EVOCACIONES** El 13 de septiembre de 1871 se relata en la Misión de Ushuaia la presencia de una ballena varada.



“Nuestra pobre gente, que en cualquier otro tiempo hubiera evitado un chapuzón en agua limpia, en este casi saltó en el agua casi helada casi hasta los sobacos y se dedicó a la tarea como nunca antes los había visto.

Pronto hizo un fuego en el lugar, se colocaron encima algunos trozos de grasa y fueron comidos con gusto.

Como por un instinto, pronto aparecieron canoas de todas partes y nuestra pobre gente tuvo un mal trato, porque aunque quedaba un poco de la ballena que podía ser obtenida con adulaciones, cargoseo o bravuconadas, ni una mujer pudo hacer nada para conseguir siquiera un mejillón.
El pequeño monte cercano se transformó en la habitación nocturna de espíritus errantes, que daban vuelta todos los lugares sospechosos del arroyito, a menudo echando luz sobre una grasa bien escondida, para gran pérdida y lamento de los propietarios que habían depositado allí por seguridad y para preservarla de la corrupción.

Era la actitud de los nativos que habían llegado tarde al reparto de la ballena, y buscaban donde podía haber quedado algo puesto que a ellos les toca apreciar el esqueleto pelado y el hígado que no se comía.

Los huesos resultaron demasiado cortos para los propósitos de los nativos, como entretejer sus canoas de corteza, las costillas y otros huesos, reforzados con calor, fueron transformados en cabezas de flechas; los tendones divididos en filamentos y tejidos resultaron excelentes líneas de pesca.

Foto: Reciente producto de un varamiento al norte de Río Grande.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

... Corría, si no recuerdo mal, el mes de enero de 2003. Era mi segundo viaje a Ushuaia. Caminando por San Martín, entré a una reconocida librería: la Boutique del Libro. En aquel entonces, el local estaba ubicado en la mano opuesta de donde se encuentra actualmente. Allí compré dos libros, uno de ellos, “La vida material y social de los yámana”, aunque no comencé a leerlo sino hasta regresar a Buenos Aires. La obra, perteneciente a los autores Orquera y Piana, compila exhaustivamente diversos aspectos de la vida de los yaganes, reuniendo información aportada por misioneros anglicanos y viajeros. También, incluye valiosas referencias geográficas y toponímicas.

De ese libro tomo las líneas siguientes, extraídas del Capítulo IV Subsistencia (I), Apartado 1. Procedimientos de caza, pesca y recolección, Punto 1.4 Cetáceos mayores:

Según los autores, “(...) lo habitual habría sido el hallazgo fortuito de cetáceos ya encallados, muertos o moribundos. En tales casos, a veces el aviso era dado por la concentración de gaviotas, petreles y otras aves carroñeras, cuyo revoloteo se podía ver desde lejos (1), (2), (3).

Aún no se sabe bien qué es lo que provoca que el varamiento sea un comportamiento frecuente en los cetáceos, pero en algunos casos el acosamiento por orcas habría podido conducir a que buscaran refugio en aguas poco profundas, donde quedaban entrampados (2), (3), (4).

Al lograr apropiarse de un cetáceo, los indígenas se apresuraban a despedazar su cuerpo “para comer la carne y la grasa, y para retirar los huesos” (2), (3), (4), (5), (6), (7).

A menudo la noticia de un varamiento de cetáceo se extendía muy lejos, y la gente emprendía de inmediato largos viajes para participar de los despojos. Thomas Bridges mencionó expediciones con esta finalidad, desde Ushuaia:

- Hasta la Isla Gable (6). (*)
- Hasta Canagush (6). Este sitio estaba en el Seno Ponsonby (8), unos 25-30 km. al norte de Bahía Tekenika (9).
- Hasta Apaia, en el interior del Seno Ponsonby (“unas cuarenta millas”) (6).
- Al sur de la Isla Gordon (6). (**)
- E inclusive hasta las Islas Wollaston, si bien en este caso no en canoas tradicionales sino en la ballenera de la misión anglicana (6).

Según Thomas Bridges (10) la grasa de ballena “era el plato más estimado; cuando la comen engordan rápidamente”.

Thomas Bridges adujo que el consumo de carne de ballena producía dolores al comienzo, pero que cesaban si se la ingestión era continuada (6), a la misma causa atribuyó malestares estomacales producidos poco después (6) (Orquera, Luis Abel; Piana, Ernesto Luis: “La vida material y social de los yámana”, EUDEBA, 1º Edición, Buenos Aires, 1999).-

CONTINÚA EN EL SIGUIENTE COMENTARIO

Anónimo dijo...

VIENE DEL COMENTARIO ANTERIOR

(1) Hahn, Philippe: Mision du Cap Horn: rapport sommaire sur les recherches d’ histoire naturelle faites par la Romanche. Comptes-rendus hebdomadaires de la Académie des Sciencies XCVII, 1883, París.
(2) Martial, Louis Ferdinand: Histoire du voyage. En Mission Scientifique du Cap Horn (1882-1883), Vol. I, edición oficial, París, 1888.
(3) Gusinde, Martin: Die Feuerland-Indianer. Tomo II: Die Yamana. Las citas están tomadas de la traducción al castellano. CAEA, Buenos Aires, 1986. 3 Vols.
(4) Bridges, Lucas: Uttermost part of the Earth. Hodder and Stonghton, Londres. Las citas están tomadas de la traducción al castellano publicada con el nombre “El último confín de la tierra”: Marymar, Buenos Aires, 1975.
(5) Hyades, Paul Daniel: La chasse et la pêche chez les Fuégiens de I’ archipiel du Cap Horn. Revue d’ Ethnographie 4, Paris, 1885.
(6) Bridges, Thomas: SAMM. Cartas y fragmentos de su diario personal publicados en South America Missionary Magazine I a XXIV (1867 a 1890), Londres.
(7) Payró, Roberto J.: La Australia argentina (excursión periodística a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de los Estados), Imprenta de La Nación, Buenos Aires, 1898.
(8) Hyades, Paul Daniel: Une année au Cap Horn. Le tour de Monde XLXIX (primer semestre), París, 1885.
(9) Williams, John: SAMM. Cartas publicadas en South America Missionary Magazine XXIX a XLIII (1895 a 1909), Londres.
(10) Bridges, Thomas: VSA. Cartas publicadas en A voice of South America X a XIII (1863 a 1866), Londres.
(*) La Isla Gable se ubica en el Canal Beagle, sector argentino.
(**) La Isla Gordon (Chile) divide al Canal Beagle en dos brazos: el brazo Noroeste, desde el cual se avistan varios glaciares, y el brazo Suroeste.

Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-