La valoración
pastoril tradicional.
Creación chilena, Punta Arenas ha dirigido el poblamiento y
la valoración del conjunto de Tierra del Fuego. En el último decenio del siglo
XIX el puerto conoció un desarrollo prodigioso, en la ruta de los grandes
buques transoceánicos. Españoles, dálmatas, alemanes, británicos vinieron a
buscar fortuna en mar o en tierra. A una treintena de kilómetros al este, sobre
la otra orilla del estrecho, Tierra del Fuego presentaba una meseta ondulada,
cubierta de pastos, apenas poblada por algunos millares de pacíficos cazadores
onas.
La fiebre del oro.
Desde 1871 se difunde la noticia de que, en la costa
oriental, los pescadores han encontrado oro. Se da entonces el comienzo de una
trágica búsqueda de oro, que lanza sobre las costas fueguinas decenas de
embarcaciones. Así Beban, un dálmata, que en 1872 recoge las pepitas de la
Bahía Slogget; o el intrépido grupo que extrajo de una sola vez 17 kg. de
metal, cavando una zanja en la isla Lennox. Estos golpes de fortuna,
rápidamente difundidos llaman pronto a aventureros internacionales de gran
categoría. Tal es el caso de Popper, un joven ingeniero rumano que desembarca
en 1886 en la península del Páramo; su guardia personal de 18 dálmatas preserva
durante varios años, a mano armada, la concesión de la Compañía de Lavadores de
Ordo del Sur. Personaje pintoresco, Popper presenta artículos o conferencias de
la Sociedad de Geografía de Buenos Aires, instaura un verdadero Estado, acuña
una moneda de oro, emite sus propias estampillas, proyecta la instalación
del telégrafo. Los primeros agentes del
Estado argentino tienen la impresión de desembarcar en tierra extranjera y los
choques no faltan. Después de haber descubierto los placeres del Páramo y de
las Bahías Slogget y Aguirre, Popper muere misteriosamente en 1893, habiendo
hecho fortuna.
En 1900 se cuenta todavía más de 600 buscadores de oro en
Tierra del Fuego. En 1906 se constituye en Buenos Aires una gran compañía
anglo-argentina que dispone de poderosos medios; pero se funde rápidamente; los
gastos de la búsqueda de oro son excesivos. Es el fracaso. Es imposible tener
acceso a los filones sepultados bajo los hielos y las nieves eternas, se deben
contentar con para por el tamiz enormes masas de material morenítico o de
aluviones torrenciales, recientes y actuales, para descubrir las preciosas
pepitas. En nuestros días, la explotación está prácticamente abandonada, salvo
en algunos pequeños grupos de buscadores aislados, principalmente en el norte
del territorio chileno de la isla. La producción total, desde los orígenes, alcanza
oficialmente a los 600 kg. Se la estima en realidad en 5.000 kg entre 1801
1901, y en una veintena de kilogramos entre 1936 y 1941.
1 comentario:
Hola Mingo!
En relación al artículo “La valoración pionera de la Tierra del Fuego” (Romain Gaignard), aporto algunos datos vinculados a la extracción de oro en dos sitios que allí se mencionan: la Isla Lennox y la Bahía Slogget.
Para el caso de la Isla Lennox, he revisado algunos mapas tanto de edición argentina como chilena. La cartografía que lleva como título “Cabo de Hornos. Isla de los Estados. Península Mitre. Carta Histórica. Naufragios – Faros – Factorías – Oreros – Misioneros” (Zagier & Urruty, Buenos Aires, 2002), sitúa un campamento aurífero en una bahía llamada “Caleta del Oro”, ubicada entre el Cabo Carolina y la Península Carmen, al S.E. de la mencionada isla. El mapa titulado “Tierra del Fuego. Cordillera Darwin, Lago Fagnano. Karukinka – Yendegaia – Isla Navarino (Sig Patagon /Bruce Willet, Punta Arenas, Chile, 2015), también incorpora el topónimo que recuerda la extracción de aquel metal aunque sin incluir más información al respecto. Otra cartografía, sin embargo, aporta un dato histórico junto a este topónimo. Se trata del mapa “Patagonia & Tierra del Fuego. Desde Calafate, Argentina hasta el Cabo de Hornos, Chile” (Luis Bertea R., Chile, 2006). Allí se lee junto al nombre “Caleta del Oro” de la Isla Lennox, la siguiente reseña: “Más de 800 mineros en su mayoría croatas buscan oro en Playa del Oro – 1890”.
Por otra parte, sobre la Bahía Slogget, retomo aquí el texto “El último confín de la tierra” de E. Lucas Bridges, quien naciera en la Misión de Ushuaia en 1874. En este libro, Lucas Bridges narra diversas anécdotas y recuerdos de sus días de niño y joven viviendo entre los nativos yaganes y onas. De esta obra, transcribo el siguiente fragmento:
“Recordarán que mientras esperábamos el barco que había de llevarnos después del naufragio del Golden West, yo jugaba solo en la playa de la Bahía Sloggett, y llegué a juntar un montón de polvo de hierro magnético que se adhirió a mi imán de juguete, formando una masa compacta. El capitán Félix Paz, de la Armada Argentina, primer gobernador del territorio, cariñosamente se interesó por los niños y por nuestros relatos sobre la Tierra del Fuego. Un día, como quien otorga un favor especial, yo le mostré mi caja de tesoros. Cuando vio la arena negra adherida a mi imán, manifestó gran interés, y quiso saber dónde la había encontrado. Al conocer mi respuesta, mandó enseguida al Comodoro Py a la Bahía Sloggett. El barco volvió cargado de bolsas de lodo en el que se encontró oro. Este fue el primer hallazgo de oro en la costa sur de Tierra del Fuego, aunque ya habían llegado a la costa norte, cerca de la embocadura del Estrecho de Magallanes, muchos mineros esperanzados” (Bridges, Lucas E.: “El último confín de la tierra”, Editorial Sudamericana, 2º Edición, Buenos Aires, 2003).
Cabe señalar, que el naufragio del “Golden West” había corrido en el invierno de 1882, en la Bahía Slogget, ubicada en la salida S.E. del Canal Beagle. Así, el dato sobre el descubrimiento de oro en la costa sur de la Isla Grande indicado por Lucas Bridges, entraría en discusión con la información que reporta Romain Gaignard en su escrito “Valoración pionera de la Tierra del Fuego”. En ese texto, Gaignard refería que “Bebán, un dálmata, (…) en 1872 recoge las pepitas de la Bahía Slogget”, lo cual viene a adelantar en diez años el conocimiento sobre la existencia de oro en aquellas apartadas regiones australes.
Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-
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