CON LA MEMORIA EN EL LEAR JET

UNO.- 15 de Mayo de 1984. Se produce la tragedia del LEAR JET.

La caída de la nave oficial de la entonces gobernación de Tierra del Fuego, descabezó la flamante administración democrática del entonces titular por la UCR Don Ramón Trejo Noel,

El 11 de de mayo de 1997, el diario EL SUREÑO publicará con la firma de Daniel Puebla un informe de la FFAA sobre como fue la tragedia de  esta nave..

Se hace referencia a una mala relación entre el comandante y copiloto. “el comandante Mario Marconcini era contrafóbico, egocéntrico y con autoestima y que el último período de descanso por treinta días lo había solicitado el 25/11/83, pero que lo interrumpió el 10/12/83. Mientras que el copiloto Rodolfo Pourrian era compulsivo” En un párrafo del documento se expresa que “existía desarmonía en las relaciones de la tripulación”, además que, “no existen antecedentes de agotamiento de la tripulación poir sobrevuelo, pero el copiloto solicitó atención por agotamiento físico y nervioso” en febrero de ese año. El asesor médico R. Cabane opinió que por las personalidades del comandante y copiloto “no eran las más deseables para el pilotaje. Existía además una desarmonía socio-laboral entre los mismos”..

En las conclusiones se agrega: “se transportaba un pasajero que no disponía de asiento”. Como así también “El accidente se produjo por factores operacionales al violarse procedimientos establecidos. Fueron factores contribuyentes a la clase de operaciones que se realizan en el Aeródromo de Ushuaia, el tipo de traslado de personal y las características de la personalidad de la tripulación”.

En el accidente perdieron la vida:

RAMON TREJO NOEL gobernador designado por el presidente Alfonsín.
Su esposa OFELIA OLGA LISA,
ROBERTO CAPANELLA ministro de Gobierno.
FERNANDO DIEGO GARCIA, ministro de Hacienda y Economía.
GUILLERMO MARCILESE, secretario general de la Gobernación.
ERNESTO JULIO LOFFLER, médico, legislador provincial por la Alizanza Agrupación Vecinal – Unión Popular Fueguina.
RICARDO SICA, secretario privado del gobernador.
NORA ORMISTON, delegada de acción social en Río Grande.
PEDRO ALTUNA, delegado zona norte del Instituto Territorial de Vivienda.
CARLOS ALBERTO LISA, asesor de televisión, primo de la esposa del gobernador.
MARIO MARCONCINI, comandante de la nave.
RODOLFO POURRANIN, copiloto.

Solo se recuperaron los cuerpos de Altuna, Lisa y Pourrain..

Sus nombres figuran en diversas arterias de nuestra ciudad. En tanto que la intersección de San Martín y 9 de Julio se levanta un busto al gobernador fallecido, donde año a año se realiza un acto recordatorio.



DOS. .- 30 AÑOS YA!!! ERA UN DÍA FRÍO COMO HOY, PERO GRIS. TERMINO SIENDO NEGRO.

Ayer conversamos con el Doctor Alberto Lekander sobre lo vivido entonces. El domingo después de la hora 10, por LRA 24 Radio Nacional, estaremos relatándoles con él las circunstancias de esa encrucijada.


En ese momento, yo era un joven médico, que ocupaba la entonces única Subsecretaría de Salud, dependiente del Ministerio de Gobierno, Salud y Acción Social del Territorio Nacional. Cargo que me había ofrecido depositando su confianza DON RAMÓN TREJO NOEL, y que me animaron a aceptar, mis amigos el DR ERNESTO LOFFLER (mopof) y el Director del Hospital de Ushuaia DR MIGUEL OLMOS (peronista), ofreciéndome todo su apoyo, colaboración y experiencia!!.

Por esas cosas insondables del destino, justo aquel 15 de mayo, nos desencontramos con el Ministro ROBERTO CAMPANELLA, mi ministro. Con quien además de trabajar codo a codo, y trabar una gran amistad, viajábamos siempre juntos desde y hacia Ushuaia.
Dicho desencuentro hizo que me hallara en el Aeropuerto de Río Grande con la noticia de que el Lear Jet venía retrasado y con la presencia del otro avión de la Gobernación, el Arava que también volvía y con plaza disponible, que todavía hoy, no se que me impulsó a ocuparla.

El resto es historia conocida, nevaba cada vez más intensamente en Ushuaia, el Lear había comunicado que tenía el canal de Beagle a la vista y lo estábamos esperando en la puerta del hangar.
Nunca llegó, nunca llegaron.

Fue una gran pérdida de personas muy valiosas. Los sigo guardando a todos en mi memoria.
Es difícil de resumir, pero digo a todos, porque tengo recuerdos y vivencias de cada uno de ellos.
También tengo deudas de gratitud. SIGAN DESCANSANDO EN PAZ.  Y QUE TIERRA DEL FUEGO NUNCA OLVIDE SU LEGADO.


Tres. Nuevos mitos o El inevitable regreso del ave de fuego.

La tarde en que el pájaro de fuego se perdió nos encontramos por las calles desolados. Sólo nos decíamos “que tremendo”, “que horror”, ¿Adónde, habrá ido? Pavor.

Trepábamos las barrancas despacio, levantábamos lentamente los pies, caía blanda la nieve que sacudíamos. ¿por qué? ¿Porqué? Crecian gibas en nuestras espaldas.

A M. yo lo había conocido de una manera común y mínimamente como todos los que quedábamos en el Aeropuerto de Río Grande sin vuelo para Ushuaia, le pedí viajar en el Lear. A eso se reduce mi relación personal. Pero como la muerte eleva los hechos más pequeños, le da altura griega, descubrí que había algo distinto, importante con respecto a este viaje. Siempre que voy en avión me pregunto se será con esa gente que no conozco que terminarán mis días, gran parte del trayecto me ensimisman estas cogitaciones, hasta que me invade algo así como una plenitud trágica. La única vez que no me ocupé de ese sensato pánico fue cuando viajé en el Lear. Esa única vez.

Era fama en Ushuaia la experiencia del comandante, la perfección técnica del ave de fuego: miré el sol amarillo y los bosques de noviembre bañados con un amarillo profundo y apagado, busques verdesamarillos, miré el mar desasosegado y miles de líneas de corderitos que lo dividían, miré sobre la espuma blanca de los lomos los reflejos del sol amarillos, lomos blancosamarillos. Tibio atardecer. Pude entonces, avenirme al sentimiento de eternidad mientras estaba en el cielo.

Claro que ésta, mi experiencia, se multiplica y difiere tantas veces como psajeros hubo albergado. Pero todos lo admirábamos mancomunadamente. Y no era una cuestión tecnológica, de esas que se emparentan con la vanidad económica, era una cuestión espiritual. Cuando se lanzaba sobre la pista, nos reconfortaba en un juego de espejos: era cada uno de nosotros desafiando el desarraigo y las helazones, dispuestos a emerger, por eso decíamos “que maravilla”.

Recuerdo ahora la pista con las luces encendidas vista desde los altos de Magallanes, recuerdo su paso breve sobre el suelo de Ushuaia anochecida. Siempre lo mirábamos en silencio. Nos dábamos tiempo para mirarlo.

Y había otra faz. Otro conocimiento. Y era cuando aquel piloto, ya legendario, hendía el aire con los juegos del ave mecánica. Era en los días de fiesta, para el 12 de octubre sobre todo; enhebraba en sus movimientos la bahía, el cielo y la ciudad. Me preguntaba, mirándolo desde mi patio, si esa voluptuosa entrega, si esa participación de un hombre a través de una máquina en todo el ser de la naturaleza le haría trascender su carne (de carne y la de acero), si en algún segundo llegaría a ser parte no ya de sí sino del absoluto, si se reintegraría a esa unidad de la que presumimos provenir. Pensaba que en algún espacio mínimo de tiempo, inimaginable para nosotros, aquella noción podría abrazar al piloto y ese gozo lo perdería, o mejor, lo ganaría. Pero eran días de sol: azul el cielo, muy azul el canal. En ese indescriptible placer estético no podría resignarse o dejarse arrastrar.

La tarde en la que el pájaro de fuego se perdió nos escrutábamos bajo la nieve: en este círculo de hielo nuestras pequeñas figuras, nuestro verdadero tamaño, nuestra pavorosa fragilidad.

Ushuaia recobraba viejos sentimientos: los de su soledad ante los hechos del sur, como cuando dejaban de venir los barcos y se cerraba el camino, en el invierno, cuando Ushuaia resistía por pura obstinación sola, blanca, pura, única, como una pequeña lancha frente a la tormenta en el mar.

Aquella tarde, esa tarde, nevó mucho. Tanto.

Sin embargo hay quien dice que el pájaro de fuego se sustraerá de las penumbras que lo arrojaron al fondo del canal, que desandará desde el universo de los sueños los pasos de su adiós: desde ese tiempo tan lúcido y tan confuso que nos abarca por las noches volverá. Allá en el reino de los sinceramientos, el pájaro reencontrará la esencia de su ser: figura e imagen. Tomarán de la levedad de un patinador solitario el impulso que le dará nuevamente vuelo y se espejará frente a la bahía escarchada.

Otros afirman que durante las tardes de Mayo se oirá su motor queriendo quebrar las barreras de la nieve, incorporando a esa multitud de canoeros a la deriva, de barcos perdidos, de indios caminantes, de obreros extenuados, de presos fugados y arrepentidos que trasponen los estados de la materia en la fuerza de regresar a la hermosa bahía.

Si, el ave mecánica volverá sobre Ushuaia. Buscará un hecho y bajará sobre el pueblo y lo acariciará con sus rumbos de ángulos festoneados, con su estirpe de flecha marcará rumbos y las casas estarán iluminadas por el vapor azul del mar que todo lo esfuma, que a todo convierte en irreal. Serán etéreos entonces los hechos más vigorosos: los amantes en la entrega perderá sus contornos y serán todos de sombras azules, las voces semejarán lejanos tintineos y los niños comerán manzanas azuladas parsimoniosamente. Pero tal vezs ea un mediodía ve invierno visitado por el sutil sol austral que le da brillo antiguo a la ciudad: o quizás espere la incandescencia salmón sobre la nieve, o sea una mañana de verano cuando cada partícula canta a la armonía y estallan los lupinos violeta.

Volverá con la lenga enrojecida por el otoño y por el amanecer. Será un tiempo muy rojo porque vendrá generado desde el músculo rojo y palpitante de los que soñaron con su vuelo y porque es el color del pájaro y también el de la isla.

Invisible pero inevitable, hará sus giros sobre Ushuaia el ave mecánica perdida.

 Escrito por Estela S. Noli.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Mingo,

Lamentable hecho aquel, ocurrido justo en tiempos del regreso de la Democracia a nuestro país. En la publicación “El Río” (Año 1. Nº 3. Río Grande. Miércoles 14 de Mayo de 2003), en el artículo “La larga marcha del tiempo político para los fueguinos y las instituciones de la democracia”, el tema aparece referido y situado en el contexto político-social de la época. Si bien la nota abarca distintos momentos políticos de la Provincia, acerco los fragmentos que siguen, los cuáles permiten conocer cuál el panorama local en la época en que ocurre la tragedia:

“El 30 de Octubre de 1983, vuelve la democracia y con ella las primeras elecciones a Legisladores (...).

En las elecciones del 83 el Partido Justicialista levanta las banderas de la provincialización, y la designación transitoria de un gobernador fueguino y civil. El PJ y la UCR consiguen colocar un diputado y ambos presentan un proyecto en tal sentido que tardará en ser debatido.

Alfonsín designa para la gobernación a Ramón Trejo Noel, un antiguo dirigente radical que perecerá con su grupo más directo de colaboradores en el accidente del avión Lear del 15 de mayo de 1984.

Los radicales no habían conseguido ninguna de las municipalidades. Ushuaia fue para José Arturo Estabillo, joven afiliado a la Unión Popular Fueguina, Río Grande vio al mismo tiempo consagrarse por primera vez a alguien nacido aquí mismo para dirigir su destino, el justicialista Esteban Martínez. La UPF nació inicialmente como Unión Popular (...). Con el tiempo llegaron a conformar una misma base electoral con la Agrupación Vecinal de Río Grande, formaron la Alianza AV-UPF, que más tarde se identificó como Movimiento Popular Fueguino.

En Ushuaia el partido localista perderá en 1985 la comuna, y ésta pasará a manos del radical Adolfo Cano (...). Carlos Manfredotti, este entrerriano de extracción sindical (proviene de la televisión estatal) se mantendrá al frente del ejecutivo ushuaiense por dos períodos – es el primero en ser reelegido – hasta que para la hora de la provincialización pase a ocupar una diputación nacional.

En Río Grande Esteban Martínez será intendente por cuatro períodos, y su aspiración como gobernador correrá paralela a la pérdida de la comuna a manos del radicalismo. Así se dará una característica que en esta ciudad, de notable independencia económica en otros días – a tal punto que fue considerada la capital económica de la isla – gobernó el peronismo bajo Alfonsín y el radicalismo bajo Menem.”

Un saludo Mingo!
Hernán (Buenos Aires).-