AQUELLAS FIESTAS MAYAS (Segundo acto)


Hubo un tiempo que experimenté las tensiones del conferencista. Y con ese conjunto de escritos y vivencias alumbré un libro que llevó por título Temprano Río Grande.

En estas jornadas de evocación patriótica recuperamos el capítulo relacionado con las fiestas de Mayo, y con ello vamos día a día haciendo una entrega que terminará al fin el próximo lunes.


Río Grande tendrá su primera forma de gobierno comunal recién en noviembre de 1928, con la institucionalización de la Comisión de Fomento. ¿Cómo habrán sido las fiestas mayas al año siguiente?

No ha quedado mucha documentación de la acción cívica de aquella primera hora, a no ser el libro de actas que pormenoriza detalles de la lenta organización comunal, hasta que recién el 7 de mayo de 1931 se registra en el acta numero once la siguiente anotación: “Se acordó tomar la iniciativa para festejar la fiesta patria del 25 de mayo, fijándose el día 8 del corriente mes para convocar a las autoridades y al pueblo a una reunión con objeto de nombrar una Comisión Pro-Fiestas Patrias”. Para el 15 de mayo una nueva acta contiene algunos aspectos relacionados con la existencia de esa comisión; “A petición de la Comisión Pro-Fiestas Patrias se acordó invertir la suma de $ 100 moneda nacional para obsequiar a los niños de la Escuela Local, el día 25 de mayo con banderitas y escarapelas nacionales y confites y chocolates”.

Para la escuela de aquellos días el 25 de mayo también era el final del ciclo lectivo, y es de suponerse que con antelación a esta intervención comunal en los festejos patrios, no habrá faltado una evocación en los esporádicos finales de cursos de la primera escuela local, y formaciones especiales en ámbitos de la Subprefectura y la Policía. De aquellos actos del 31 no nos han quedado testimonios detallados de lo que pasó.

Para el 8 de julio una nueva reunión de la Comisión de Fomento consigna que: “Se acordó contribuir con la suma de $ 35,50 para obsequiar a los niños que asistan al izamiento de la bandera el día patrio del 9 de julio”. El presupuesto ha descendido -de 100 a 35,50- porque evidentemente la parálisis escolar evidenciaría una merma en la concurrencia a esta otra fiesta cívica: ¿vacaciones? ¨¿ falta de respuesta al carecer de obligaciones?

¿Y qué pasaría con los adultos?

Río Grande no tiene plaza, la escuela con edificio propio es un sueño de trabajo. La tradición oral recuerda que la comisaría es el espacio convocante, en el privilegiado lugar donde ha sido levantada, al reparo de los vientos.

Llega 1932 y esta vez la Comisión de Fomento decide: “sobre la organización de la Fiesta Patria 25 de Mayo, quedando acordado de invertir por unanimidad de votos la suma de doscientos pesos moneda nacional por cuenta de la misma Comisión. Con el fin de obsequiar a los niños de la Escuela Local, con chocolates, confites, galletitas, como también a los señores presentes en el Gran Día Patrio”.

Los valores y los rubros se repiten en 1933, no hay constancias de 1934. Para 1935 tomamos conocimiento de la existencia de la comisión en las personas de los señores Osvaldo Flores, Aurelio Mazziotti, Alejandro Matos, José Duardo, Telésforo Iglesias, José Mininelo, Pablo Imboden, Francisco Bilbao, Elías Berlín y Juan Mario Prosa; los que deberán administrar el mismo presupuesto que años anteriores. Al año siguiente se dan algunos cambios, ingresando Fausto Herrera, Juan Cabeza, Florentino Roselli, Eduardo Van Aken, Enrique Zapico y Alberto Bachofen, en lugar de Alejando Matos y Pablo Imboden que no figuran en la lista. Las reuniones preparatorias las realizan por las noches en el local policía, a propuesta del anfitrión el Comisario Herrera. Esta vez no se asigna presupuesto. En 1937 el tema de las fiestas no figura en actas, mas preocupada parece estar la Comisión de Fomento en la evaluación de las propiedades en vista a la aplicación de tributos. ¡Si se activan los trabajos para tener al fin una plaza!.

En 1938 no se consignan datos en relación a los festejos del 25 de mayo, en tanto que el 15 de mayo de 1939 se aprueba la constitución de una Comisión de Festejos “a efectos de que se encargaran de la confección del Programa a realizarse solicitando alguna contribución efectiva a los Estancieros y en caso de que se produjese algún déficit la Comisión de Fomento se haría cargo de ello. Integraría la comisión como presidente Fausto Herrera, que continuaba siendo comisario en Río Grande y también en San Sebastián, como vice el Juez de Paz.. Milton Roberts, secretario Juan Carlos Morelli, prosecretario Carlos Gómez, tesorero José Raful, protesorero Salomón Bunader, y seis vocales a los que no se identifica.
Para mayo de 1940 el tema no parecen ser las Fiestas Mayas, sino la instalación de un servicio de electricidad por los vecinos Pinola y Martínez.

En 1942 llegan efectivos del ejercito, para el 25 desfilan por la calle Principal donde se encuentran instalados, actual colegio Don Bosco. Hermenegildo Leguizamón toma una hermosa panorámica de aquella fiesta, desde lo alto de la barranca donde hoy se levanta Dehesas S.A.

El acto será en la plaza, con protagonismo militar. Allí tomará la palabra el Teniente Lobos conservándose la pieza oratoria merced al trabajo que periodísticamente realizaba Juan Muñiz para la revista Argentina Austral:

“Soldados. Acá presentes os miran con cariño ojos cansados de mirar lejano, miradas paternales de bravíos luchadores, rostros curtidos y almas templadas de continuo batallar. Son también soldados. No llevan uniforme ni correaje, paladines de antaño en la hora presente forman parte de las legiones ignotas, que luchando a brazo partido sin más medios que los propios y con la mente y el espíritu, nos ofrecen hoy este humilde albergue y el calor emocional de su corazón. Estos heroicos luchadores, legionarios de la Patria, son ellos, soldados, los primeros pobladores. Respetadlos, y que sus personas sirvan de ejemplo viviente por su espíritu de sacrificio, abnegación y patriotismo.”

El oficial agregaría para finalizar su arenga: “Por último, soldados: Cuando tengáis un hogar formado, cuando la nieve de la vida se acumule en vuestras sienes, cuando en una noche invernal rodeados de vuestros hijos al amor de la lumbre hogareña, os pregunten por estas tierras, orgullosos responderéis: siendo soldado de la Patria, tuve el honor de formar parte de la primera presentación del Ejército en Río Grande: fue el 25 de Mayo de 1942.”

No faltó aquel día Te Deum en la Misión, vermouth en la Comisaria, y función teatral en el Club San Martín, por un elenco compuesto por oficiales de ejército y jóvenes de la localidad.

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