Hace más de diez años entregamos a Jorge Rossi un conjunto de fotos y epígrafes bajo el título Nuestro Ayer, En una caja de zapatos. Las mismas se sumaron al enfoque de Alfio Baldovín y dio vida a un libro sobre Río Grande que ha tenido varias ediciones, que yo sepa.
Encontré aquellos escritos, y por otro lado están las fotos. En los últimos tiempos son muchos los que se han valido de las imágenes que he publciado para hacer lo suyo.
Y se me ocurrió una idea: ¿Qué pasa si a los amigos del blog les pido ue me envíen su foto acorde al epígrafe, o adaptada a la época de cada uno.
No he tenido mucha suerte a la hora de buscar respuestas, pero un viejo sentimieto docente me lleva a no bajar los brazos. Respuetas al cordoncuneta@homail.com
1.- A poco de nacer, aquí o algo más lejos, terminabas con tu cuerpo desnudo sobre un quillango de pieles de guanaco.
2.- Tu vida no era entonces muy diferente a la de otros niños, los de los pueblos originarios de este norte fueguino, que también mostraban su desnudez entre las pieles obtenidas como producto de la caza.
3.- Pero tu destino, y el de ellos, no se encontraría en comenzar a crecer en una casa ambulante, construida con los elementos inmediatos de la naturaleza.
4.- Ellos se veían compelidos a abandonar su indumentaria tradicional, vestirse como europeo, y en buena medida si en lo externo o en lo interno debía darse ese cambio la responsabilidad se la entregó a los padres salesianos.
5.- Tu mundo estaría condicionado por otra forma de vida económica: la producción ovina, que comenzó con la parcelización de los campos y la distribución racional de múltiples tareas según los meses del año.
6.- Algunas de esas estancias nacieron orientadas a formar con el tiempo pequeños pueblitos.
7.- Y las hubo también con construcciones realmente señoriales, que asombraban al hombre itinerante que las descubria en los llanos y los bosques fueguinos.
8.- Pero de por medio había un Río Grande que dividía la tierra, y no era fácil atravezarlo.
9.- Los ganaderos asociacios para construir la primer industria –un frigorífico- levantaron este puerte por la vado mas angosto, y cobraron peaje durante años hasta que se recuperó la inversión.
10.- Pero si alguien quería salir del frigorífico hacia el otro lado, el recorrido era sumamente extenso, y como del otro lado estaba naciendo un pueblo –con algunos lugares propios de entretenimiento- la figura del bote y el botero se incorporó a la fisonomía humana de la atlántica Tierra del Fuego argentina.
11.- Por el verano, y durante meses, el frigorífico concentraba los “piños” –arreos ovinos- que les esperaba un fatal destino de faenamiento.
12.- Hombres llegados de la región magallánica, u otros trabajadores venidos aún de más lejos, terminaban por colmar las cámaras frigoríficas de donde saldría la producción hacia los más calificados y exigentes mercados europeos.
13,- Agregando a esto que la lana, el otro insumo ovino, pasaba por otra tarea de faena: la esquila. Y que sus fardos, en mayor o menor cantidad, se iban acercando a los distintos muelles del Río Grande –los había en el norte y el sur- para buscar un lavado, hilado y procesamiento mucho mas allá de nuestras fronteras.
14.- Pero todo no estaba excento de dificultades. El río con sus pleamares y bajamares no constituía un puerto operable para barcos de gran calado, y los que lo hacía en buena parte de las maniobras trabajaban con su quilla en seco sobre el fondo arenoso.
15.- También en tiempos en que las guerras fueron postergando los recursos, se encontraron alternativas que con la industrialización nacional se fueron superando; tal el caso de esta pequeña locomotora que unía la gran estancia José Menéndez con el Frigorífico, y que hoy tiene por destino la Ciudad de los Niños en Gonnet.
16.- El Río Grande del sur era distinto. La casa de administración como una verdadera mansión victoriana, el personal que allí trabajaba vistiendo con elegancia.
17.- El norte, inicialmente, un simple caserío creciendo inarmónicamente amparado de los vientos dominantes por una barranca que se presentaba como estribación extrema de la meseta patagónica. ¡Y la estación de radio como una forma ultramoderna de vincularlos con el mundo!
18.- Pero el ir y venir de la gente, llegando para trabajar, y lléndose con algunos pesos, fue consolidando algunos servicios: los mas importantes en esa primera hora fueron de hotelería.
19.- Al tiempo que lo tuvo “El Pelado Guerra” el compromiso del dueño era dar alojamiento y comida por el mismo precio al cliente y a su cabalgadura.
20.- Aunque no pasó mucho tiempo que por la misma esquina los primeros automovilistas del pueblo lucían la potencia de sus máquinas, cuando ya los postes de alumbrado nos daban cuenta de otra iniciativa privada: la de Pinola y Martínez, derivando electricidad a la población desde su taller mecánico.
21.- Treinta años después del advenimiento de la ganadería, en el pueblo que era puerto para esa actividad, casi no habían niños, y para ellos la escuela se desarrollaba en medio de una situación itinerante.
22.- Hasta que los vecinos sumaron esfuerzos para hacer lo que no hacía el Estado, y así el primer establecimiento escolar creció mirando el río, y aun hoy sirve de recinto a la Intendencia local.
23.- Cuando promediando los años 30 llegó de Patagonia para cumplir funciones de Juez de Paz, el inglés Milton Roberts, trabajó con su familia y consiguió el favor de los ganaderos que aportaron lo suyo para que también la casa de la justicia de Río Grande existiera sin esperar contribución estatal.
24.- La Plaza fue otra conquista demorada en la conformación urbana, llegó a fines de 1936, cuando la Comisión de Fomento tenía ocho años de existencia. La Comisión estaba integrada por vecinos que desempeñaban su tarea ad-honorem, y todos se pusieron de acuerdo en la el recinto debía estar cercado, para evitar el daño de los animales sobre las especies vegetales incorporadas. ¡Y así pasaron 20 años!
25.- En tanto, luego del 43, un cambio en la política nacional fortaleció la presencia del Estado Nacional, resaltando los valores cívicos, y compromentiendo a todos los sectores de la población –gringos y criollos- en las manifestaciones de argentinización.
26.- La obra pública reció con presupuestos abundantes en esos días de la Gobernación Marítima. El pueblo mostraba sus contrastes: edificios públicos de mampostería, y el resto subsistente de los tiempos pastoriles: chato, gris, y polvoriento.
27.- Pero mas allá de los puentes los caminos eran toda una aventura, un riesgo a la hora de traer al puerto una producción que se diversificaba, como el caso de la madera.
28.- Aunque lo más indispensable era el acopio de leña, para afrontar con un nivel mínimo de confort y seguridad los largos meses de invierno.
29.- Las calles de Río Grande constituían un disperso damero, con patios enormes en razón de las casas construidas, y donde había espacio para la huerta y el corrar. Donde se organizaban estrategias para pasar el invierno.
30.- Aunque en la estación fría siempre surgía la posibilidad de algún entretenimiento importado, como es el caso del patinaje, que comprometía tanto a los adultos como a los niños.
31.- La política fue un hecho tardío aquí donde por ser Territorio Nacional no se podía votar, y cuando se dio inicialmente fue de firme adehesión al oficialismo. Aquí vemos a una multitud dirigiendose a la inauguración de la primera Unidad Básica.
32.- Claro que el pueblo se caracterizó durante décadas por un alto porcentaje de masculinidad, y de allí que en las formas de vida social predominaran aquellas que apuntaban a la brega individual. Tal el caso del deporte, del fútbol, que inicialmente nació en casa casa comercial; como en la presente imagen que muestra al equipo de Casa Ibarra.
33.- Pero después llegaron los Clubes, destinados a buscar los mejor competitivamente. Y esta viene a ser una de las primeras escuadras de la institución que se convertiría en decana del deporte local: el San Martín, con su primitiva camiseta.
34.- El gran atractivo del fúbol era salir a buscar otros rivales. Ushuaia era un destino casi imposible por la falta de caminos y la cordillera. Porvenir, en Chile, el lugar más cercano. ¡Y siempre se buscaba por temporada el partido y la revancha!
35.- Los Carnavales movilizaban a la población. Se estaba en plena época de esquila y de faena en el frigorífico, y los Clubes organizaban regularmente cinco bailes con orquesta. Los fondos salían de la venta de votos por parte de las candidatas a reina, la que mas recaudaba se quedaba con todos los aplausos, y la institución agradecida. Se pagaban los gastos y lo que sobraba se entregaba al hospital.
36.- Un día de sol expulsaba a todo el mundo de las pequeñas casas, se juntaban los vecinos con las mejores galas, y se degustaba la “carne de la zona”, que no había otra.
37.- Si hasta para las fiestas tradicionales, antes que se inaugurara el cine, los espacios elegidos para las danzas nativas eran los patios de las reparticiones públicas. Aquí los criollos bailan en el predio de Vialidad Nacional.
38.- Mientras que en el campo, lugar de mayor desamparo femenino, algunos de los pocos argentinos que trabajaban en la sección Despedida, muestras sus habilidades malambistas.
39.- A principios de los años 30 por iniciativa del administrador del frigorífico, John Goodall, se inició la siembra de truchas. La pesca fue un motivo mas de entretenimiento entre los riograndenses de entonces, más cuando no existían límite para la captura. El niño Muñiz muestra una pieza de de 5 kg.
40.- Pero con el tiempo todo comenzó a reglamentarse, aun en los casos de las denominadas Fiestas de la Trucha. Cuya acción depredadora fue limitada por legislaciones mas conservacionistas.
41.- Pero estamos en una isla. El fueguino muchas veces lo olvida, pero el mar lo recuerda. Como cuando viene a morir sobre nuestras costas un descomunal cachalote que nos lleva a pensar todo lo que servía alimentariamente a los nativos que nos precedieron.
42.- Los productos del mar, aun los que hoy resultan mas caros, estaban al alcance de la capacidad recolectora de un niño que con un gancho se llegara hasta la playa. Después en algún boliche se juntaban capturas y alegrías, esperando mejor suerte aún en los resultados de la próxima marea.
43.- Del viejo Río Grande quedan pocas imágenes de interiores en nuestras cajas de zapatos, tal vez por la inexistencias del Flash. De allí que la interioridad religiosa también debía ganar espacios públicos para ser registrada. Una procesión por los 50 nos muestra como crecen las construcciones de material sólido, al fondo incluso la torre de agua, y en un primer plano un cartel naval que seguramente dice: prohibido pisar el cesped.
44.- Porque la iglesia católica asentada inicialmente en la Misión tardó un tiempo en trasladarse a la población, y su recinto fue utilizado como cuartel por el ejercito cuando intentó aclimatarse a la zona durante 1942. Fue en ese patio donde aquella muchachada compartía con algunos valientes locales las primeras prácticas del baloncesto.
45.- Era el Río Grande al aire libre. Con festivales de box que se improvisaban cuando ante el valor local se le presentaba alguien que podía hacerle sombra: un marinero de barco, un trabajador golondrina... ¡Y quien duda que atrás de todo esto no corrieran algunas apuestas!
46.- Pero si lo que corrían eran los brindis, todo podía conducir a un desacato a la autoridad por parte de quien se creyera con ánimo de seguir festejando.
47.- Aunque en estos casos la superioridad numérica de las fuerzas del orden terminaban por reducir a los revoltosos, y si no estábamos ante un caso de marcada reincidencia, se lo conducía a espacios mas sombrios y tranquilos de donde saldría apaciguado no mucho tiempo después.
48.- Es raro verlo así, desolado. La mayoría de la gente se desenvolvía en relación a la zona rural. Casi no circulaban vehículos, y la gente parecía vivir un eterno domingo. Aunque el Banco Nacion inaugurado en 1942 brindaba a ese centro una fisonomía impropia de nuestra llanura.
49.- El 17 de octubre de 1947 en un antiguo galpón dejado por el Ejército se inaugura el primer Hospital de Salud Pública, dado que hasta entonces solo se contaba con un Centro Materno Infantil, o los servicios del médico del frigorífico que atendia prioritariamente a los empleados del establecimiento y la zona rural. El médico-director de esta foto es el Dr.Osvaldo Guillot.
50.- Después hubo que esperar mas de quince años para que creciera el Hospital definitivo, el de mampostería, con una lentitud a la que ahora no estamos acostumbrados en materia de logros comunitarios.
51.- Pero en el invierno del 49, junto al Río Chico se dio la primer surgencia de hidrocarburos y Río Grande debió prepararse para dejar de ser la aldea pastoril y asumir características de villa minera.
52.- El esplendor economico se tradujo en la realización de algunos derroches impensados en otros días: las carreras de autos.
53.- Manteniéndose durante décadas la realización de este tipo de competencias en circuito urbano, dónde era válido paralizar todo tipo de actividades porque las competencias –aquí en parte en asfalto y en parte en río- alegraban a los vecinos que las miraban desde la vereda, o desde la misma ventana de su casa.
54.- Con la explotación del petróleo en manos de compañías norteamericanas, y la declaración de zona franca para Tierra del Fuego, comenzamos a ver junto a nuestras humildes casas casas de chapa y madera, los gigantescos automóviles que marcaban realmente el poder adquisitivo de los riograndenses.
55.-Cada Almacén de Ramos Generales, enriqueció sus secciones de bazar con los insumos importados que se podían adquirir a precios en otro tiempo insospechados.
56.- La Marina para entonces, era la institución de resguardo en un tiempo en que la situación bélica con Chile amenazaba siempre con estallar. Claro que esta guardia de los años 50 nos muestra cuan lejos podíamos estar de una concreta hipótesis de conflicto.
57.- Después de los años 60 el pueblo creció sobre sus límites naturales, y a la hora de ganar nuevas tierras para el poblamiento se avanzó sobre La Vega. Hubo que fabricar las calles, y la tarea que no ha sido fácil se prolonga hasta nuestros días.
68.- Pero hay que tener en cuenta que las barreras acuáticas que nos separan del mundo comenzaron a desdibujarse a partir de 1935, con los primeros vuelos que aterrizaban entonces en la margen sur, junto al frigorífico. La partida y la llegada de los viajeros confundían en idénticas alegrías a los que llegaban y a los que recibían a aquellas formidables aeronaves de Aeroposta Argentina.
69.- En tanto que año a año, arraigados a desarraigados, los riograndeses acentuamos nuestra movilidad para las fiestas de fin de año : oportunidad de encontrarnos con los seres queridos. Dejando tal vez un poco mas despoblada nuestra ciudad para el turista que pasa a conocerla, y al que con entera confianza –igual que en otro tiempo dejábamos nuestras puertas sin cerrar- le facilitamos nuestra caja de zapatos llena de imágenes y recuerdos.
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