Carlos Torres, el flamante gobernador de Tierra del Fuego, pese a que es oriundo de ese territorio y que no desconoce que las empresas electrónicas beneficiadas por la Promoción Industrial no son otra cosa que galpones de armado, que importan casi todo y no fabrican ni tornillos, recibió un ejemplo práctico de parte de los funcionarios de la aduana de Río Grande sobre el globo inflado por estas
multinacionales.
"Si quiere le armamos una video en quince minutos", desafiaron los funcionarios aduaneros, para salvar una polémica con Torres sobre si a esas empresas fueguinas les correspondían los beneficios de la Promoción Industrial.
Y así fue. Ensamblando piezas que se encontraban en el depósito de la Aduana de Río Grande, en minutos más o menos, la video ya estaba lista para salir al mercado.
El Porteño, agosto 1089. Página 29.
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