Primeras noticias sobre Puerto Pimienta



Los holandeses de la expedición de Spilberger Fueron a dar a un lugar conocido como la bahía de CORDES, una suerte de puerto en el gran canal.

El lugar fue aprovechado para dar descanso a la tripulación y revisar el estado de los barcos.

Se junto agua, se proveyeron de leña, y además recolectaron “corteza de winter” –nuestro familiar calafate- muy preciado entre los marinos para combatir el escorbuto.

El recorrido permitió conocer otros lugares a los que se evaluó en sus condiciones marineras.

Esta sería la última experiencia holandesa por el estrecho. La próxima expedición buscaría otra ruta, y realizaría relevantes descubrimientos.

Se encuentra en la isla de los Pingüinos, registrando las siguientes novedades:

En la isla de los pinguinos vimos dos cadáveres que habían sido enterrados a la manera del lugar, y tenían sólo poca tierra sobre ellos, rodeados en cambio de flechas y arcos. Se los descubrió un poco y se vio que habían sido sepultados en pieles de pingüinos, uno era el cuerpo de un hombre de tamaño normal, el otro sin embargo, era de 2 ½ pies de estatura. Alrededor del cuello tenían pequeños collares de caracoles que relucían como perlas. Se les echó encima, enseguida, tanta tierra como se les había quitado. Uno de los capitanes nos contó que en esta costa había visto varios indios con sus mujeres y niños, y que les habían hablado muy amistosamente, y el les había regalado cuchillos y otras mercancías, y les había dado vino español, con lo cual se pudo ver por sus gestos, estuvieron muy satisfechos.

En agradecimiento les habían dado a nuestra gente ciertas perlas, de concha de caracol ensartadas, elaboradas con destreza; sin embargo no regresaron durante el tiempo que echamos ancla aquí. Pensamos que se debía al temor de nuestros disparos, ya que todos los días se salía a cazar.., En la costa de enfrente mucha gente había encendido una hoguera. Tenían canoas de ellas cuales una vino hacia nosotros y con su remo nos hicieron señas, pero no se atrevieron a venir a bordo.. No lejos de aquí perdimos dos hombres que fueron muertos por los salvajes, con mazas, cuando quisieron cazar una aves terrestres muy bonitas.


Las crónicas de los viajeros holandeses que acompañaron la expedición de Spilbergen hablan de nativos descomunales:

Vieron allí a un hombre de gigantesca estatura, que trepaba a las colinas para observarlos mejor. Esta era la tierra llamada del Fuego, que se halla al sur del Estrecho.

Desembarcaron y no encontraron nativos.

Solo vieron dos avestruces y un río de agua fresca, bordeado de arbustos y zarzamoras.

En la margen sur hallaron agradables bosques, donde abundaban los papagayos: a los 54 grados sur las montañas estaban cubiertas de nieve.

Era el 25 de marzo de 1615. Llamaron a este lugar Puerto Pimienta, porque las semillas de uno de los árboles le supo a Pimienta.

Encontraron luego algunos salvajes y traficaron con ellos, cambiándoles cuchillos por cuentas de perlas.

Algunos hombres de la tripulación que desembarcaron para cazar aves fueron sorprendidos por salvajes que asesinaron a dos de ellos.


Spilberger seria el quinto navegante en circunnavegar el globo, regresando a Holanda después de tres años de navegación.

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