Massera y sus amigos!!

Ha partido de este mundo el Almirante Cero. Aquel referente que desde la Armada brindó su cuota de sange durante el Proceso. Tierra del Fuego, ínsula naval, tenía gobernantes que lo miraban con veneración. Y el periódico oficial de entonces, que no era más que uno, registraba el 14 de septiembre de 1977 así, su visita.

Quedaron reflejados algunos conceptos de sus dichos en ese momento, conrcunscriptos a un ascéptico protocolo:

El número 6 del Semanario de la Actividad Territorial, tenía también una página central fotográfica en que se se veía la actividad del visitante. Fotos casi tornasoladas por las técnicas de la época donde se lo ve saludando a las autoridades locales, en su mayoría uniformadas. Visitando los barrios que se construían en Ushuaia, dialogando con periodistas -algunos de reconocida calvicie- y la alegría de las damas que concurrieron a los agazajos.

Masera pasaría a fines de agosto del año siguiente nuevamente por Tierra del Fuego -ya lo había hecho también para el Día de la Armada. Se lo consideraba uno de los alcones del Proceso, no así de la acción militar con Chile, situación que después del mundial parecía inminente, y antes de la cual fue relevado del cargo para ser reemplazado por el Almirante Lambruschini.

Un bonus track de fotos ayuda a visutalizar contactos y actividades.



Con el tiempo encendería la mecha partidaria, tratando de formar un partido, el de la Democracia Social. ¿Quién se acuerda de sus gestores locales? No faltaba mucho `para que Guillermo Patricio Kelly en su revista Quorum inaugurara una serie de denuncias en su contra vinculándolo a las desapariciones de personas. La Esma como campo de exterminio, tal vez, haya sido su más siniestra invención, en este sentido.

Condenas, prisión, indultos, cenilidad y enfermedad, internaciones, fue limitando la posibilidad de juzgarlo en todas sus incumbencias.

2 comentarios:

Pali dijo...

Disculpeme Don gutiérrez,pero yo le diría: Massera y la p que te p y suerte que la muerte te salvó... por decirlo de alguna manera

Mingo Gutiérrez dijo...

La muerte es una señora tan caprichosa como la vida. El que trabajó tanto para la muerte debe haber recibido de ella un trato condenscendiente.
Y sus amigos, sus amigos estaban y están entre nosotros.