Tío Lorenzo...
Rezamos... Unas pocas palabras. Dos rosas sobre el cajón; una por cada hija.... Manojos de tierra, luego paladas.
Mi madre no está aquí! Está en cada uno de nosotros que la quisimos y queremos... Está en el aire, en el bosque... En el mar y las montañas...
Por fin bajamos a la casa de té, al calorcito de la leña y del corazón de nuestros amigos. Y después ellos se van; el catamarán se aleja y el saludo silencioso acompaña.
Por ultimo quedamos, sentados en el living, mi papá y yo... tranquilos... en paz... en armonía...
4 comentarios:
Hola Mingo!
Rae Natalie Prosser Goodall:
De una granja del norte a una estancia del sur.
La bióloga y escritora Rae Natalie Prosser será recordada por su contribución al conocimiento de la Tierra del Fuego en un sentido amplísimo. Desde sus aportes sobre la flora y fauna local, sus creaciones cartografías, hasta la difusión que supo darle a la rica historia de la Isla. También oportunamente se ocupó de abordar la actualidad de las dos principales localidades fueguinas, su gente, sus estancias, sus instituciones e industrias. El resultado de sus esfuerzos y aprendizajes encontraría espacio en distintos canales de divulgación. Llegarían así diversos artículos preparados para publicaciones científicas y principalmente su libro, “Tierra del Fuego”, con al menos tres ediciones desde 1970.
Rae Natalie Prosser - nacida el 12 de abril de 1935 en una granja del Estado de Ohio, Estados Unidos -, había elegido para vivir el sur de la Isla Grande, específicamente aquellas tierras donde Thomas Bridges había levantado una estancia luego de renunciar a su puesto en la Misión Anglicana de Ushuaia. Sobre este establecimiento pionero, la autora refería en su libro: “1886. – Set. 29. Thomas Bridges deja la Misión, y se hace ciudadano argentino. El presidente Roca, en nombre del Gobierno y en agradecimiento por sus múltiples trabajos con los nativos y náufragos, lo obsequia con tierras. Bridges elige Harberton, y así se funda la primera estancia en el archipiélago fueguino”.
Natalie llegaba al “fin del mundo” con una carrera universitaria realizada en su país natal. En 1957 se había graduado con el título de “Educación, Arte y Biología” en la Kent State University, una universidad pública de investigación ubicada en la ciudad de Kent, Ohio, establecida en 1910 como una escuela de formación de maestros. En 1959, en esa misma casa de estudios conseguía un master en Biología. Aún sin saberlo, ya contaba con las herramientas necesarias para descubrir y conocer un ambiente natural lejano, impensado entonces para ella.
Y fue precisamente un libro, ese que supo atrapar a tantos lectores de historia fueguina, el que la llevaría a Harberton. Me refiero a la obra “El último confín de la tierra” que escribiera Lucas Bridges, hijo del misionero fundador de aquella estancia. Un relato familiar cálido y agradable que logra situar al lector en un minúsculo poblado junto al Canal Beagle en el siglo 19. Colonos, nativos, leyendas, realidades; todo confluye en el devenir de una historia en el fascinante escenario de la Tierra del Fuego con sus bosques y montañas, lagunas y llanos.
Al llegar a la Estancia Harberton Natalie conoció a su administrador, el señor Thomas Drummond Goodall, bisnieto de Thomas Bridges. Y con él se casaría en 1963 en Estados Unidos.
La joven naturalista, ya instalada en la isla comenzó a recorrerla. Acaso el inicio de un trabajo de campo que se extendería por muchos años, marcado por la curiosidad y la búsqueda constante. Conoció la Tierra del Fuego por los libros que hablaban de su pasado, pero también por la experiencia única de caminar dentro de sus bosques solitarios o de probar agua de sus “chorrillos”. La conoció por la observación directa de sus flores, de sus plantas y árboles, de sus aves y animales autóctonos. Esta atracción por la naturaleza, también la impulsó a subir cerros para buscar plantas que no se encontraban en pasos habitualmente recorridos.
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El resultado de sus excursiones derivó en un herbario regional que alcanzó a reunir en la década del ’70 más de siete mil ejemplares de las quinientas especies que pueden encontrarse en el archipiélago (*).
Natalie se propuso coleccionar plantas locales, estudiarlas, pero también dibujarlas. Ese campo, el del dibujo, a su vez la acercó a otros estudiosos del mundo. Por ejemplo, pueden encontrarse ilustraciones suyas en el libro “Flora of Tierra del Fuego” del botánico inglés David Moresby Moore (1933-2013), publicado por Anthony Nelson en 1983.
El libro “Tierra del Fuego” también incorporó ilustraciones de su autoría. En el prólogo a la segunda (y tercera) edición, Armando Braun Menéndez refería el siguiente comentario: “(Rae Natalie Prosser Goodall) ha emprendido con éxito la tarea de ilustrar toda esa flora y fauna fueguinas que tanto la atraen. Las ilustraciones a la tinta china de las especies animales y vegetales en ambas ediciones: la de 1970 y la actual, son admirables, por la limpidez de sus líneas, la exactitud del trazo y proporción; por la gracia de las actitudes de los animales, y la precisión del diseño de las especies herbáceas”.
Es de interés señalar que esa obra complementó la abundante información vertida sobre la isla con mapas también dibujados por la autora. Destaco aquí el mapa presente en las páginas 158-159, por la inclusión y detalle de las pequeñísimas islas del Canal Beagle, aquellas que a veces en la cartografía tradicional resultan difíciles de ubicar. Además son muy valiosas las referencias toponímicas yámanas que allí se indican, las cuales son una guía de ubicación para seguir las lecturas referidas a este pueblo canoero.
Al tiempo que investigaba la flora fueguina, en las playas de la isla Natalie descubrió cráneos de delfines. Este hallazgo se tradujo en 1976 en el Proyecto AMMA (Aves y Mamíferos Marinos Australes). Este Proyecto científico, desarrollado en el territorio argentino de Tierra del Fuego y dirigido por Natalie, empezó con el estudio de aves y mamíferos marinos, principalmente cetáceos de la América Austral (por ejemplo, delfines y marsopas). Así comenzó a investigarse la biología básica de estos animales a partir del estudio de ejemplares que aparecían muertos en las playas - varados o atrapados en redes de pescadores -, y de la observación de ejemplares vivos. Estos estudios permitieron conocer que en la zona existen 22 especies de cetáceos y 8 especies de focas y lobos marinos, algunas pocos conocidas en el mundo.
Cuando se encuentran aves o mamíferos marinos muertos en las playas fueguinas, se toman fotografías y se levantan datos científicos (muestras de ADN, medidas, entre otros). Luego se colectan los esqueletos completos, los cuales son almacenados, limpiados, numerados e incorporados al Museo Acatushún (integran la “colección de esqueletos del Proyecto AMMA”).
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El Museo Acatushún se encuentra ubicado en tierras de la Estancia Harberton, y se construyó entre 1999 y 2000 con la ayuda financiera y logística de Total Austral S.A., Propak Systems Argentina S.A., Fondation D´Enterprise Total (Francia) y la familia Goodall. La inauguración se realizó el 10 de marzo de 2001 bajo la dirección de Natalie Prosser Goodall. Su objetivo es “promover la investigación de la biología básica y patología de mamíferos marinos, especialmente los pequeños cetáceos, y aves marinas de Tierra del Fuego y áreas adyacentes”.
Este museo - por cierto el más austral de la Isla Grande -, por un lado propone una exhibición que “reproduce una escena submarina, con 22 especies de pequeños cetáceos (delfines, marsopas, zífidos), 5 de pinnípedos (lobos marinos y focas) y algunas aves, en paneles o pintados en las paredes en posiciones naturales, mostrando su pigmentación externa y sus esqueletos armados por delante”. Por otro lado, el museo contiene la “colección de esqueletos del Proyecto AMMA”, formada por más de 2200 esqueletos de mamíferos marinos (delfines principalmente) y 2000 esqueletos de aves, que fueron colectados de ejemplares muertos en las playas fueguinas. El edificio además se compone de cuatro habitaciones para científicos o estudiantes y de un laboratorio (**).
El museo es visitado por los turistas que regularmente se acercan a conocer Harberton. En este sentido, también debe recordarse que Natalie pensó una concepción turística para la Tierra de Fuego de la década del ‘70. En su libro “Tierra del Fuego”, presentó no solo sitios de interés para el visitante, sino también proporcionó datos sobre la hotelería, gastronomía y agentes de turismo. Inclusive la autora brindó recomendaciones que, imagino, provenían de su propia experiencia. Por ejemplo, puede leerse en la página 154: “Lago Roca: Alquile un bote y explórelo usted mismo”. Eran tiempos donde la información, claro está, no podía hallarse simplemente con un celular en mano desde cualquier parte del mundo. Este texto, resultaba entonces de gran ayuda para los viajeros que llegaban para conocer la Tierra del Fuego por aquellos años. En el apartado titulado “Cómo usar este libro”, la autora dejaba entrever que muchos turistas le enviaban cartas para solicitarle información turística.
Rae Natalie Prosser Goodall, una personalidad que se ha destacado en la provincia y fuera de ella. Su trabajo la llevó por distintos caminos: la investigación, la biología, el dibujo, la cartografía, la historia, el turismo. Todos ellos se armonizaron perfectamente. Quedan sus enseñanzas de compromiso y dedicación en su tarea, y las otras, las del campo de la ciencia. Falleció el 25 de mayo de 2015, en la estancia que la vio llegar cuando joven. Una calle la recuerda en Ushuaia.-
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Fuentes consultadas:
Prosser Goodall, Rae Natalie: “Tierra del Fuego”, Ediciones Shanamaiim, 3º Edición, Buenos Aires, 1978.
Belza, Juan B.: ”Romancero del topónimo fueguino”, Instituto de Investigaciones Históricas de Tierra del Fuego, Buenos Aires, 1978.
http://mensajerodelrio.blogspot.com.ar/
www.acatushun.com
http://www.momentostdf.com.ar/2015/06/fallecio-rae-natalie-prosser-goodall.html
(*) Herbario (RAE): Colección de plantas secas y clasificadas, usada como material para el estudio de la botánica.
(**) El sitio web del Museo, indica que “Acatushún es el nombre que le daban los antiguos habitantes yámanas al lugar de la Bahía Harberton en el que se encuentra el museo, pero se desconoce su significado”. En el libro “El romancero del topónimo fueguino”, su autor Juan E. Belza, hace mención al topónimo Ukatush como nombre yaghán para Puerto Harberton. Tampoco indica su significado, pero comparte con el nombre del museo una parte de la palabra: c/katush.
Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-
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