La intención de la corona española era fortificar el estrecho para impedir el avance de los corsarios ingleses hacia las ricas posesiones del Pacífico. Cuando todavía no se registraba la derrota de la Armada Invencible, que desmoronaría gloria inicial de la conquista de América, con la pérdida de su poder naval.
En la ceremonia se reiteró la posesión de la comarca, con elevación de estandarte real. Tocaban cajas y trompetas, y se realizaban descargas de arcabucería. En presencia de los más altos dignatarios militares y eclesiásticos de la expedición se dispuso un lugar para levantar el templo, comenzándose por echar piedras donde se levantarían los cimientos del altar mayor... allí se colocaron dos planchas de fierro y una moneda de plata con la imagen del rey, con las armas de Castilla y de León, con un letrero que decía Philipus Secundus Hispaniarum et Indianum Rex, de un lado, y del otro una cruz con las mismas letras. La plancha en cuestión estaba destinada a proteger el pergamino del acta fundacional.
En la ceremonia se reiteró la posesión de la comarca, con elevación de estandarte real. Tocaban cajas y trompetas, y se realizaban descargas de arcabucería. En presencia de los más altos dignatarios militares y eclesiásticos de la expedición se dispuso un lugar para levantar el templo, comenzándose por echar piedras donde se levantarían los cimientos del altar mayor... allí se colocaron dos planchas de fierro y una moneda de plata con la imagen del rey, con las armas de Castilla y de León, con un letrero que decía Philipus Secundus Hispaniarum et Indianum Rex, de un lado, y del otro una cruz con las mismas letras. La plancha en cuestión estaba destinada a proteger el pergamino del acta fundacional.
El altar provisorio se hizo con champas de tierra
y ramas de calafate, y todo el recinto se cubrió con la vela de un navío. Allí
se ofició un misa por la virgen María a la que Srmiento consagró la Gobernación
y Reyno de Jesús.
El mismo día se señaló la plaza, levantándose
en la misma la picota de la justicia, se trazó calles y marcó solares para los diversos edificios
públicos y privados distribuyéndolos entre los flamantes pobladores del
Estrecho de Magallanes.
Para todos habría un pedazo de tierra, menos
para el fundador Sarmiento de Gamboa que ese atardecer debió refugiarse en la
carpa capilla que había construido para protegerse de una tormenta que había
alejado incluso a las naves de la esperanzada expedición.
La cartografía ha sido tomada de LOS SOBREVIVIENTES DEL ESTRECHO de Enrique Inda. Marymar.
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