RASTROS EN EL RÍO 1991*“De cómo resultó útil hacer cierto rastreo de nombres y apellidos que conformaron el naciente Río Grande.”




La mala memoria es un dato ineludible de la realidad.

Quienes en lo cotidiano nos enfrentamos en una real tarea de salvataje por recuperar la memoria colectiva de nuestro pueblo, sabemos que esta aflora bajo la inconsistencia de los años.

El domingo y el miércoles nuestro abordaje fue el mismo, primero con las situaciones domésticas que valoradas en afecto nos pueden reportar al tiempo pruebas únicas de acontecimientos que a su momento no pudieron ser medidos por la trascendencia que lograron luego, segundo que con un grabador que en una cena de viejos pobladores quiso escuchar todo y –oculto él- desarticuló las ocultas inhibiciones del entrevistado y conformó un muy singular documento lingüístico.

El 11 de julio ha pasado. Los calificativos que este tiempo le dio a la fecha están en los discursos oficiales, y en las proclamas periodísticas.

Nosotros no nos distanciaremos tanto del tema.

Se ha insistido hasta decir basta que el once de julio no es la fecha de fundación de Río Grande, sino tan sólo su día dado en conformidad a diversos juicios históricos recogidos tiempo atrás por la Gobernación Fueguina. Mas la insistencia del uso, o la falta de profundización de los hechos nos llevó a recordar al 70° aniversario de la fundación riograndense con la misma ingenua pasión con la que tantos niños reciben aquello de las cintas celestes y blancas de French y Berutti.

Río Grande existía vivamente mucho antes del decreto de Irigoyen, decreto ómnibus le llamaríamos ahora.

Así como en una de nuestra primeras entregas dimos nombres de los protoriograndenses registrados en el censo de 1895, ahora vamos a ilustrarnos sobre algunos de los que poblaron estas tierras en los tiempos heroicos del origen.

A tal fin tomamos en cuenta que en 1946, al conmemorarse por primera vez la efemérides del 11 de julio, Juan Muñiz, publicó en Argentina Austral, una serie de nombres que a su entender sumaban más de 25 años viviendo aquí, unos en la campaña, otros en el poblado, a saber:

Pobladores de la zona urbana: Francisco Bilbao (1905); Efraín Arteaga (1909); Pedro Triviño (1913); Juan Fernández (1914); Luisa de García (1917); María R.Imperial, Genoveva Imperial, Señora de Martínez, Juan Ferrando (h); Laureano Clausen (1917); Herminio Vargas (1919); Casiano Pérez (1919); Santiago González (1918); Manuel Ardanaz (1919); Manuel Arias (1920); Federico Ibarra (1920); Francisco Santomé (1919);
Celestino Chamorro (1920); Luis Barría (1920); Martín Recus (1920); Ernesto Farina (1920); Teodoro Chamorro (1921); Toledo, Domingo Rivero, Manuel Gil, Vicente Barría, Enrique García, Marcos Obregón, Antonio Andrade, Santiago Ojeda, Bruno Mansilla y otros que lamentablemente no conoce.

Pobladores de la zona rural: Guillermo Sutherland (1903); Miguel Sucic (1907); Antonio Livacic (1909); Esteban Mímica (1912); Doimo Canballini (l913); Eleazar Pizarro (1915); Alejandro Lías Pol (1916); Segundo Fernández (1919); Juan Asvini, Familia Bridges y Reynolds; Pascual Crema (1920); Néstor Mansilla (1920); Antonio Ojeda (1920); Toribio Neira (1920); Mc Ben; Juan Díaz; Arturo Guglielme; William Ley, Donald Macleod; Norberto Vega (Vera); Antonio Oñate; Santiago Caraboy, y muchos otros cuyo nombre no conocemos.

Revisando las mensuras realizadas por Jesús de Andrés Varela  a partir de marzo de 1926, un lustro después de la fecha aludida, un conjunto de ocupantes de tierras urbanas nos marca coincidencias y contradicciones con el rastro dejado en 1946.

Es en el tercer tomo de En la isla del fuego de Juan Esteban Belza, donde se nos da cuenta de los habitantes del lugar: Son ellos: la 45, casa, negocio y familia de Eduardo Van Aken; en la 46, casa, negocio y familia de Mariano Kovasich; también en la 46, casa de familia de Federico Martínez; 55, casa de familia y negocio de Manuel Anello (¿Anllo?): 56, casa de negocio de Pedro Treviño (¿Triviño?);56, casa de familia de José Pérez; 56, casa de familia de Jorge Draguícevich; 57, casa de familia de Manuel Arias Busto; 57,casa de familia de Ludovico Duzinsky; 57, negocio de Resino y Solares; 57, casa de familia y negocio de Ibarra y Chapresto; 64, casa de negocio y familia de Obregón y Barría; 66, Rafael Raful y Roque; 66, casa de negocio y familia (2 pisos) de Guerra y Cárdenas; 67, casa de familia de Luisa Viuda de García; 67, casa de familia de Francisco Cervera; 76, casa de familia de Pedro Oyarzo; 96, casa de familia de Arturo Varas; 96, casa de familia de Alejandro Lías (comisario); 95, Comisaría; 97, casa de familia y negocio ( la más cara) de Francisco Bilbao; 98, casa de familia de Simón Imperial y 98, casa de familia de Ramón Arias.

Añade además alguna observación: Francisco Bilbao posee varias construcciones en los cuatro solares de la manzana 97; los pobladores de la ribera son la Sociedad Menéndez Behety, Eduardo Van Ake(n), la subprefectura, N.Misa, Belarmino Soto y Pedro Treviño (¿Triviño?). Hay unas treinta casas edificadas en ocho manzanas de cien por cien.

Aquí ya se da cuenta de la existencia de familias. En el censo del ’95 no lo hacía. Pero permanecen todavía un conjunto de dudas que en la paciencia de lo posible queremos desentrañar de la madeja social que poco a poco se fue tejiendo.


En estas dos listas ya aparecen apellidos que lograron en su trabajo y descendencia perpetuarse en este medio fueguino. Será por estas vidas que rondarán otras de nuestras búsquedas, aquí en El Sureño, en nuestros encuentros de cada domingo.   

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mingo: Unos datos sobre Juan Muñiz, tomados de "A hacha cuña y golpe", para complementar estos buenos datos de viejos pobladores:
Juan Muñiz era español, nació en Gijón, el 29 de septiembre de 1907.Madre planchadora y padre operador de grúas de puerto. Juan Muñiz primero llega a Bs. As. a mediados de la década de 1920, donde trabaja en almacenes y reparto. Luego va a Punta Arenas, donde se encuentra con gente de sus "pagos". Sin trabajo, cuenta que una vez en el piso escarchado de la ciudad chilena encuentra un billete recubierto de hielo, con el cual se compra un par de zapatos, ya que con los que tenía se le veían los dedos ... Trabaja en estancias ("Tres Chorrillos", una de ellas). Tuvo otro paso por Bs. As. trabajando en una farmacia de unos tíos. Luego vuelve al sur. En Río Gallegos trabaja en el Atlético Boxing Club, donde fue recepcionista además de atender el bufet. Allí se jugaban partidos de fútbol y se organizaban peleas. Como aspiraba a ser administrador de estancias, y veía lejana esa meta, ingresa a La Anónima de R. Gallegos; luego es trasladado a la sucursal de La Anónima en Río Grande, ciudad a la que llega en 1937, año en que se preparaba la construcción de la plaza. Fue contador allí, y junto a José Cabeza (un ex policía) se atribuye haber establecido el "sábado inglés" en Río Grande en 1941 aproximadamente. Cuenta que los competidores de La Anónima eran Casa Raful y Casa Ibarra, pero estas casas le vendían a las pequeñas estancias, mientras que La Anónima lo hacía a grandes estancias de J. Menéndez.-

Hernán.- (Bs. As.)-