En la difusión musical era amplio el porcentaje del acervo
argentino, y del chileno solo en alguna circunstancia ocasional.
En años en que la participación de la comunidad no era la
moneda corriente, solo podíamos escuchar voces del otro lado del alambre, para
la competencia de la Hermandad.
Cuando alguien de esa nacionalidad quería participar en
condición de colaborador en nuestra grilla de programación, la petición se
resolvía negativamente. Así pasó con el escritor Francisco Burgos Romero, de
atractiva voz, quien quedó resignado a menguadas participaciones dentro del
ciclo Cono de Tinta Sur.
Pero en tiempos democráticos la situación cambió, sobre todo
al resolverse el diferendo por las islas australes.
De allí que se comenzara a hablar de Integración, y la radio
tenía que estar embarcada en ese nuevo objetivo.
Fue así que aparece la figura de Ulises Barría, haciendo
inicialmente un espacio semanal llamado México Canta.
Eran años en que ya la emisora podía vender publicidad, y el
hizo de esa actividad una presencia continua, a tal modo que los programas de
las fiestas patrias fueron –en más de un caso- realizadas por Ulises.
Esa experiencia de Ulises lo llevó a tener su propia radio -América- y su vocación integradora sigue firme, como se puede ver en la foto, votando en las elecciones municipales en el padrón de extranjeros.
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