Respaldaba esta iniciativa el Instituto de Investigaciones Históricas Tierra del Fuego, entidad nacida en Buenos Aires, también a inspiración del cura.
El número uno de la revista vio a la luz en Julio de 1972 y su aparición era irregular. Se distribuía en mano, desde algunos espacios de la vida cultural de entonces, en mi caso la obtuve gratuitamente en el Colegio Don Bosco, o en la Biblioteca Schmidt (h). No era mucha le gente interesada pese al enorme valor de su contenidos, la publicación permanecía en algún rincón -a la vista- sin que hubiera mayores curiosos en llevarla.
Hoy son piezas de colección.
Karú Kinká venía impresa por los salesianos de Almagro y fue engordando en páginas y contenidos hasta el número 23, dónde se la podía ver de esta manera:
Traía en su interior trabajos que fueron presentados en el Congreso de Ciencias Históricas Fueguinas, en Río Grande, y en aquel octubre de 1976 contenía los que llevaban la firma de Nicolás Matíjevich, Raúl Martínez Crovetto, Alejandro Maveroff, Eduardo Prémoli, Pablo Gallez y Juan Esteban Belza.
Pero la publicación estaba a las puertas de una crisis:
¿Cuál habrá sido el nivel de respuesta? Tendríamos que haberlo preguntado en ese momento, o tal vez sumado algún aporte. Yo recuerdo que lo pensé, pero estaba embarcado en un proyecto periodístico personal, como fue la de El Austral en su última etapa.
Habrá que esperar a junio de 1980 para ver un nuevo Cuaderno Fueguino, el número 24. El papel era grueso y burdo, abrochado, con cinta plástica de embalaje al lomo.
Dirá el Pórtico: "Después de larga pausa de raíz monetaria, sale a luz el N.24 de Karukinka con ropa más pobre, pero con igual vitalidad de contenido".
Y allí venía la mitad de los trabajos publicados en el Congreso de historia realizado en Río Grnde del 6 al 12 de octubre de 1978. Así aparecen los nombres de Héctor Allen, Marta Belfiori, Juan Esteban Belza, Rafael Berruti, José Emilio Burucua, Arnoldo Canclini, Ricardo Capdevila, Santiago Comerci y Rodolfo Pollari.
Miro el ejemplar que tengo en mis manos y su ilustración pegada en la portada se ha desprendido.
En la contratapa un aviso marcaba tal cierto aliento a esta quijotada cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario