TRÍPTICA NACIONAL.HISTORIA.15.LA NECESIDAD DE UN PUERTO Y LA CRISIS DEL 90

En el año 1824 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires por ese entonces a cargo del gobernador Martín Rodríguez, negoció con la compañía bancaria Baring Brothers de Londres, Inglaterra, un empréstito por un millón de libras dando, origen a la deuda externa argentina.

En principio este capital iba a utilizarse para la construcción del puerto, para el establecimiento de nuevos pueblos y para obras de salubridad.

Pero entre comisiones, seguros, amortizaciones, coimas, gastos e intereses por adelantado, llegó al país cerca de la mitad del monto total del préstamo.

Circulan, entre los historiadores, distintas versiones, algunas determinan que el monto que arribó al país no fue mayor a 160.000 libras.

Por otro lado, no se realizaron ninguna de las obras para las cuales el empréstito haba sido contratado. El dinero que llegó se disipó en otros gastos, como los resultantes de la guerra con Brasil.

La deuda, tras varias negociaciones infructuosas, incluido el ofrecimiento de las Islas Malvinas en forma de pago, terminó de pagarse recién en 1904, ochenta años después de la toma del crédito, por un monto ocho veces superior al original.

Por 1890 el país tuvo su primer gran crisis económica, y esta repercutió internacionalmente por que no se pagó a la banca Baring.

Estamos recordando con Ustedes algunos pormenores comentados al principio de este ciclo: el inicio de la deuda externa por imperativo de darle a Buenos Aires un puerto.

Durante la colonia, en tiempos de la sujeción al virreynato del Perú este no consintió que saliera la producción de lo que hoy es nuestro país debiendo canalizarse la misma hacia el Alto Perú y de ahí a Lima.

En esas condiciones poco podría progresar el Río de la Plata situación que contrastaba con el Brasil que comerciaba libremente con Inglaterra, paises que por otra parte comenzaron lentamente a infiltrar su comercio clandestino en ambas riberas del plata dando lugar al contrabando.

Cuando pasó el momento inicial de la plutocracia española, esa que llevó el oro de los indígenas a una España que terminó comercializándolo con Francia y Holanda; se pensó que algo de provecho se podía sacar del inactivo puerto de la Trinidad. Y fue entonces cuando nació el Virreynato del Río de la Plata con el propósito de expulsar a los portugueses asentados en la Colonia del Sacramento y comerciar exclusivamente luego… con la metrópoli española.

Esa situación no tranquilizaría ni a los Ingleses, ni a los lusitanos, ni tampoco a una parte importante del comercio de Buenos Aires, los que accionarían y complotarían para acercar este país al libre comercio.



En la imagen: Buenos Aires era poco más que un fondeadero.




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