Nuestra aplaudida mediocridad.

No se como de pronto en esa confluencia de tiempo y amistad -que se dio en torno a una mesa de café- de pronto advertimos que los tres interlocutores éramos santacruceños.

Y estábamos hablando con distintos enfoques de la misma pérdida: Néstor Kirchner; hasta que de pronto una pregunta nos hizo caer en el silencio: ¿Cuándo volverá Santa Cruz a tener un presidente?

Yo recordé aquel slogan del mundial 78 que decía “no tendremos otra oportunidad en cien años”, pero la voz de uno de los amigos apagó mi pensamiento con su otra pregunta: ¿Y los fueguinos lo tendremos algún día?

Allí pasó el mozo a cobrar, porque venía su cambio de turno, y cada uno se alejó con su mundo de reflexiones.

Santacruceño en mi nacencia, riograndense en mi cotidianidad, no pude evitar lo poco que han dado los hijos de esta tierra en el universo competitivo en el cual nuestro mundo se desarrollo.

No hemos dado una figura relevante para dirigir los destinos del país. ¿Qué ley que haya transformado el todo de nuestro país nació de la inspiración y otra de un nativo fueguino? ¿Alguien nacido entre nosotros ha ocupado algún lugar relevante en esferas ministeriales o diplomáticas?

Y allí apareció José María Castiñeiras de Dios (foto) como Secretario de Cultura en los días de Menem; un ushuaiense que acumuló poesías para creerse en un momento el único poeta fueguino (así me lo dijo una vez su esposa en conversación telefónica).

¿Y en el mundo de las letras como andamos?

Yo me animaría a defender la excelencia de la novela de Esteban Lucas Bridges, El último confín de la tierra; aunque bien es sabido que obró la mano de un periodista inglés para dar forma a sus cartas de recuerdos, antes que la espontaneidad de su pluma. Bridges tiene el mérito de gozar del reconocimiento de su condición de pionero en la zona de Río Baker, con lo que su empresa colonizadora no quedó simplemente limitada a Río Baker.

¿Y que hay del arte en sus formas más masivas? ¡Cuánto queda por andar! Nuestros cantores no han merecidos distinciones de primacías y concursos, de la misma que ningún fueguino ha recibido distinción en la esfera nacional e internacional.

No hay una canción fueguina que se cante en el país, y lamentablemente tampoco entre nosotros como muchas lo merecerían.

El saldo deportivo no es mejor. Las disciplinas que se desarrollan en nuestro medio no son las de mayor predicamento a nivel nacional; por eso el Futsal, con todo el entusiasmo que en nosotros despierta, es ignorado or el común de los aficionados a la deportividad del país.

¿Qué fueguino ha llegado a integrar una selección nacional? Oroz, en voley tal vez sea la respuesta, y ya se mueve fuera del país.

El atletismo nos ha regalado la sorpresa de Nadine Varela Goodall en disciplinas promocionales.

Mientras que el automovilismo que llevó algunos nombres a logros a nivel nacional, no ha conseguido todavía un campeonato.

Háblenme de un cineasta fueguino, de un dramaturgo. Alguien que haya ayudado a subir un peldaño el camino de las realizaciones.

No abundan nombres, y si los hay serán de aquellos que habiendo llegado de otro lugar se identifican con la fueguinidad por residencia, no por procedencia.

Uno de los tres de la ronda volvió a encontrarse conmigo. Tal vez tan inquietado como yo por lo que fue germinando en nuestras reflexiones, fue para decirme: ¡Tenemos la primer mujer gobernadora!. Y yo argumenté: Una rosarina que gobierna en Tierra del Fuego, lo ponderable sería que una fueguina gobernara en Santa Fe. El amigo se rió y se despidió con un además enérgico.

Mientras en tantas cosas crece la autoestima de los fueguinos, o los que dicen serlo, yo me enfrenté a este comentario que evalúa la mediocridad de nuestros logros. Cosa que tal vez el tiempo pueda llevar a superar.

Las grandes decisiones que transformaron y dieron aliento a esta Tierra del Fuego, hasta ahora siempre se tomaron afuera.

Y la gran epopeya de Malvinas, que se levanta como un credo de patria, no nos entregó un solo nombre de un nativo de este solar.

¡Díganme que me equivoco!

1 comentario:

Anónimo dijo...

mingo excelente,como siempre.Que orgullo conocerte y que seas el compañero,amigo y jefe que me sigue enseñando.Tengo tanto que aprender de vos.. no se si podre lograrlo.