Quien ingrese a la Plata Transmisora de Radio
Nacional Río Grande encontrará, mirando a la izquierda, sobre la pared que
linda con la vecina estructura de energía una escultura que se remonta en su
existencia a más de 16 años atrás.
La misma fue descubierta el 27 de agosto de
2004, con motivo de haberse cumplido el primero de mayo de aquel año las tres
décadas de la difusión del programa Lavando Cebaduras.
El título completo de este espacio dedicado al
hombre de campo de nuestro sur era en realidad “Lavando Cebaduras para intimar
y conocernos”, inspirado en un verso del payador oriental Osiris Rodríguez
Castillo, aquel poema que se iniciaba con esta prédica “No venga a trazarme el
campo con ojos de forastero, porque no es como aparenta, sino como yo lo siento”,…
para decir más adelante: “Si habré lavao Cebaduras para intimar y conocernos”.
Pero lo característico del ciclo era la cortina
de Tarragó Ros, interprete de la Ranchera Mate Amargo de Rafael Rossi, con su
verso que reinteraba un decir: “Que linda la rancherita, como llega al corazón,
con su vibrar tan alegre revive la tradición. Y en esta fiesta tan linda, donde
lo nuestro ilumina, gritemos con toda el alma: ¡Viva la Patria argentina”.
El mate era el elemento convocante de
comunicación todos los días bien temprano por la mañana, de lunes a viernes, y
algunas temporadas –las primeras- con una segunda emisión a la hora 18. Y decir
bien temprano era en un tiempo a las 6, como para dejar liberado a los oyentes
para que a las 7 se recibieran las ordenes de lo que hacer en los
establecimientos rurales fueguinos.
En medio la música del sur, de cuyo y del
litoral, intérpretes que rondaban en el disco como Rafael Rossi, Argentino
Luna, Alberto Merlo, Víctor Velazquez, Los Hermanos Cuesta, Abel Larrosa
Cuevas, con un repertorio que era también el requerido por los oyentes que
escribían sus cartas –muchas de ellas desde distantes parajes de Santa Cruz-
otras producto del acercamiento al Doctor que recorría en el verano todos los
establecimientos rurales, donde la paisanada junto con estrecharle la mano, o
convidarle un mate, le hacían entrega de sus cartitas –todas muy protocolares,
aunque la caligrafía no fuera la mejor- solicitando pedidos y dedicatorias.
De por medio el espacio tenía sus temas
característicos de conversación: las tradiciones camperas, algo de la historia
argentina mirada desde la vida del gaucho, anuncios relacionados con la Fiesta
del Ovejero, nacida en la inspiración de Bistch al tiempo mismo de la aparición
del programa, preguntas y respuestas sobre saberes camperos –que tenían
inicialmente de premio El Mate de Lavando Cebaduras, y más tarde otros objetos
de interés para el oyente participante- y para el final, antes del momento con
Luis Landriscina, las recomendaciones sobre los riesgos de una enfermedad: La
hidatidosis, en la cual el Doctor Adrián empeñó su vida como profesional dando
vida a la legislación territorial sobre Zooantroponosis, y el meritorio Cotezoa
que luego desde Salud Pública provincial fue alejando –con prevención- los
riesgos de este mal.
Esta labor que orientaba Bistch como empleado Nacional
primero, y de Tierra del Fuego después, fue hecha para Radio Nacional en
condición de colaborador, totalmente ad honorem.
En los primeros tiempos su locutor fue Rubén
Bernardo Ramírez, quien le dio a al espacio su impronta radial, luego por unos
años tuve la fortuna de acompañarlo…, en algún momento se quedó solo, y luego
aparecieron el Doctor Fabián Zanini, Leiva y el “supernumerario”: Panchito
Huineo.
El doctor Adrian Bitsch llega a la Tierra del
Fuego de muchachito, él nacido en Río Gallegos, en circunstancia de
desempeñarse su padre –Juan- como administrador de Estancia Ruby.., es alumno
de la Escuela Agropecuaria de la Misión de Nuestra Señora de La Candelaria,
completando estudios que luego debe continuar en el norte del país –dentro de
la institución salesiana- y la Universidad Nacional de La Plata, donde obtuvo
sus grados profesionales en Ciencias Veterinarias.
Pero esta presentación es solo un bosquejo que
acompaña las fotografías que recuerdan aquel momento en el cual Bistsch, en
edad jubilatoria, quería prestar un reconocimiento a la Radio que le posibilitó
tantas cosas que formaban parte de su hacer por treinta años.
Si bien cuando uno pasa no deja de recordar al
hombre, que fallecería como ciudadano ilustre en el 2010, es un reconocimiento
de él hacia la institución que lo tuvo por parte.
Atrás del queda el hombre polifacético que
gestó libros y publicaciones profesionales, revistas de divulgación histórica
.en las que alentó la construcción del Templo de María Auxiliadora, con el
COTEMA- dejando también como otra herencia de reconocimiento al trabajador
rural –con impronta artística de la zona- un Monumento del Ovejero, cerca del
cual ahora, el Municipio, piensa en emplazar con un mate monumental un recuerdo
hacia su persona.
Tal vez se mantenga alguna conexión espiritual
con esta otra escultura –forjada por Pachi- en día en los cuales estaba al
frente de la Planta Transmisora de LRA 24 Pedro Barbera, y dirigía la emisora
Daniel Garay.
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