EL RíO.8. RIO GRANDE EN SERIE -1973


Todo comenzó con una conversación con Esteban Makin que buscaba optimizar los contenidos de la revista de TVF, e ideamos una página de recuerdos que se remontaba 120 años en el tiempo. Cada mes había una recuerdo para un acontecimiento alejado en doce décadas en enero, en once en febrero, en diez en marzo. Y así se podría ir armando el rompecabezas. Un día –por un pedido de aumento en el pago mensual (era cosa de pasar de 100 a 120) se quebró nuestra continuidad. Ya no estaba Makin y el diálogo fue con un gerente de doble apellido que ya no está. El señor me dijo que la política del cable era de ayudarme, y no me veían como un empleado en días en que todos reclamaban unos pesos más. Yo prescindí de su ayuda y cuando salió mi periódico EL RÍO. Pude continuar con la serie hasta terminar crónicas por doce décadas. Si en la primera publicación se llamó RIO GRANDE EN SEPIA, en la propia pasó a ser –un poco nostalgiosa de lo televisivo- RÍO GRANDE EN SERIE. De ese nuevo tiempo es nuestra entrega.

La vuelta a la democracia a dado una oportunidad de regir los destinos del Municipio local a Don Alberto Vicente Ferrer (foto). Se trata de un retirado de la armada que hace poco más de 20 años arribara por primera vez a nuestro pueblo de a caballo. Por aquella época tenía un destino en Ushuaia donde formara su familia con  Zaida Martínez, integrante de una familia arraigada en la zona.



Ferrer enviudó y luego de tener alguno desempeño en la Municipalidad de Comodoro Rivadavia fue llamado por Néstor Nogar haciéndose cargo de la Secretaría de Obras Públicas.

Pero en tanto se dio la salida política apareció en el medio local un nuevo partido: la Agrupación Vecinal, con la que se ha pretendido dar continuidad a la gestión encarada por Nogar y su gente, y los resultados fueron favorables en las elecciones del 11 de marzo. Singularidades que se viven siempre en Río Grande, mientras que en el resto del país ha sido abrumador el voto peronista aquí se ha impuesto un lineamiento político nuevo que se asegura difiere en las propuestas ideológicas con quienes dirigen los destinos del país. Y Ferrer en todo esto, el que dice que ha llegado con el voto femenino, parece que tendrá que bailar con la más fea toda vez que tiene un Concejo en minoría –Ramón Balverdi y Elena Rubio de Mingorance son sus concejales- donde impera la oposición encabezada por Rodolfo Canalis del Partido Justicialista –su presidente- Sergio Andrade del mismo signo, y sumando orientación parecida –aunque aquí no se constituyo el frente político denominado FREJULI- el comerciante Enrique “Cherro” Arteche del Movimiento de Integración y Desarrollo.

La situación que se vive en la Isla es singular. Parece ser cierto que el poder naval se impone más allá de toda supremacía política. El día del cambio de gobierno solo Ferrer  participó de la cena desarrollada en el Casino de Oficiales del Batallón de Infantería de Marina Número 5, donde todo figuró como Festejo del 25 de Mayo.

A los pocos días se veía con asombro como se demoraba una designación de un gobernador –que se pretendía fuera fueguino, civil y peronista- y que solo comprendió los dos últimos calificativos.

Es que indudablemente, más allá de sesgo ideológico expuesto durante los días de Cámpora, el gobierno nacional adquirió poses más conservadoras en el proceso que llevó nuevamente a Perón a la primera magistratura, y en ello se respeta la vieja concepción que un día hizo de la Tierra del Fuego una Gobernación Marítima, un enclave militar.

De allí que para fines de año, más allá de los controles impuestos y desarrollados desde el Concejo Deliberante, un cuerpo que por otra parte usa las mismas oficinas que el Intendente cuando este termina su labor, es decir de tarde y noche, más allá de eso... la gran confrontación que ha tenido Ferrer ha sido la cuadrera del Día de la Tradición en la Misión Salesiana, donde no pudo su moro superar  la capacidad de Padre José Zink y su gateado “pinta”.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Las publicaciones de “El Río” abarcan una variedad de temas que van desde lo social, lo político, lo local-tradicional y por supuesto, aquello vinculado con la línea de tiempo fueguina. Y esa combinación temática convierte a la publicación en algo muy interesante para leer y seguir. En estos días leía “Breves consideraciones sobre el poblamiento original de Tierra del Fuego”, un artículo para leer en detalle por sus aportes y precisiones; me pareció muy bueno.

Pero volviendo al protagonista de este artículo, Alberto Vicente Ferrer, abajo agrego más datos sobre su vida en la isla. Me baso en el libro “A hacha, cuña y golpe” de 1995, tomando los recuerdos que el mismo Ferrer allí relata:

“Nací el 25 de abril de 1927 en la Capital Federal, en Palermo. Tengo dos hermanos. Mi papá se llamaba Antonio y mi mamá, Filomena Sirvent. Mis padres eran españoles, valencianos, y vinieron acá (Buenos Aires) por el año 1926. Mi papá era maestro confitero en una importante firma de Buenos Aires que aún existe, la firma Felfort que en ese momento se llamaba López & Fort. Yo he trabajado en esa empresa, estaba relacionada con la elaboración de dulces. Mi padre venía anualmente a trabajar una temporada, que era aproximadamente cinco o seis meses y le pagaban muy bien para esa época, además de todos los gastos de traslado y demás. Eso lo hizo varios años hasta que se casó y trajo a mi madre para que conociera Buenos Aires con la idea de volver. Pero ocurrió que cuando terminó su trabajo específico, el dueño de donde trabajaba (López & Fort), le ofreció un trabajo adicional por ese año, el año 26, y ya no volvió más”.

Sobre su educación escolar, cuenta Ferrer: “El colegio primario lo hice en Devoto, no me acuerdo si era la escuela Nº 20 ... El secundario lo hice en el Colegio Nacional Bartolomé Mitre en Buenos Aires (...)”.

Justamente hace unos pocos días, se cumplían 70 años de su ingreso a la Armada: “Yo ingresé a la Armada (...) el 5 de octubre de 1944. Ingresé como oficinista naval (...). Ushuaia era un lugar que me atrajo desde chico, desde una vez que llegó a mis manos un ejemplar de Argentina Austral. ¡Y encontré unos artículos hermosos y unas fotos maravillosas! Con el ingreso a la Armada en una oportunidad se me posibilitó el traslado en el año 47. Yo llegué a Ushuaia el 5 de noviembre de 1947, trasladado a lo que era en esa época la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego. Tenía 19 años”.

“Yo estuve en Ushuaia en dos oportunidades del 47 hasta el 53 y después volví en el 61 y estuve hasta el 65. Ushuaia era un poblado hermoso, pintoresco y muy chiquitito. Teóricamente eran tres cuadras ... Terminaba en el cementerio y empezaba en lo que actualmente es la Base y que en esa época era el penal. No había una sola calle asfaltada. Los postes de luz estaban en medio de la calle. Había seis automóviles”. Es interesante observar cómo en su segunda etapa en Ushuaia, su mirada sobre el pueblo mostraba que allí las cosas habían cambiado, y que el progreso había traído cosas nuevas. Pero, antes de ello, Ferrer recuerda su llegada a Río Grande a caballo, tal vez ya más habituado a las costumbres locales, lejos de Buenos Aires:

“Una vez vine a caballo de Ushuaia a Río Grande. Ese fue un deseo de conocer un poco más el territorio. Fue en 1952. Nos pusimos de acuerdo con un compañero (...). Teníamos un par de caballos y la policía nos prestó otro y nos organizamos un poco y nos largamos. Pasamos por la cabecera del lago, estaba la Comisaría del Lago Kami. Me acuerdo que estaba el Sargento Salinas y la señora con los tres chicos. Nos atendieron muy bien, paramos un día o dos. Salimos a mediados de diciembre y a Río grande llegamos el 24 de diciembre en la víspera de Navidad”.

(Continúa en el siguiente comentario)

Anónimo dijo...

(Viene del comentario anterior)

Llega el fin de su primer período fueguino, en el cual además de Ushuaia también había podido conocer Río Grande. Fue en aquel momento cuando también comenzó a construir su propia familia. Nos cuenta: “En el 53 me trasladan a Buenos Aires y ahí yo me alejo de la isla, siempre con la idea de volver porque yo me había casado en Ushuaia con una chica nativa de ahí. Se llamaba Zaida Martínez, y era hija de Vicente Martínez, que fue presidente de la Comisión de Fomento en Ushuaia y de María Brun. Me casé en el 50 y tuve dos hijos: Carlos Alberto y Marina. Me trasladaron al Estado Mayor General Naval (en Buenos Aires) y ahí estuve hasta que conseguí el año 61 volver otra vez”.

Se abría la segunda etapa en Ushuaia: “Conseguí que me trasladaran a la Base Naval de Ushuaia. Ushuaia había cambiado mucho, había ya algunos negocios lindos. Ese año se instaló Radio Nacional, lo cual fue una gran alegría para nosotros, poder escuchar con nitidez una radio”.

“Yo me retiré de la Armada en el 69 y voy a Comodoro Rivadavia a trabajar en la Municipalidad”. Vicente Ferrer guardaba el recuerdo del Río Grande que conoció en su primer etapa en la Isla. Y contaba: “¡Para mi, (Río Grande) era un páramo de viento y lluvia! También de frío porque en esa época no había calefacción a gas, había estufitas de leña ... No había agua, no había luz ... Cuando me trasladaba de Buenos Aires a Ushuaia, a veces el avión paraba acá. Venía en alguna oportunidad, alguna comisión, pocas veces”. Y aquí nuevamente aparece una mirada, en este caso sobre Río Grande, que revela los adelantos en la población del norte: “Cuando vine a Río Grande en 1970 era otra cosa muy distinta a la que yo había conocido antes. Había calles asfaltadas, buena iluminación, agua corriente, gas ...¡Estaba lindo! Pero el clima seguía siendo infernal! Yo vine acá (a Río Grande) por Nogar (el Intendente Nogar) al que conocí en Ushuaia. Yo estaba trabajando en Comodoro Rivadavia en la Municipalidad. Cuando dejé de trabajar en Comodoro, me quedé unos días haciendo turismo y me llegó una carta de Nogar ofreciéndome trabajo en la Municipalidad, así que vine para Río Grande. Ingreso a la Municipalidad como Jefe de Inspección General el 19 de enero de 1970 y permanezco en ese cargo aproximadamente por espacio de tres a cuatro meses. Después, al estar vacante el cargo de Secretario de Gobierno el Intendente me lo otorga y estoy ahí, aproximadamente dos años. Después paso a Obras Públicas donde continúo hasta que soy electo Intendente en el año 1973”.

Un abrazo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-