La noche comienza en el Cabo de Hornos - Quinta parte


PRIMERA ENTREGA ARGUMENTAL

Ya teníamos el personaje: Duncan McIsaac. El mismo aparecía junto a otros formando parte de una cruzada evangelizadora en el meridión americano. Su líder espiritual Patrick Saunderland. Estamos casi ante el drama de Allen Gardiner, el barco que los llevan es el mismo Ocean Queen y más tarde estará el rescate del Dido, pero en este caso habrá sobrevivientes. El escenario fatal se traslada a Fiordo Negri, y los misioneros no son anglicanos sino metodistas. Repasen para esto las tres primeras publicaciones que sobre el tema hicimos meses atrás.

En una segunda época Mac Isaac está en la Falkland donde todo se prepara para levantar en Keppel el lugar de salto hacia el mundo yagán. La primera cruzada fracasada fue en busca de los alacalufes. Se evoca para ello la experiencia de Fitzrroy llevando canoeros a Inglaterra…, y allí hay una novia –Elisabeth, sobre la cual el pastor Ducan tiene esperanzas matrimoniales. Al igual al caso Gardiner aquí hay un velero que lleva el nombre de Saunderland y un encuentro con Jemmy Button. Se está en Wulaia donde se registrará la matanza que en este mundo real ocurrió en 1959, y que en mundo literario de Saint-Loup tiene un sobreviviente que no es el cocinero, sino el Pastor MacIsaac. Para 1861 lo tenemos en Ushuaia a Duncan, comprometido a vivir solo esperando los nativos. Sale de su soledad al rescatar a un joven náufrago yagán que recibe el nombre de Calafate –como el ladero de Beauvoir- el que conoce el idioma por haber sido reducido a servidumbre por unos loberos. A esta altura del relato el héroe de la novela es una suerte de Stirling y Bridges, pero a diferencia de este último no sabe nada de lenguas nativas. Cuando finalmente un grupo considerable de yaganes llegue para hacer su estación de pesca en Ushuaia demostrará la generosidad confesional regalándoles pacotilla, pero los nativos son insaciables y termina por ponerlo desnudo. Finalmente logra intimidarlos con disparos de su fusil, haciéndole volar a uno de ellos parte de una oreja. Después habla de la Biblia como un arma mucho más poderosa.

En la Tercera época en la misión ya hay una organización más elaborada, la Misión en Keppel se levanta y sus enceres son llevados a Tierra del Fuego. Hay un catequista inglés –Stirling- y un ecónomo chileno: Fernández que además tiene una esposa que colabora en la instrucción de los yaganes. Poco aprenden los nativos de pautas civilizatoras, y Dunca del idioma de ellos: ¡nada!; solo se obsesiona por cubrir la desnudez de las mujeres. En la correspondencia con Elisabeth se descubre que han pasado unos años, que se han visto en el sentido bíblico, y que por ello purgan una condena impuesta recíprocamente: no verse por cinco años. Se trabaja para conseguir que alguno de los nativos solicite ser bautizado, para de esta manera –dado los resultados que se esperan en Inglaterra- garantizar la continuidad de los subsidios que mantienen la Misión. De pronto aparecen los onas en Puerto Harberton, una situación absurda porque ese nombre existe solo a partir de la existencia de la esposa de Bridges, que existe en nuestro mundo, pero no el de la novela. De ese puerto vendrá secuestrada una joven hermosa, restos de un grupo que fue diezmado por los yaganes que valiéndose de los fusiles que roban en la Misión, matan con gran alegría. Duncan había sido seducido por Stirling para que tome mujer yagán, y el lo confía a Elisabeth que por otra parte sigue ensimismada por sus afanes de cristianización en Gran Bretaña. La joven ona, de piel clara y de cabellos blancos, será la esposa del pastor; se repetirá lo planteado años más tarde por Patricio Manns en su novela El corazón a contraluz, donde “yegua blanca”/Drimis Winterii es la amante de Popper. El héroe se casa siempre con la mas linda. Las yaganes le habían resultado repugnantes en todo sentido pero Alitol Telen era otra cosa. Los resultados desalentadores tratarán de ser remediados llevando un grupo de nativos para mostrarlos en Inglaterra, en momentos en que se sabe que pronto se asentarán en estas comarcas chilenos o argentinos. Y ya MacIsaac piensa en el país de los onas, se lo conoce como el Capitán Bueno, lo mismo que a Fagnano.

(Esta historia continuará)

No hay comentarios: