En el año 1824 el gobierno de la Provincia
de Buenos Aires por ese entonces a cargo del gobernador Martín Rodríguez,
negoció con la compañía bancaria Baring Brothers de Londres, Inglaterra, un
empréstito por un millón de libras dando, origen a la deuda externa argentina.
En principio este capital iba a utilizarse para la construcción del
puerto, para el establecimiento de nuevos pueblos y para obras de salubridad.
Pero entre comisiones, seguros, amortizaciones, coimas, gastos e
intereses por adelantado, llegó al país cerca de la mitad del monto total del
préstamo (resulta difícil saber con exactitud la suma que llegó al país.
Circulan, entre los historiadores, distintas versiones, algunas
determinan que el monto que arribó al país no fue mayor a 160.000 libras.
Por otro lado, no se realizaron ninguna de las obras para las cuales el
empréstito habìa sido contratado. El dinero que llegó se disipó en otros
gastos, como los resultantes de la guerra con Brasil.
Martín Rodríguez tenía en su elenco ministerial a Bernardino Rivadavia,
el que años después será presidente en la experiencia unitaria que terminará
con la mal negociada guerra con el Brasil que se ganó en el campo de batalla y
se perdió en la diplomacia.
Cuando asumió Rivadavia la deuda externa alcanzaba los 1.202.301, y en
julio de 1927, al finalizar el mandato subía a 13.100.795.
Para 1828 cuando cae gobierno de Dorrego en la Provincia de Buenos
Aires la deuda de las provincias unidas alcanzaba los 17.698.173. pesos.
La deuda con la Baring, tras varias
negociaciones infructuosas, incluido el ofrecimiento de las Islas Malvinas en
forma de pago, terminó de pagarse recién en 1904, ochenta años después de la
toma del crédito, por un monto ocho veces superior al original.
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