Era una iniciativa de Pedro Sarmiento de
Gamboa, y ahora se informa en las cortes
españolas la existencia detallada en ellas de 1788 personas, toda gente de
armas regresada o desertada en sus jefes.
Soldados y marineros en su mayoría
identificados por nombre y lugar de origen, y solo dos integrantes con rango:
Pedro Sarmiento y Cristóbal Olías ambos Sargentos, que por entonces no era poco
grado.
De la misma forma se van identificando a los restantes, por grado y origen, hasta totalizar 78 personas para los cuales se calculan los dineros que habrán de pagársele, más no la forma en la cual habrá de rescatárselos de un fatal destino de muerte.
Poco tiempo después Antón Pablos referirá
que a dos leguas de cabo de la Virgen María habían quedado en australes tierras
340 personas de guerra y mar, pobladores y mujeres que con las provisiones
desembarcadas tenía en seis meses un promedio de una libra de galleta diaria.
Y la incertidumbre sobre su destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario