EVOCACIONES ** El 4 de enero de 1890 Monseñor Fagnano informa sobre el establecimiento misionero de Isla Dawson.



Destaca también las grandes necesidades de galleta, carne, vestidos y misioneros que se requiere para que progrese la empresa misionera entre los indios de los canales y archipiélagos fueguinos.

“Y corrio la voz en todas las islas, en todos los canales del archipiélago, de que en la Misión hay comodidades para vivir, mucha galleta, mucha carne, vestimenta y misioneros (buenos capitanes) que atienden y reciben con gusto a todos los indios”.

En esa fecha del año 1890 desde Punta Arenas Monseñor Fagnano informaba a Don Rúa, el primer sucesor de Don Bosco sobre el estado de la obra en este confín:

El año de 1889 ha sido fecundo en resultados para el bien de nuestras misiones.
El 8 de diciembre, consagrado á la Inmaculada Concepción, concluimos las fiestas con que para honrarla celebramos todo un mes. En la mañana se hizo la comunión general, esto es, de más de cien personas, con asombro del país entero que jamás había visto cosa semejante.
¡Y con que devoción y recogimiento llegaron todos al altar!
A las diez celebróse una Misa cantada con toda solemnidad, acompañada con canto y armonio por las Hermanas de María Auxiliadora.
A las 2 p. m. tuvo lugar la procesión. Delante de las andas en que se hallaba colocada la estatua de María, iban las alumnas del colegio de las Hermanas, y luego toda la población agrupábase tomando parte en esta demostración de afecto á la Santísima Virgen.
¡Qué cambio en solo dos años!
A la verdad que esta función me ha hecho recordar las que con todo esplendor se celebran en Santiago, Valparaíso y Concepción.
La iglesia, adornada con exquisito gusto, estaba llena de bote en bote.
Don Beauvoir; que de vuelta de las misiones, nos prestó gran ayuda para confesar y atender á los niños, no podía dejar de expresar su asombro al observar el gran aumento de piedad, la frecuentación de los sacramentos, la concurrencia á la Iglesia y la hermosa celebración del Mes de María.
¡Sea por todo albado Nuestro Señor y la Sma. Virgen!

Fuera de la ciudad del estrecho los salesianos tenían su establecimiento en isla Dawson y programaban levantar uno similar en territorio argentino, mirando a las costas del río Grande.


Es el año 1890 y José Fagnano –Prefecto Apostólico- dirige carta a Don Miguel Rúa, superior de los salesianos y primer sucesor de Don Bosco en los que da cuenta del estado de las misiones en la región fueguina:

En cuanto á la Misión de San Rafael manifiesto es el progreso que alcanza. Espero que muchos salvajes llegarán en este mes, pues ya ha corrido laa voz en toda la isla y en todos los canales del Archipiélago que la Misión presenta gran comodidad para vivir; que hay abundancia de galleta, carne, vestidos y buenos capitanes (nombre que dan á los misioneros) que reciben con placer á todos los indios.

He enviado allá un barco con galleta, harina, porotos, arros, papas, cubiertas de lana, vestidos, etc., y espero que dentro de poco volverá trayéndome noticias circunstanciadas de los misioneros, de los neófitos y salvajes. ¡Ah si no escaseáran los recursos cuánto mayor bien podríamos hacer!

Otra consoladora noticia es la que nuestro Oratorio Festivo – y aquí vuelve a dar noticias de Punta Arenas- es frecuentado por numerosos chicos. Tenemos ya no menos de 100 inscriptos, y á las Hermanas ocurre otro tanto con la atención de las niñas pobres.

Oramos y esperamos.
Estas son, amado Don Rua, las noticias que ocurre darle sobre esta misión.

Reciba los afectuosos saludos de todos los Salesianos y de las Hermanas de María Auxiliadora. 


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