EVOCACIONES*30 de septiembre de 1871. Llega a Ushuaia la familia Bridges.

Funcionaba ya en la Bahía la Misión anglicana de la cual Tomás Bridges era Superintendente. Su familia, compuesta entonces por su esposa –Mary Ann Varder-, y su pequeña hija nacida en Malvinas:  Mary, residían en la Isla Keppell, sitio desde el cual se iba organizando lentamente la labor evangelizadora entre los canoeros fueguinos.

Por entonces solo vivía en Ushuaia una familia blanca –también misionera- en matrimonio Lewis y sus dos hijos.

El viaje entre Malvinas y Ushuaia, realizado a bordo del velero Allen Gardiner, fue sumamente penoso y accidentado, a tal punto que partiendo el 24 de agosto recién llegaron a destino el 30 de septiembre. ¡36 días de navegación entre el archipiélago de Malvinas y el archipiélago fueguino!.


Por esos días, al referirse a los nativos yaganes, Tomás Bridges escribirá: “No venimos a gobernarlos, sino a aconsejarlos, razonar con ellos, enseñarles y guiarles”.


Con el tiempo se incorporarán a la familia tres varones: Despard, Esteban Lucas y Guillermo, y una niña Ana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

... Difícil Mingo, expresar una opinión certera sobre el trabajo de Tomás Bridges en Ushuaia, ya que existen críticas positivas y otras no tanto. Su gran esfuerzo de pasar los fríos de aquellos años en aquella región donde todo estaba por hacerse, en pos de ayudar, evangelizar y civilizar a los yaganes, es muy valorable, ciertamente lo es. Sin embargo, ese mismo esfuerzo positivo encierra una contradicción: cambios de costumbres, de alimentos, de vestimentas, de formas de pensar... Pienso que lo más acertado sea pensar en "equilibrio", en referencia a Tomás Bridges.
Un saludo Mingo,
Hernán.-