Algo más abajo en este conjunto de lecturas les presenté a mi tía Anita, todo para decirles que estaba esperando la llamada.
Y la llamada llegó.
Suponemos en medio de esta ausencia a la que no nos tenía acostumbrados que hay un reencuentro con Volé, su esposo, y habrán entre ellos –como hubo siempre- alegrías y rezongos.
El último sueño la ganó por la calle Serrano, muy cerca de donde naciera hace más de 96 años, y fue el pasado 9 de mayo el que vino marcado con silenciosas señales de muerte.
Andaba en el aire de mis días cierto sabor de ausencias.
El once lo recordé como la fecha de la muerte de Rodolfo, el hermano que era aún más joven que ella, entre los Martínovich Martínovich.
Ese día de su adiós podrían haber llegado a Punta Arenas mis primos Arnoldo y Margarita que vinieron por los 80 de ella a festejarlos en Río Grande, pero hubo un impedimento y no llegaron a verla.
Noldo la había despertado una noche de su último viaje, cuando Punta Arenas fue un mágico retorno para el que ya tiene 76 y lo había dejado siendo niño.
La tía Anita recibió la gran llamada, y por ahora no se comunica con estos espíritus a los que tanto ha querido.
Y la llamada llegó.
Suponemos en medio de esta ausencia a la que no nos tenía acostumbrados que hay un reencuentro con Volé, su esposo, y habrán entre ellos –como hubo siempre- alegrías y rezongos.
El último sueño la ganó por la calle Serrano, muy cerca de donde naciera hace más de 96 años, y fue el pasado 9 de mayo el que vino marcado con silenciosas señales de muerte.
Andaba en el aire de mis días cierto sabor de ausencias.
El once lo recordé como la fecha de la muerte de Rodolfo, el hermano que era aún más joven que ella, entre los Martínovich Martínovich.
Ese día de su adiós podrían haber llegado a Punta Arenas mis primos Arnoldo y Margarita que vinieron por los 80 de ella a festejarlos en Río Grande, pero hubo un impedimento y no llegaron a verla.
Noldo la había despertado una noche de su último viaje, cuando Punta Arenas fue un mágico retorno para el que ya tiene 76 y lo había dejado siendo niño.
La tía Anita recibió la gran llamada, y por ahora no se comunica con estos espíritus a los que tanto ha querido.
Fue mi última tía.
2 comentarios:
Lindo homenaje a la tía Anita, sólo acudió a esa gran llamada.
Un abrazo
Beatriz del blog Sureando
La Tia Anita...no fueron muchos los momentos compartidos en cuanto a tiempo... pero si fueron muchos los recuerdos y lindos o el momentos...La recuerdo con Muchisimo Cariño...
que lindo seria haberla vista... pero llego el Llamado y Ahi fue.
La recordaremos con mucho amor..
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