En la “pampa” septentrional, única región verdaderamente
apta para la ganadería, los misioneros –salesianos venidos de Punta Arenas-
abren el camino. Sobre esta costa uniforme, llana, arenosa, encrespada, la
desembocadura del río Grande, descubierta por Ramón Lista en 1886, ofrece el
único acceso a tierra para las goletas o los pequeños vapores que pueden
remontar el río en la alta marea por algunos kilómetros. En 1893, el padre
Beauvoir pasa el invierno en la bahía San Sebastián. Al año siguiente, el Padre
Fagnano logra instalar una misión al N de la desembocadura y protege pronto as
una colectividad de 500 onas, eludiendo el peligro de las primeras matanzas perpetradas
por los buscadores de oro y de tierras pastoriles. Los ganaderos, atraídos por
el ejemplo de los misioneros, se juntan pronto con los pioneros y comienza la
ocupación del suelo a partir de la bahía Porvenir en Chile y de Río Grande en
la Argentina. Se produce entonces la ocupación del suelo en el sentido estricto
de esta expresión: se contentan con introducir algunos corderos traídos de las
Malvinas por Punta Arenas, y de señalar simbólicamente la más vasta extensión
posible de tierras que se defiende a mano armada contra los “intrusos”… y que
se la “despeja” de sus primeros ocupantes onas. Estos, acusados de confundir en
sus cazas guanacos y ovejas, son exterminados sistemáticamente, cuando no
mueren a causa del alcohol o por las enfermedades importadas por los europeos en un medio hacia entones asépticos. Los
salesianos, impotentes para salvarlos, se deben contentar con reunir una
terrible documentación sobre este genocidio terminado aproximadamente en 1940.
Rápidamente, ya en 1896, los principales comerciantes de
Punta Arenas, uniéndose a algunos audaces ganaderos, consiguen controlar las
mejores tierras y extienden a la isla el imperio del ovino constituido ya sobre
la orilla septentrional del Estrecho. Por matrimonios y relaciones de negocios,
Reynolds, Cullen, Behety y los tres hermanos Braun, se colocan bajo la
autoridad de José Menéndez y constituyen la Sociedad Explotadora de Tierra del
Fuego. Grandes señores de la ganadería patagónica y fueguina, podían hacia
1900, burlarse de los Estados y de las provincias, con sus 12 millones de
ovejas y sus 1.700.000 hectáreas, su flota y sus almacenes. En 1911 se realiza
la primera división nominal del grupo: la Sociedad de Explotación, desde su
sede instalada en la estancia Bahía Inútil, dirige solamente 1.300.000
hectáreas situadas en territorio chileno donde continúa poseyendo, en 1962; la
mayor parte de las tierras al norte del paralelo 54. En la parte argentina, el
grupo –que controla igualmente, por la Sociedad Anónima de Importación y de
Exportación, lo esencial del comercio y del transporte marítimo de la isla de toda la Patagonia- ha
sido escindido en varias ramas correspondientes a otras tantas estancias, a fin
de eludir los rigores de la legislación fiscal.
La Anónima se fundó en
1908 en Punta Arens por la fusión de los interés y de los bienes comerciales de
José Menéndez y de la firma Braun Blanchard. En el año 1911 los estatutos
fueron registrados en la Argentina y la sede social fijada en la Capital
Federal. Sigue conformando el punto de convergencia de las familias Menéndez,
Braun, Campos y Behety, ligadas por la sangre y los intereses, las cuales por
lo demás encabezan, cada una, sociedades ganadera en la región pampena, en
Patagonia y en Tierra del Fuego.
(Continuará)
La imagen trae la portada de la revista en la que en 1953 León Thomas publicó su trabajo Des peuples en voie de désparition, les Fuégins; escrito que inspiro a Romain Gaignard.
La imagen trae la portada de la revista en la que en 1953 León Thomas publicó su trabajo Des peuples en voie de désparition, les Fuégins; escrito que inspiro a Romain Gaignard.
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