TRÍPTICA NACIONAL.LENGUA.15. El diccionario de nuestra palabra.

La Academia Argentina de Letras ha presentado un diccionario entero que recorre el habla de los argentinos a lo largo de varias décadas. No es lunfardo, es el habla popular y el lenguaje familiar.
En 1998, un equipo de once personas, investigadores de la Academia, un poco en la Academia misma y otras personas en la calle comenzaron a armar  esta "enciclopedia del castellano argentino"...


¿Cómo?  Escuchando, mirando la televisión, investigando en Internet, entre reality shows, diarios y revistas, en todos lados el castellano está  presente, se lo oye, vive pero va mutando según modismos, situaciones sociales, políticas, económicas, sigue el hilo de la historia y a veces parece quedarse en el olvido, vuelve y otras, perdura. Así se constituye una lengua.

El objetivo del diccionario es indicar el nivel de uso de las palabras, más allá de su coloquialismo, su informalidad, o su grado de vulgaridad. Los hablantes lo hacen, el diccionario lo describe.

Con las palabras "poco usadas" es riesgoso hacer un corte. Van y vuelven.  Un ejemplo muy claro es el de "arbolito", expresión que fue inventada para designar al vendedor callejero de dólares, con ofertas más ventajosas que las propuestas de las casas de cambio. 

Se lo llama "arbolito" porque está plantado al borde de la vereda y porque está cargado de "verdes". Esta palabra apareció en medio de una crisis monetaria hace dos décadas. Instalada la convertibilidad desapareció, y con el regreso de la "inestabilidad", volvió  su uso.

Lo orígenes son variados...un diccionario argentino registra palabras de origen quechua -como "chucho", "machar", "pampa" y "chúcaro"-, de origen guaraní -como "mamboretá" y "matete"-, de origen araucano -como "mallín"- y de origen francés, como "galocha". Y sin duda, muchos italianismos, que son como una marca en el orillo de la argentinidad. Se integraron incluso palabras que se usan también en países vecinos. Entre las que son exclusivas de la Argentina, los italianismos son los que dominan.

La gente de la Academia, que hoy preside Pedro Luis Barcia, y en particular la gente del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas -Francisco Petrecca y Susana Anaine- abrieron una dirección de correo electrónico para quienes quieran discutir alguna definición o aportar una palabra: diah@aal.universia.com.ar.

Y como siempre, por dudas del lenguaje, funciona el Servicio de Atención de Consultas Telefónicas, de 13.15 a 18.45 al 4802-2408.

La tarea no  finalizó,  irá evolucionando cada día, semana, mes o año. Permanentemente se suman algunos vocablos nuevos: una nueva edición saldrá en dos años.

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