Para que el tedio que provoca toda obligación no aniquile el placer de la
lectura, las investigadoras sostienen que la forma en que se aprendió es una
marca a fuego.
María Elena Cuter (1) dice que "cuando la comprensión se deja para
después de haber aprendido cómo se juntan las letras para formar sílabas y cómo
las sílabas se juntan para formar palabras, lo que se escribe o lo que se lee
queda en un segundo término, es decir que el significado no tiene mayor
relevancia.
Por eso es que cuando hablamos de los viejos métodos hablamos de frases
sin sentido. Cuando los chicos desde el inicio se meten con textos de verdad a
escribirlos o leerlos con la ayuda del maestro, el sentido de los textos que
leen y escriben está puesto en primer término. así lo que dejamos de escuchar
es la frase de la maestra: 'No entienden lo que leen' porque los chicos desde
el inicio intentan entender lo que leen, intentan expresar sus ideas con
coherencia, con solvencia, con intención, con propósito comunicativo, pensando
en su destinatario, aunque en principio le cueste mucho." Lerner apela a
Franz Smith para completar el razonamiento, "el chico deja de ladrar lo
escrito".
Las posibilidades que abren los distintos textos son la herramienta para
encarar las distintas lecturas. Las especialistas remarcan que "proponemos
que lean con propósitos variados. Por ejemplo que lean para entretenerse, para
divertirse o para emocionarse, entonces van a leer literatura. En otras
situaciones tendrán que leer para obtener información y en otras porque tienen
que hacer algo y comprender las instrucciones. El criterio es que haya variedad
de propósitos y de textos".
Muchas veces los padres plantean que es cierto, el chico se expresa mejor
pero las faltas de ortografía son horrorosas
Qué pasa con la corrección del error?
--Alguien puede decir: los chicos antes escribían sin faltas de
ortografía y hoy escriben plagado de errores. Primero, no estamos seguros de
que así sea. En segundo término, si todos los chicos del curso escriben
"Ese oso se asoma" es muy probable que lo hayan escrito unas cuantas
veces antes, todos escriban lo mismo y eso aparezca sin errores de ortografía.
Si en el mismo nivel, en el otro grado, los chicos están resorbiendo un cuento
que la maestra les contó --un cuento que a veces ocupa dos páginas--,
evidentemente el grado de libertad y de error ortográfico es mayor.
Ahora, es un equívoco pensar que desde nuestra postura didáctica, estamos
sosteniendo que los errores de ortografía deben ser dejados de lado y que lo
importante es que el chico se exprese, dejarlo escribir como escriba así como
uno deja que una pera madure en el árbol.
La verdad es que se propician intervenciones didácticas muy precisas de
trabajo sobre la ortografía, pero quizás, todo el concepto de qué es el error
es lo que se esté reformulando".
Formó parte del equipo de Lengua de la Dirección de Currícula del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires desde 1996 hasta el 2003 en que comenzó a coordinar el programa “Reorganización de las trayectorias escolares de los alumnos con
sobre edad del Nivel primario de la Ciudad de Buenos Aires”.
A partir del 2006 coordina también el equipo central de Lengua en el programa de Escuelas del Bicentenario de IIPE-UNESCO.
Fue asesora de la Dirección de Gestión Curricular de la Dirección Provincial de Educación Primaria de la Provincia de Buenos Aires para la producción del Diseño Curricular en el área Prácticas del Lenguaje y coordinadora del equipo central del área durante el inicio de implementación en 2008.
Participa de la Cátedra de Alfabetización Inicial de la Dirección de Educación Primaria del Ministerio de Educación de La Nación.
Es autora de diversos artículos de la especialidad y de materiales para docentes y alumnos.
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