Quien fuera piloto mayor en esa empresa comandada por Pedro Sarmiento de Gamboa, da
detalles de la población dejada, de los indígenas del lugar con los que se ha
tomado contacto, y su naturaleza.
De las condiciones de la margen norte del
estrecho, y el comportamiento del clima.
Al mismo tiempo de las urgencias en materia
de provisiones que tendría la gente ahí dejada, de los ganados que podrían
tomarse para ellos desde la costas del Brasil al sur.
Y como sería conveniente tomar colonos entre
gente casada y de zona fría.
Gente que debe ser práctica y recibir ayuda
religiosa. Los que dotados de dos pequeñas naves deberían a la vez encarar el
estudio de todos los puertos del Río de la Plata hasta este nuevo dominio.
Informe que fue dado, y prolijamente
archivado.
La expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa
al Estrecho de Magallanes se inscribe en el fracaso.
Primero por el conjunto de contracciones que
envuelve a la flota, las pestes y las deserciones que limitan el número de los
colonos que llegan a ocupar las poblaciones de Real Felipe y Nombre de Jesús
que levantarán sobre la vera continental del paso interoceánico.
Segundo por la falta de recursos materiales
en el lugar que posibiliten una fácil subsistencia de todos ellos mediante la
agricultura y la ganadería. El suelo impropio para las estrategias españolas de
entonces precipitará a los hombres y tierra adentro, destinos inciertos que
envolverán a todas su familias, y finalmente el flagelo del hambre que sellará
con un nombre a esta frustrada fundación Magallánica.
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