“Huyó una familia india, es a saber el marido,
la mujer y el hijo. Después de comer vino la mujer del capitán y su nenita
–Capitán llamaban a los onas de cierto ascendiente sobre los demás- Quisimos
lavarle la cara a la pequeñuela; pero la mujer se puso a llorar y aun a gritar. A los gritos acudió el marido
que quería furioso llevarse de casa a la mujer y a la nena. Le hicimos señal
para que esperase un momento; pero el no quería entender y nos amenazó con
quemarnos la casa. Al
fin, la mujer, viendo a la criatura limpia y bien vestida, se rindió, más aún,
también ella se lavó la
cara. Después le pusimos un vestido limpio. Entonces viendo
todo esto el capitán quedó contento”.
El objetivo evangelización de las religiosas
pasaba primero por ciertas formas de decoró que exigían el abandono de la
indumentaria tradicional por parte de los nativos, y la adopción de vestimentas
y hábitos higiénicos más civilizados. Es así como un día mas tarde en las
mismas crónicas de María Auxiliadora se pude leer:
Hoy hemos dado un delantal a la mujer del
capitán; de nuevo se lavó la cara, y aun se dejó cortar el cabello. Es la primera mujer que se
somete a esta ceremonia. Las otras mujeres, con sólo hacerles ver las tijeras y
hacerles señal de cortarles el cabello, se ponen a gritar..”
Una fecha, tal vez, para tener en cuenta...
como día de la peluquera fueguina.
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