RASTROS EN EL RIO.91.“Donde todo comienza por la forma en que los antiguos fueguinos llamaban al asesino.”



Llamó nuestra atención los testimonios logrados en el número de Temas y Fotos del mes de agosto, en los cuales la antropóloga Anne Chapman dice:”Lola vivía en la reserva indígena ubicada cerca del lago Fagnano, del lado argentino. Apenas nos conocimos me cantó una canción fúnebre por la muerte de su madre. Pese a la aniquilación de su pueblo por los blancos, Lola no les guardaba rencor, ni tampoco a mi. No nos asociaba con aquella matanza. Al recordar el exterminio, la palabra que más repetía era Kóliot (capa roja), nombre que los selk’nam daban a los blancos, por las capas rojas que usaban los primeros policías de la isla.¡Kóliot! era el grito de alarma cuando alguien divisaba jinetes armados en el horizonte”.

Es indudable que con su noción de orden a más antigua institución argentina en la Tierra del Fuego debe haber tenido a su cargo la imposición de una ley que  -como todas las de los albores del capitalismo- ponía por encima de todo objetivo el de la propiedad privada.

Más quisimos establecer alguna relación de datos porque con todos los tabús que pesan en nuestro tiempo, el color rojo nos parece ajeno a la sobriedad reclamada a los cuerpos policiales y milicias. Fue así que el Comisario Picone nos indicó en una comunicación telefónica que el primer uniforme policial fueguino fue el de los regimientos de línea, luego pasó al rojizo, más tarde al negro y finalmente al azul. El nos señal{o otros detalles vinculados a la formación de un cuerpo histórico, aunque no nos precisó sobre cual uniforme se realizaría la formación, además de anunciarnos que pronto se hará un cambio de bandera, se pasará de la del Territorio a la de la Provincia, pero eso da para otra nota.

Lo nuestro es encontrar alguna correlación entre el desesperado Koliot de Lola y su gente, las víctimas del hombre blanco, y lso uniformes inculpados en las declaraciones de la preclara Chapman.

El recientemente desaparecido Asencio Abeijón, en uno de los relatos de su último libro titulado El Vasco de la Carretilla, nos deja una descripción de estos policías –de los Territorios Nacionales- sobre los cuales aparecen algunos detalles de indumentarias:

“Tengo recuerdos casi borrosos de esos raros hombres que siempre levantaban a su paso los más variados comentarios, sobre todo cuanto llevaban algún detenido. Andaban siempre en unos caballos flacos; vestían un uniforme de un fuerte color rojo pimentón y llevaban a la cintura un largo sable de caballería, que más de acero era de latón, Era tan largo, que casi arrastraba por el suelo, y como defensa no les servía para nada ya que en los casos de apuro, había que desenvainarlo en dos tiempos, y tardaban mucho en salir, quedando luego la vaina en balanceo, todo lo cual dejaba al policía en desventaja frente a un bien dirigido golpe a la cabeza del cabo de un rebenque o el planazo de un facón de sus ocasionales antagonistas. Y en ocasiones, al correr en persecución de alguien, el balanceo del sable les trababa las piernas, haciéndoles caer en tierra. De la calidad del material que componía el largo sable, da una idea el hecho de cuando el policía le aplicaba un golpe de plano a un contrincante suyo, la hoja doblada, formando en su dobles un molde casi perfecto de la parte anatómica golpeada.”

En tanto Mateo Martinic Beros, el afamado escritor magallánico, lava las aguas de la culpa en un artículo suyo publicado en los Anales del Instituto de la Patagonia, donde se dice que:
“en suelo argentino imperaba una total libertad de exterminio. Allí no había población, autoridades, ni prensa a los que el desgraciado asunto pudiera importar, a lo menos en grado de preocupar a los inspiradores y ejecutores de las cacerías humanas.”

“De hecho, allí operaban algunos de los más duros e inclementes cazadores, destacando el tristemente célebre Mc Lennan, administrador de las estancias de José Menéndez. Inclusive la fuerza policial allí establecida tenía la misión específica de combatir a los indígeneas.”

El trabajo en cuestión nos fue proporcionado por el Jefe del Departamente de Historia y Antropología del Centro Histórico Documental de la Municipalidad de Río Grande, Don Carlos Baldassarre, que al decir de lo escrito y tras señalar: Tenemos 15 soldados aquí cuyo deber es cazar indios pero hacen la cacería alrededor del fuego –sg{un lo expresado por el ingeniero James Robins desde la Primera Argentina a un amigo escocés – dando cuenta de esa labor policial bajo el amparo del tristemente célebre Mac Lennan, hombre que fue además de lo dicho Juez de Paz: Another time we made a big circuit in the night  & came in at theback of a tribe that was driving 235 sheep they had stolen & we alloved them to come upon us within distances of 100 yards. We were hid in a small patch of monte. This was the time Mc got the arrow, also the Chief of Police got one in the neck, the both of them had a very narrow squeak. We are now just where we were when youn finished bringing shep last year, we have lost all the increase of the past year.

Y eran unos 70 aborígenes los cercados en un paraje próximo a Punta María.

¿Y si no eran uniformes policiales los rojos de la matanza? Los uniformados de Popper podían ser los inculpados, pero he aquí una sorpresa porque tanto Boleslao Lewin, el apologista, como Armando Braun Menéndez, el detractor, no dan explícitos detalles del color con que se uniformó a estas milicias: “Aquello parecía un circo de feria –escribió Don Armando- y como nota espectacular, una quincena de individuos, vestidos de uniformes cuyo corte se aproximaba al de uso en el ejército húngaro, tocados con gorra cilíndrica cubierta de piel...” Las fotos no dicen nada, las fotos son en blanco y negro, y el investigador no puede arriesgar.

¿Koliot significa rojo? Las voces selknam no estuvieron tan fijadas como en nuestro idioma. Así Elena Najlis define la idea pinturas de rojo como pom’et’é, ser rojo, es war lo que define la sangre en tanto que Gusinde afirma en su descripción de las pinturas usadas por nuestros cazadores nómades: ákel, rojo, tos: rojo vivo.. Pero está el juicio de Anne Chapman de por medio.

¿Koliot era un tipo de capa? Mas bien no, en la circunstancia de transición cultural del selknam todo abrigo era capa, porque hasta ese momento la capa era la única forma de abrigo que ellos tenían, y toda otra prenda era indiferenciada en el lenguaje. Capa podía ser la chaquetilla y el pantalón, tranquilamente.

¿Qué queremos demostrar?
¿Qué algunos selknam no murieron solos?
¿Qué fue institucional su exterminio?

Mas bien queremos mostrar.

Uniforme o capas rojas, o color pimentón: Koliot. ¿Sangre al fin? Las instituciones se manchan con las faltas de quienes la integran, o bien prestigian a quienes participan  de ellas. El viceversa es relativo, es simplemente viceversa.


Seguro que habrá otras voces sobre el mismo grito que precedió al silencio.


No hay comentarios: