RASTROS EN EL RÍO.91* “Donde la necesidad de rectificar datos lleva al escriba de estos Rastros a dar noticias ordenadas sobre el origen de la radiodifusión local.”

La mala memoria es un dato más de la realidad...

Nos encontramos con el número tres de Raíces del Fin del Mundo, donde el buen intento de elaborar una Efemérides Fueguina tropieza con algunas equivocaciones. Una de ellas anticipa en un día la caída del Lear Jet que en 1984 costara la vida al Gobernador Trejo Noel y su comitiva, hecho lamentablemente ocurrido el 15 de mayo de aquel año; la otra es la referencia a la primera transmisión radiofónica que según lo expresado en la publicación afín al Museo Territorial fue el 28 de abril de 1972.

De tratarse esta última de una alusión a LRA 24 Radio Nacional Río Grande, bueno es salvar el dato señalando que este acontecimiento ocurrió aquel día pero en el año 1973. Como es usual en el país, un gobierno se alejaba y con él llegaba el tiempo de las inauguraciones.

Pero estoy personalmente en desacuerdo con lo expuesto, puesto que en Río Grande –mucho antes que la emisión inicial de Radio Nacional- existió Radio Misión Salesiana, emisora que si no continuó en el aire, no fue por falta de interés de quienes la propiciaran, si no por la normativa legal en vigencia.

En el primer relato de La Candelaria publiqué en 1988 alguna referencias que me remontan en la memoria colectiva de nuestro pueblo:

“Fue en 1962 en el día de la aparición de la Santísima Virgen de Lourdes –es decir el 11 de febrero- cuando salió al éter con carácter experimental  -pero con un éxito sorprendente  -Radio Misión Salesiana. Las crónicas escritas por el padre superior  reflejan la emoción de ese momento: Desde el pueblo, desde el Batallón y desde Ushuaia dieron informe sorprendentes tanto de la intensidad como de la calidad..” Más detalles en el libro mencionado.

Las distancias de todo tipo entre Río Grande y Ushuaia han hecho desaparecer muchos aspectos de nuestra realidad en el marco de lo fueguino, las reivindicaciones capitalinas ya fueron objeto de estudio en otro trabajo Río Grande, Capital de los Fueguinos, que un día publicara la revista –ya desaparecida- Panorama Patagónico.

Pero sin dejar de hacer justicia con LRA 24, cuyo hito –yo vivo de ella- soy el último en ignorar, dejo para ustedes en la continuidad de estos rastros una evocación sobre la radio primera que tuviera nuestro pueblo.

No es el fin explicar aquella otra Radio, la costera radioeléctrica cuya torre-antena erigida en la costa, hoy calle El Cano servía para lograr los turnos de comunicación telefónica con el resto del país. Sino algunos pormenores vinculados a la historia de la Broadcastign Salesiana.

La fotografía que acompaña este rastro pertenece al año 1962, año del nacimiento de la radiofonía local. En primer plano Luján Muñiz que frente al micrófono tiene a su cargo el manejo integral de los mensajes, y muy próximo a él los equipamientos con que contaba la emisora. Los discos que aportaba todo aquel que quería que se escuchara su música, y los adquiridos en aquellos días en Casa Fueguia, Radiosur o Casa Menón. Luján estaba de licencia en medio del servicio militar que cumplía en Río Gallegos, venía de ser alumno y continuaría tiempo después con su trabajo administrativo en  la Escuela Agrotécnica.

La aparición de la radio de Río Grande en el 1450 del dial, servía para no entorpecer a aquellas otras emisoras que eran las que acaparaban el deseo de información y entretenimientos de loe puebleros durante el día; las de Río Gallegos, LU 12 y LU 14, -flamante esta última-, las de Punta Arenas, mucho más potentes, Polar, Austral y un poco más lejana La Voz del Sur. Por la noche era distinto, cada radio –recién aparecían las portátiles- estaban afirmadas en un lugar privilegiado de la casa, y además de la alimentación eléctrica el cablerío mayor estaba representado por las antenas, la de tierra que podía atarse a los flamantes caños de gas que emergían en algún recoveco, y la de aire tendida en el patio con tanta prolijidad que algunos vecinos usaban brújula en este trámite. Cada rdio por onda larga o por onda corta era el vínculo sustancial con el mundo.

Vuelvo a La Candelaria, por economía de recuerdos:

“El trabajo de montaje estuvo precedido por no pocas dificultades. El 9 de febrero se necesitaron tres caños más para la antena de la Broadcasting, esa misma noche se había estrenado con éxito el nuevo transmisor de aficionados de 500 w. Todas estas tareas fueron encomendadas casi exclusivamente a los estudiantes de teología Mereu y Calzado, que sacrificando sus merecidas vacaciones –y aún muchas horas de expansión durante el año escolar- construyeron e instalaron la estación de un kilowatz.”

“Mil penurias quedaron en el camino: falta de energía eléctrica, reparación y construcción total de un transformador de poder y modulación, como las dignas de recuerdo. Y tras ellas la mirada severa de los que mientras el gran acontecimiento ocurría debían rodeal el segundo Cabo, clasificar los corderos y preparar la guía de acampar.”

“La presencia del conjunto folklórico Los Chilicotes, unos días antes, había impulsado a los subdiáconos a estrenar la radio con ellos, pero no dieron los recursos técnicos.. con lo que la emisión inaugural fue más que humilde.”

De trece a quince horas de lunes a viernes allí al final del dial estaba la vos de Río Grande. Los domingo tiempo después se tendió un micrófono hasta la capilla –no la histórica que ya era Museo, sinó la de mampostería donde se casan muchos que quieren pasar desapercibidos. Desde allí la Santa Misa llegaba a muchos hogares, entre fieles y curiosos.

El micrófono quedó en ese lugar, como colgado de un tiempo de mayores sueños cuando se enmudeciera por el 72, un poco por técnica que no daba para más, otro poco porque el nacimiento de Radio Nacional exigía su silencio.

De por medio aparecieron las primeras transmisiones deportivas, los mensajes, los pedidos musicales, los sermones de un pueblo chico y una que otra queja cuando no era dirigida a los funcionarios de turno.

Los grandes visitantes cumplían el rito de conocer el solar histórico de la Misión, y al llegar allí eran entrevistados o dirigían su mensaje por la onda salesiana. Conservo por el acopio del tiempo varias imágenes más de aquellos aconteceres, entre los más significativos la presencia del General Lanusse, al día siguiente de fundar Tolhuin.


Mientras termino estos recuerdos Daniel Pisano se acerca y me cuenta que él también fue operador en sus tiempos de estudiante, que los alumnos de cuarto y quinto tenían su responsabilidad sobre la emisión , y que a esa radio desaparecida le debe su vocación de supervivencia en LRA 24. Otro “fundador” de Nacional fue Luján. Con él fue que revisamos muchas cintas de las que quedaron de esta experiencia tratando de recuperar ya mucho tiempo después –demasiado tarde- alguno de aquellos programas empíricos y sinceros. Y en más de una oportunidad el flaco, sintonizando los Hammarlund mientras hacíamos La Tarde por Nacional, dejaba sintonizado el receptor en la frecuencia 1450, recordando la presencia misionera de la radio que la habitó, y en el ruido de los que quedaba pretendía recuperar voces y sonidos del pasado, voces.. y sonidos... del pasado.


1 comentario:

Anónimo dijo...

... Un antiguo poblador fueguino, que en sus tiempos de niñez-adolescencia había estudiado en el escuela de la Misión Salesiana, trae en sus remembranzas algunos aportes sobre el Broadcasting salesiano. Su nombre, Eloy Amado Vidal Rojas, quien naciera el 9 de junio de 1937 en Puerto Porvenir.

En 1949, cuando Eloy tenía 13 años, llega a Río Grande; entonces su padre trabajaba en la Ea. María Behety. El pequeño Eloy va a estudiar al colegio de la Misión Salesiana, que en esa época ya funcionaba como internado. Las clases empezaban en septiembre, y terminaban en mayo. Contaba Eloy a mediados de los ’90: “Para mi la escuela (de la Misión) fue como mi familia. Prácticamente a mi padre lo veía poco y a mi madre la perdí, así que la escuela me ayudó mucho. El director en esa época era el Padre Bonifaldi, que era uruguayo. Entre los maestros salesianos estaba el maestro Bessone, el maestro Jorge Telovic, el maestro Colombres. Todos ellos eran coadjutores. Después como sacerdotes estaban el Padre Yoy, fallecido también (...). Estaba el Padre Muñoz. Alumnos seríamos 110 ó 115. Había de primer grado hasta tercer año (...). El Padre Muñoz era alto ...¡ Pisaba fuerte, ciento cincuenta y siete kilos ...! ¡Calzaba 47! (...) ¿Sabe cómo lo respetaban cómo lo quería la gente? Él (el Padre Muñoz) tuvo que ver con la instalación de la radio. Yo ya me había ido pero ayudé en parte para conseguir materiales y donaciones. Radio Misión ... Transmitió unos cuántos años ... Transmitía desde la Misión: ¡“Una voz argentina en el éter patagónico”, decía! Luján era el que transmitía. Él era alumno, y se quedó a vivir allá como secretario del Padre Muñoz. Vuelve de la conscripción y ahí se quedó y trabajó hasta hace poco ... Se jubiló. La radio funciona en la década del sesenta ...”

Y en cuanto a los contenido radiales, agrega Eloy: “Trasmitía pedidos. Mensajes para el campo, para el poblador, como le llamaban ...”.

Un saludo Mingo ...!
Hernán
(Bs. As.)