José Llancalahuén 2: "Por la edad ya no pueden darme trabajo en ninguna parte".



¿Cómo anda esa lectura? Alguno seguirá al ritmo de nuestras publicaciones el diálogo con el pescador, en este fin de semana largo por el Día del Trabajador.

Quien lo tome de otra manera le decimos que deberá descender a encontrarse con una primera lectura: allí hace referencia a su llegada a la Argentina para trabajar como Carpintero de Ribera, contratado por José Sobral, un empresario pesquero que llegó por 1922 junto a Prefecto Celso Otero y Francisco Moreira. Habrían llegado –al decir de José Cabezas en su libro Presencia Argentina en el Canal de Beagle- en su condición de “escapados” de las huelgas en que habían intervenido en Punta Arenas, aquí se hicieron pioneros de la pesca y la industrialización de las cholgas.

Un croquis del espacio internacional a la altura del Canal de Beagle realizado por Cabeza ilustra nuestro reencuentro. Ese en el cual Llancalahuén recuerda, sus navegaciones australes, su experiencia de lobero, y su mundo de pescador artesanal en las costas de Punta María.

- Don José, cuando estaba ahí en Ushuaia y por Navarino. ¿Usted. navegaba por los canales?
- Si, bueno, tengo un solo viaje a la Isla de los Estados, nada más. Y después por Navarino si corríamos, pero del lado de Chile, con chalupas a vela, botes a vela.
- ¿Y que es lo que hacían con esas chalupas?
- Nosotros nos dedicábamos a cazar nutrias y lobos p’al lado de Chile, que allá había mucho
- ¿Todavía había o hay todavía?
- Sí, sí, no se si ahora habrá, que yo ya llevo de Navarino acá ya llevo 37 años, así que ya no me voy más…
- Si, sí
- No. Porque yo ya no fui más para Chile, cuando vine hacerle la lancha.
- ¿Se pagaban bien los lobos?
- Sí, se pagaban muy bien los lobos. Nos cazábamos los lobitos chiquitos, recién nacidos, que esos todavía, por ahí habían avisos que esperaba las loberas y compraban los jefes. Claro, eso para beneficio de ellos. Y había varios que se dedicaban a venderles a ellos, a los jefes de los avisos. Por ese tiempo no había ningún reglamento, nada, porque veías que pasaba de allá para acá.
- ¿Era cuestión de andar nada más?
- Claro, buques argentinos acá…en una instancia, de repente había alguno, claro que hablaban por teléfono,, con la radio del puerto, que tanto entran por ahí y nada más. A veces pasaban y a veces no, pero ninguna cuestión.
- Así que Usted. debe ser uno de los últimos loberos que quedan, entonces
-Creo que sí. Todavía por todo eso, estoy acostumbrado a estar al lado del mar nada más.
-Si, porque a todo esto vamos a señalar que nos encontramos en la zona de Punta María,, dialogando con don José Llancalahuén, muy cerquita del mar, su casa no se ve desde la ruta, y realmente hay que ser muy conocedor de la zona para llegar donde el tiene su asiento de pescador, ¿no? ¿Cuál es su actividad cotidiana acá en esta zona de Punta María?
- Bueno, yo acá que me dedico este, a la pesca, y de pues, este…bueno acá estoy 6 años acá en este lugar. Y después a arreglar redes, tanto mías, como…y las redes, a mi si me faltan redes las pido a Mozcusa, en Mar del Plata, a José Mozcusa. Me manda las redes nuevas pero eso si que no fía un peso a nadie, hay que hacer el giro primero. Ahí si viene la red lo que quiera.
- ¿Cómo es su sistema de pesca acá, cómo trabaja Usted?
-- Bueno, yo acá lo trabajo con marea, cuando baja la marea. Entonces la red la tengo anclada en el mar, o sea de punta a punta. Una estaca de fierro en una punta y otra en la otra,, y si la red es grande o larga o temporal, le pongo un viento al centro, o sea una soga al centro. Pero la red lo fondeo directo, como viene la ola alta de afuera. Entonces la ola cuando viene de afuera no la agarra atravesada a la red en una punta, la red se zarandea por un lado, así que nunca la atropella, por mas que pueda venir la ola 5 ó 6 pies de altura, no le hace nada, y menos le saca el pescado. Y después que en estas playas, cuando sube la marea, el pescado viene de este lado, y cuando baja viene del otro lado. Entonces la red siempre, cuando baja la marea tiene pescado de los dos lados. Y son de esas, de esas mallas
- ¿Estas son las que le mandan de Mar del Plata?
- Si, esas son tejidas en Mar del Plata. Tejidas en fábrica son todas esas.
- Ahora vienen con flotadores de plástico…
- Si, con flotadores de plástico. Y son mejores porque los otros de corcho, yo tenía una con flotadores de corcho y se me enredaba mucho. Porque el corcho se abre, con el oleaje el nylon penetra en el corcho, y una sola que penetre, ya le hace un despelote bárbaro. Entonces estas no, claro que estas no, de esas son, estas amarillas, están no aguantan a 60 metros de profundidad, la presión del agua lo aplasta, las rompe, una vez que se rompe, o sea que filtra agua, porque igual no son bien pegadas, ahora la mejor es esa, la blanca, esa si que se pueden tirar a los 70, 80 metros, porque no teníamos otras, por ahí están, una coloradas, esas si son hechas en Ushuaia, donde se tiran 100 metros de profundidad, o 150, no se hacen nada.
- ¿Y acá a que profundidad se tiran?
- Bueno, acá no hay profundidad mucha. Nos hemos ido a 5 Km., 10, con lancha a motor acá y no hemos llegado a 150 metros, o sea yo, el muchacho que andaba con nosotros era chileno, Antuno, Juan Carlos, yo le decía ya estamos cerca de las Malvinas y no llegamos a 500 metros…
- ¿Van a pescar a Cabo Peñas habitualmente o Usted. o se maneja mejor acá?
- No, acá mejor.
- ¿Y qué es lo que hace con el producto de la pesca?
- No, acá, acá no, ningún pescado me queda p?al otro día.
- ¿No?
- No, cuando saben que la marea está bajando, la gente se viene del pueblo, y los que pasan a Usted. lo mismo.
- Bueno, por ahí le vamos a conseguir entonces más de un cliente, alguno que por ahí no sabía o lo podía encontrar en la zona de Punta María lo puede tener presente.
- Bueno, gracias, acá…estos del hospital vienen mucho, tanto las señoras que, bueno, a comprar pescado vienen. Y los de Vialidad que, antes cuando estaban las compañías cerca…la que estuvo haciendo el asfalto…
- ¡Techint!
- Techint, y la otra que estuvo cuando hicieron los estudios, que andaban haciendo los estudios para los puertos, según decían ellos, bueno, esos también. Porque esos tenían las gamelas por acá cerquita, porque faltaba asfaltar un kilómetro. De acá, así que ellos decían que usaban pescado dos veces por semana, nada más,, pero había que entregarle cantidades, 20, 50 kilos, porque esos eran Techint, eran 500, 600 en cada gamela de esos.
- Ahora dígame don José: ¿En qué consiste un buen día de pesca para Usted?
- Bueno, yo donde, ahora no pescaba nadie. Yo entré ahí pero entre cuando había salido de Vialidad, porque en Vialidad estuve 11 años ahí. De Vialidad pasé a Tennesee. Allá en San Sebastián estuve 6 años allá, en los buques petroleros. Después de eso me dediqué a la pesca, que lo se, a eso es donde estoy ahora acá.
- Y va a seguir, parece…
- Y… Porque trabajo ya no tengo en ningún lado. O sea, por la edad ya no pueden darme trabajo en ningún parte.

1 comentario:

auroraines dijo...

Un testimonio más de un antiguo poblador que pasa a formar parte de tu archivo de la historia de Tierra del Fuego, para que no se pierdan y conocer sobre quienes estuvieron.
Saludos